Pero siempre a Galicia: Luis Fercán en el Teatro Lara
Después de un domingo nostálgico llega un lunes rompedor. Un inicio de semana en el que te prometes que harás todas esas cosas que llevas posponiendo meses. Los lunes son los «enero» de toda las semanas. La sota de bastos en el tarot. Lleno de energía y con una gran lista de tareas pendientes. Polvorilla. Aún así es lunes y no puedes dejarte todas las fuerzas en este primer día de semana. Los lunes tienen que orientarse a planes más bien relajados, como una visita al Teatro Lara. Luis Fercán y Nacho Mur se llevan unas cuantas guitarras y ofrecen un concierto en formato acústico. La luz, el calor de la sala y el silencio. La intimidad se apodera del público, todos volcados a escuchar a la pareja.
Parece mentira que en un mismo país se estén viviendo dos realidades tan paralelas. Uno está como si nada escuchando música mientras en la otra parte de España se recomponen del temporal. La actualidad cala de tal manera que la cultura se vuelca al completo en el rescate de los afectados, lo recaudado en el evento será para las víctimas. Un día más, otro lunes, en el que la música funciona de evasión y de apoyo ante las desgracias. Luis empieza a cantar con Nacho Mur a su lado.
Piden que la gente no aplauda durante las canciones, están grabando. Con micrófonos que rodeaban los palcos y las caras que asomaban en la penumbra. Se podía cantar pero casi nadie lo hacía, solo un murmullo que acompañabas las melodías.
Las lágrimas corrían lentas por las mejillas, las emociones se palpaban y las letras cobraban más sentido que nunca. El sonido del chirriar de las viejas sillas eran parte de la banda sonora. El tiempo parece parado y si no, ¿por qué las nubes de ese techo dibujado no se mueven? Era tarde pero sin embargo no había gente cansada. Los temas avanzan, la voz desgastada del protagonista abrazaba a los espectadores, una primera planta hasta arriba y con gente completamente paralizada, expectante. Por otro lado, las barandillas de los niveles superiores se encontraban cada vez más decoradas por todos esos cuerpos que sobresalían del espacio para estar un poco más cerca. Recostados en la felpa.
Van pasando los días (las canciones). Viviendo en la carretera y nunca en línea recta, pero siempre a Galicia. Enfrentamiento constante entre cantante y guitarra, superposición de los sonidos y melodías que bailan y te transportan al norte. Temas en gallego y tiempo que avanza, el concierto termina y llega ‘110‘, la canción que cierra el círculo.
Sales del teatro y te acuerdas, es lunes, mañana trabajas.
¿Te sabes esta? Es muy indie no creo que la conozcas.
Intento de periodista musical, versión hacendado. Me encanta escribir y la música<3