Tumbados en el Jardín Botánico con Sen Senra

/ junio 9, 2024/ Crónicas

Como tormenta de verano, el agua empezó a caer (casi de manera inesperada) del cielo. Tantas y tantas flores azuladas surgieron de aquel césped artificial. A penas se mojaron un poco cuando ya había más de cientos de bolsas que emulaban el brillo del rocío después de la lluvia. Aquel público se convirtió en el jardín privado de Sen Senra en Noches del Botánico, jueves a las diez de la noche pasadas, cuando las flores parecen más calmadas que nunca. El gallego parece que trajo con él el temporal. Igual Moisés con las aguas, el artista separó las nubes y un acorde después de su salida, las voces resurgieron del foso y el agua desapareció. 

Es complicado hablar de un concierto del que ya fuiste parte, es imposible no tratar de compararlo con el santuario de aquel WiZink meses antes. La magia de ambas noches y la esencia era bastante distinta. Noches del Botánico es una iniciativa capaz de proporcionarnos sus propias estrellas. La luz de este escenario y de este artista ofreció un calor especial y aunque fue breve, como una tormenta de verano, hizo que se respirara casi un aire nuevo. 

El olor a tierra mojada y una humedad tangible acompañaron todas las melodías. Las gradas casi vacías pero con un calor como en casa. Como una tormenta de verano, el concierto sirvió igual que un respiro ante todo ese calor que inunda la capital. Un respiro ante toda esa rutina abrumadora que ya pesa en el mes de junio. 

Sin muchas pausas y con la presentación de su nueva canción ‘Hermosa Casualidad‘, el repertorio se redujo en apenas una hora y cuarto. La pista estaba llena con gente que no paraba de moverse y dar saltos instintivos al ritmo de la música. Una escenografía minimalista y tres canciones a capella. 

Como una tormenta de verano, Sen Senra vino a Madrid durante bastante poco tiempo. Vino y se fue sin darnos cuenta, ansiando casi que se quedase un poco más. Como una tormenta de verano, una vez terminado, las flores no tardaron en encogerse con la llegada de nuevo del calor. 

Foto de portada de Natalia García en el WiZink Center
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