Alcalá Norte pone ‘cañón’ a Málaga
Alcalá Norte llega a la sala La Trinchera de Málaga para presentar «Alcalá Norte», su último disco, además de algunas sorpresas para el público. A las ocho y media, siendo puntuales, salen al escenario como un favor a los fans que esperan un domingo noche cargado de energía. El local, pequeño pero vibrante, está lleno casi hasta el último rincón. La banda aparece por la pasarela y Jaime Barbosa, el batería, inicia el concierto con una bota de vino en la mano. Bebe de ella y se la ofrece al público para que beba. Entre risas, lanza también unos cuantos puros a las primeras filas, encendiendo aún más el ambiente.
El resto del grupo se coloca en el escenario, cada uno en su sitio, con una complicidad evidente. «¡Venga, coño! ¡Que se noten los malagueños!», grita el batería. Sin más preámbulos, arrancan con la primera canción: ‘Los chavales’. El tema envuelve rápidamente la sala, y la audiencia responde cantando desde la primera palabra, como si de un himno se tratara. Continúan con ‘Dr. Kozhev’, que empieza a desatar la euforia entre los asistentes. La banda parece alimentar esa energía mientras pasan a ‘420N’, que trae consigo un cambio de ritmo hipnótico. El público sigue el compás.
Llama la atención que sea el batería quien presenta el show y anima al público entre canciones, mientras el vocalista, en su papel enigmático, permanece serio y casi ido, sin dirigirse al público hasta el final, como si estuviera en su propio universo. Cuando tocan ‘Arteligencia artificial’, la banda despliega una fuerza cruda y directa. La sala es un hervidero de aplausos, que estallan de verdad con ‘La sangre del pobre’. Las emociones están al máximo, y la conexión entre Alcalá Norte y sus seguidores se vuelve palpable. ‘Codere’ es la siguiente, una canción más melódica para preparar el terreno para ‘No llores, Dr. G’, que rápidamente lleva a la gente de vuelta al frenesí.
Con ‘Barbacoa en el cementerio’, el ambiente se vuelve casi surrealista, y es entonces cuando interpretan ‘El rey de los judíos (un cosquilleo)’, cuya melodía juguetona despierta risas y complicidad entre los asistentes. Al llegar a ‘El guerrero marroquí’, la atmósfera se llena de un sentimiento desafiante. La energía parece inagotable. Interpretan la versión de ‘10.000’, un tema de Los Planetas. Luego, con ‘Westminster’, La Trinchera explota de entusiasmo, cantando a voz en grito y creando un coro que casi sobrepasa la propia banda.
En el siguiente tema, ‘La calle elfo’, el vocalista se quita la camiseta, para luego colocarse una corona de laurel. Parece el dios Dioniso, rey de la noche y del caos, lo que añade una nota de desenfreno a la velada. En ‘Supermán’, la sala sigue cantando, y el tema retumba en cada esquina. Después, sorprenden con ‘Fils de Lucifer’, una cover de Icare, que trae un toque oscuro, denso y en español.Es el momento de la última: ‘La vida cañón‘. Un cierre perfecto que deja a toda la sala cantando y aplaudiendo hasta el último sonido. La banda agradece el calor del público, que no para de pedir otra mientras suelta «¡Los chavales!». Alcalá Norte antes de abandonar, vuelven a tocarla porque no tienen más temas, dejando en La Trinchera una sensación de euforia.