Ojalá Vangoura cada jueves…
El dúo madrileño encandila a la sala El Sol dentro del ciclo Inverfest
El pasado jueves 23 de enero, la mítica sala El Sol de Madrid se convirtió en el epicentro de una velada donde la energía y la frescura se dieron la mano. Vangoura, el dúo madrileño formado por Miguel Figueras e Ignacio Alarcón, ofreció un concierto que dejó clara su capacidad para fusionar melodías envolventes con una lírica introspectiva, en una propuesta que bebe tanto del pop británico de los noventa como de los sonidos más contemporáneos del indie nacional.
Desde el primer acorde, quedó patente que la banda ha encontrado su propio lenguaje musical. La sala, llena tanto de sus fieles como de nuevos oyentes atraídos por el boca a boca, se sumió en un viaje de guitarras con cierto toque funkero y bases rítmicas más que bailables. A lo largo de la noche, la intensidad emocional fue en ascenso, con temas donde las armonías vocales y los teclados y sintes lograban envolver al público en una atmósfera casi cinematográfica. Vangoura ha sabido apropiarse de la sensibilidad melancólica de bandas como Phoenix, pero sin perder el toque enérgico y pegadizo del indie pop español que les caracteriza.
El ambiente romántico flotaba en el aire, inundando la sala cual velo etéreo que embriagaba a las muchas parejitas presentes. Cada acorde del dúo parecía avivar recuerdos compartidos, como si las canciones fueran postales sonoras de momentos íntimos litografiados en sus memorias, latidos acompasados al ritmo de la música.
La sala El Sol vibró con cada cambio de dinámica, pasando de pasajes delicados a estallidos instrumentales preparados para animar al personal. Miguel e Ignacio demostraron un control absoluto del directo, ejecutando cada canción con la precisión de quienes llevan tocando ya casi un lustro juntos.
Uno de los momentos más destacados llegó al poco de empezar el bolo con Chino Cada Martes, un tema que se ha convertido en himno entre sus seguidores y que anoche resonó con una fuerza especial. Los juegos de luces acompañaban cada matiz, creando una escenografía que amplificaba el dramatismo y la emoción de la interpretación.
El show del jueves en la sala El Sol no solo confirmó el gran estado de forma de Vangoura tras su último trabajo Sangre y Sal (BMG, 2024), sino que también dejó claro que su propuesta musical tiene un largo recorrido por delante. Con una identidad cada vez más definida y un directo impecable, el dúo madrileño sigue consolidándose como una de las promesas más interesantes del panorama indie nacional.
Cazador de ibericracks.