Maestro Espada se reivindica como una de las mejores propuestas del panorama nacional

/ febrero 7, 2025/ Crónicas

El dúo murciano encandila a La Sala del Wizink con su simbiosis entre la tradición y lo experimental

El pasado 5 de febrero, La Sala del WiZink (ahora Movistar Arena) se convirtió en un templo de sonidos huertanos y emociones profundas con el concierto de Maestro Espada, de la mano del Inverfest. El dúo murciano, formado por los hermanos Alejandro y Víctor Hernández, desplegó su propuesta única en un ambiente de recogimiento absoluto, en el que el público apenas osaba romper el silencio sepulcral que dominaba la sala. No era un silencio vacío, sino uno cargado de respeto y emoción, como si cada asistente estuviera en un trance colectivo, simplemente sintiendo la música.

Lo que transmite Maestro Espada es calma, sosiego, el calor de la casa del pueblo, la añoranza por lo pausado y el retorno a las raíces, una alegoría perfecta al beatus ille. Su música huele a tradición, pero también a vanguardia, se siente brisa y a la par tempestad y, sin duda, sabe a paparajotes y a alta cocina. Es un viaje sensorial que transporta a un lugar mejor, uno donde el tiempo se ralentiza y todo cobra un sentido más profundo.

Acompañados por el magistral Raúl Frutos de Crudo Pimento a la batería, el dúo alcanzó una intensidad sonora que se sentía en el cuerpo. Cada golpe de bombo reverberaba en el pecho de los asistentes, amplificado por la espectacular acústica de la sala. La combinación de la percusión con las voces y la instrumentación minimalista de Maestro Espada creó un tapiz sonoro envolvente, hipnótico y, por momentos, sobrecogedor.

A nivel visual, el espectáculo estuvo acompañado por un juego de luces que dialogaba perfectamente con la atmósfera del show. Tonos cálidos y sombras difusas envolvían la escena, reforzando el aura mística y onírica de la propuesta. A momentos, la iluminación convertía a los músicos en siluetas fantasmagóricas, acentuando la sensación de estar presenciando un ritual ancestral traído al presente.

Si algo caracteriza a este proyecto es su capacidad de mutar y sorprender. Un momento álgido del concierto llegó con su atrevida versión de ‘Maquillaje’ de Mecano, reinterpretada en clave de una especie de nu metal. No solo se atrevieron a transformar el clásico, sino que incluso llevaron la energía al límite con berridos que desafiaron cualquier expectativa previa. Fue un giro inesperado y brillante, que dejó claro que Maestro Espada no tiene miedo de explorar nuevos territorios sonoros.

Su música nace del folclore murciano, sin embargo, se ha convertido en algo muy de allí y, a la vez, de todas partes. En esa dualidad radica su magia, en la capacidad de convertir la tradición en algo universal, en conectar con el oyente sin importar su origen. Canciones como ‘Salve’ o ‘Granaíco’ resonaron con la fuerza de lo atemporal, mientras que ‘Estrellica’ y ‘La Despedía’ envolvieron la sala en un halo etéreo y casi fantasmagórico.

El concierto de Maestro Espada fue mucho más que una presentación en vivo; fue una experiencia inmersiva, un rito en el que la música y la emoción se entrelazaron de manera sublime. En un mundo cada vez más acelerado y tecnológico, su propuesta se alza como un recordatorio de la importancia de lo humano, de lo tangible y de lo emocional. Una noche inolvidable en la que, por un par de horas, el WiZink se convirtió en un rincón perdido de la huerta murciana, donde el tiempo se detiene y la música lo llena todo.

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Cazador de ibericracks.

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