Misa de Sen Senra, viernes 26 en el WiZink Center
El pasado viernes 26 Sen Senra convirtió el WiZink Center en todo un santuario. Todos listos como si de un domingo sagrado se tratase, gente esperando desde las ocho de la mañana y una cruz presidiendo el antiguo Palacio de los Deportes. Sonido de pasos y un escenario prácticamente vacío. Apenas un par de instrumentos, un pasillo y un magnifico juego de luces que marcaría cada uno de los ritmos. Por si no estuviste allí, vengo a contarte como fue todo aquello.
Desde muchísimos sitios de España, gente cogiendo vuelos. Una pista completamente eufórica por la reunión con el profeta. Era evidente que no podían perderse las primeras filas del concierto más importante del gallego hasta la fecha. Y aunque el planteamiento del setlist se basó básicamente en un recorrido por los temas más reconocidos, el gran protagonista fue el último álbum. «PO2054AZ (Vol.I)», un antiguo coche o el disco más vanguardista de su carrera. En definitiva, un cohete de despegue hacia la verdadera esencia del artista. 7200 segundos y ‘1000CANCIONES‘. Consiguió hacernos bailar, saltar, llorar… No hay nadie mejor que él para definir como se estaba viviendo todo aquello «Sensaciones».
Una conexión directa con su hogar y sus raíces. Ya bien por las letras o expresiones, Galicia estuvo presente durante todo el directo. Una referencia a la omnipresencia de la sensación de «hogar» o ‘Familia‘. Una bandera y un guiño al amor libre.
Definitivamente, lo ha conseguido, una experiencia completamente dogmática, y mi pregunta es, tal y como se presentan estos dos fenómenos, ¿qué diferencia música y fe? Para mí ha sido inevitable pensar en todo esto. Al final, si analizamos verdaderamente lo que ocurrió esa noche, no deja de ser una adoración a un líder idealizado, millones de interpretaciones libres en base a un texto escrito, unión de personas muy diferentes entre sí, conexiones y emociones intangibles. La música también promete lugares maravillosos, superaciones de duelo. Te habla de la muerte y de otras vidas, sirve de autoayuda. Tienen hasta sus propios profetas, ancestros. Hace mucho que no me posiciono en cuanto a la divinidad, me cuesta creer que no hay nada pero al final mi lado más racional me impide no ser crítica. Aún así, la música, los conciertos, me hacen perder toda esa razón. La música ha generado en mí una serie de expectaciones que para nada son propio de lo real. No sé que sentirá un creyente pero me parece bastante interesante que puedan llegar a ser cosas semejantes.
De todos modos, por desgracia, y sobre todo para todos aquellos que no tuvieron la oportunidad de estar ahí, esto no es algo que se repita cada domingo. Solo puedo decirte que esto es algo que tienes que vivir en tus propias carnes y compartir momento con el resto de tus hermanos. Esto solo ha sido el comienzo de una serie de volúmenes que serán claves para el desarrollo del cantante.
Casi como un milagro, Sen Senra, nueva religión.