Veintiuno perdió los modales en La Riviera

/ octubre 1, 2025/ Crónicas

Domingos reflexivos, un domingo de septiembre, todavía con un recuerdo fresco del verano. Cuando aún no te has hecho a la rutina. Domingo 28 de septiembre, empieza el fresco, las calles se llenan de chaquetas de entretiempo y pantalones largos, Veintiuno nos espera. Es esa época del año extraña en cuanto a moda se refiere, coincido con un hombre en manga corta y vaqueros pesqueros. 

Ocho y cuarenta, citados y a la espera de que nos recojan. Hay telonero pero solo podemos saber de él a través de los rumores que se cuelan por debajo de la puerta de invitados, no podemos pasar. Hay medios molestos, resoplan y protegen sus cámaras de las pocas gotas de van cayendo, recuerdo de que efectivamente, ya estamos en otoño. Pasamos a cinco minutos del inicio del show, los cámaras, como si de una coreografía se tratase, van y se preparan en el foso. Mientras, los redactores nos colamos entre el público expectante. 

Ni una ni dos, hasta tres Rivieras: Madrid, su segunda casa

Cuatro chicos y todo un asunto pendiente con cierta ticketera. Diego aparece entre el humo y las luces bajadas, la banda se prepara. Un par de gritos y se da por comenzado el bolo. El retumbar de los altavoces del lado derecho hace que bailen los pelos del flequillo, juraría se me mueven hasta los dientes, estoy muy cerca. Un tercio del escenario tapado por estos, el batería es para mí toda una incógnita. La gente baila y corea a los chicos, el público se vuelve uno. La esencia del pop llena por tercera vez esta sala tan emblemática de la capital. 

Gente del staff repartiendo púas como cuando tu abuela te daba una propina a escondidas de tus padres. En barra, en el suelo o en el bolso de una chica, regalos y una forma de dejar impreso el momento. A veces también traen agua. Sonrisas por parte de esa chica pelirroja que le agradece profundamente tener merchandising gratis de la que parece, como mínimo, una de sus bandas favoritas. Vuelve a saltar. 

Dime con quién andas y te diré quién eres

Invitados, muchos invitados, rompen con esa imagen tan competitiva que proyecta la industria de la música. ‘La Ruina’ con Surma y Rubén de Niña Polaca es menos ruina. Que lo que unió determinada empresa y alguna que otra deuda que no lo separe el hombre. Medias lágrimas, muchas risas y caras emocionadas. A llorar a ‘La Llorería’ y con David Merino de acompañante. Miradas que traspasan el plano físico, sonrisas y una ‘Complicidad ‘que se vuelve real, eso no era normal. Malena Villa nos hipnotiza, ese acento y ese timbre, tendríamos que pagar (y muchos lo hicieron) por estar donde estábamos. Desde Toledo a Pontevedra, Yoly Saa fue la culpable de nuestro ‘Desvelo’

Niveles de dopamina altos pueden conducir a sentimientos de euforia

Yago regalándonos carisma, lanza un beso al guitarra y nos dedica todos esos movimientos automáticos de cabeza. Cantan con emoción los himnos de la banda. «Me da miedo de no ser consciente, de no llegar a saber nunca que todo esto que nos está pasando es tan importante«, declara el líder con micro en mano. Hay tres globos rojos que llevan todo el concierto pululando por el aire. Todos juntos, integrantes y no de Veintiuno, celebranLa vida moderna’. Un escenario que rezuma talento, más o menos emergente. Nos enseña lo cooperativa que es la cultura, lo hermanados que están los indies. 

Bolos y gatos, a pies del manzanares, la felicidad a veces es solo esto. 

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¿Te sabes esta? Es muy indie no creo que la conozcas.
Intento de periodista musical, versión hacendado. Me encanta escribir y la música<3

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