Vecinos: Somos Barcelona y venimos de Vecinos
Bolazo en la Wurlitzer de los barceloneses Vecinos, energía y diversión
Sábado 7 octubre. Sala Wurlitzer. “Somos Barcelona y venimos de Vecinos”. Con esta frase empezó el cuarteto barcelonés, augurando una buena noche. Precedidos por Amarillo Fiesta y sucedidos por Los Reels, lo que ofreció la banda fue una auténtica fiesta, y qué fiesta más divertida.
Una vez que me puse en contacto con Iñaqui, el batería, ya fui viendo el rollo del que iban a ir estos chicos. Me pasaron una setlist, con los temazos que ya conocía, y algunos nuevos. Pero una vez comenzaron el concierto, arrancó la juerga. Como si de un apuntador se tratase, ahí estaba mi siempre presente pantallazo para guiar el show.
Directamente, sin pensárselo, comenzaron con uno de los auténticos hit de la banda. ‘Ministro de Interior‘, que me parece de las canciones con una de las letras más ingeniosas y divertidas del panorama musical español actual. Qué forma de desgañitarme. Me molaría ser ministro de Interior, pero solo si tengo a estos tíos en el gabinete.
Oleajes de punk siguieron a la presentación. Con temas con la misma línea cómica, pero con trasfondo, como ‘Fisiocream‘ o ‘Patinete eléctrico. Ni un alma se quedaba sentada en la barra, eso era una fiesta para destrozarse en los pogos, con los saltos y con la integración de la formación, que no se quedaban quietos en el escenario ni a tiros.
Rock como actitud es lo que nos presentan los Vecinos. Un grupo joven, con carisma y, sobre todo, con ganas de divertirse y hacer que su público se divierta. En el tema antes mencionado, ‘Patinete eléctrico‘, también nuevo, me flipó la línea de bajo al más puro estilo rockabilly que si se sumaba a que el bajista estaba tocando elevado por los aires por el público le daba tremenda épica.
En este punto invito a quien esté leyendo a repasar las letras capitales de los primeros cinco párrafos de está crónica. Sin ninguna intención, podréis observar que se puede formar la palabra SUDOR, porque, la verdad, los malditos Vecinos son sudor, son ganas, son esa noche que recuerdas con tus colegas en un pedazo de bolo, gritando, bailando y liberando tu cuerpo ante los compases y los ritmos del grupo.
Podemos ver una mezcla de influencias curiosas. Desde el punk más sucio y clásico pero fusionado con el indie español actual, y letras dignas de la Movida madrileña. Los berridos y percha de Martín, el cantante, son una buena arenga para las tropas pidiendo más, más cerveza por el suelo, más elevar a los integrantes, más estribillos pegadizos, en definitiva, más Vecinos.
Seguimos el concierto con ‘Tanto Poder‘, que como su propio nombre indica irradia energía y se convierte en el hijo bastardo de Green Day, Carolina Durante y La Orquesta Mondragón. Sé que puede ser repetitivo, pero si me preguntasen mis colegas como definiría a Vecinos, diría divertidos, que no defraudan a nadie. Es más, pude engañar a dos amigos para que viniesen conmigo al concierto a pesar de que no suelen escuchar estos estilos. Y salieron igual o más sudados que yo, y con la voz afónica me dijeron: “Jo-der”.
Ya en la segunda mitad del show comenzó el bombardeo de temazos. No podría destacar ninguno sobre los demás porque son todos increíbles: ‘Carlos Baute‘, ‘Lo que sé de ti‘, y, sobre todo ‘Operación de miopía‘ son de mis canciones favoritas de la banda, y es que, qué manera tan satírica de reflejar que, joder, no somos tan guapos, y es lógico que a veces “no quieran vernos más”, pero, bueno, al menos somos majos.
Otro de los himnos que nos presentaron los Vecinos fue ‘Lolo‘, auténtico punk exaltando a las barras bravas que se citaron en la Wurlitzer jaleando a un grupo ya desatado. Hubo un momento que para mí fue bastante TOP. En mitad del éxtasis de la banda, la energía se transmitió a los platos de la batería, que decidieron ceder ante las acometidas de Iñaki. Pero si algo me queda de mi época de reventar tres pares de baquetas al mes, es arreglar estos pequeños problemas del directo. Así que subí en mitad del tema y arreglé al pobre plato caído. Es un gran ejemplo del rollito de estos chicos, cercanía y simbiosis con su público.
Y ya el plato fuerte: ‘Valerón Tristán‘. “Han inventado la inteligencia artificial, te la voy implantar, así seguro que combina con tu personalidad” y…. Caña. Quien no baile esto es porque ya no siente los pies. Este tema debería estar en los top de Spotify. Yo se la he conseguido colar en sus playlist a mis amigos más puretas de la electrónica y a los que le dan más al metalcore… Ha dado igual, todos la quieren por igual, aunque prefieren a Valerón Tristán, cositas del Súper Depor, que sé yo.
En definitiva, Vecinos son una auténtica locura, buena música, una energía embriagadora, letras descojonantemente buenas y la sensación de estar viendo a tus colegas en el escenario. El 17 de noviembre cerrarán la gira que les ha llevado este año por varias salas de España en la Ciudad Condal. Yo espero cruzarme con ellos en algún festival de este verano. Ejem… Sonorama… haz un poco de caso.
Cazador de ibericracks.