Chica Sobresalto, de Marte a «Plutón»

/ abril 9, 2024/ Crónicas, Galería

Marte colisiona con Plutón. Chica Sobresalto viene esta noche a Málaga a presentar su último álbum titulado como ese planeta enano: «Plutón». ¿En qué sala mejor que en la sala Marte? La densidad del humo en la atmósfera del recinto hace que apenas se distinga la silueta de la banda desde la multitud. «No se ve nada», se queja un chico de unos 30 años entre el público, sumido en las nubes artificiales que envolvían la sala. La banda comienza el espectáculo con ‘La estrella’ para hacer un arranque máximo.

Maialen Gurbindo, la vocalista, no tarda en hacer gala de su característico ingenio. «No puedo subirme», bromea, «el techo está tan bajo y ya venimos con pocas neuronas como para quedarnos con menos». Arranca risas entre los y las asistentes, aunque no mitiga del todo la frustración de algunas personas por la falta de visibilidad. Luego, Chica Sobresalto continúa su odisea sonora en la sala Marte, desencadenando una cascada de emociones con su ‘Adrenalina’ y ‘Dopamina’. La primera, un torbellino de ritmos frenéticos y letras ardientes. La segunda parece resistirse a llegar a su fin. El local resuena con el eco de los gritos de la audiencia al unísono: «¡Mujer eléctrica!».

Chica Sobresalto arrancando el concierto. / Laura Ruiz

Chica Sobresalto arrancando el concierto. / Laura Ruiz

Con ‘El desorden’, Chica Sobresalto alcanza un nuevo nivel de intensidad. El tema adquiere vida propia, extendiéndose en el tiempo como un viaje interminable a través de los sentidos. La voz de Maialen se eleva por encima de la melodía, impregnada de una energía magnética que abraza a todos y todas. También desordena la sala. Un desorden sistemático y antimatemático. Ahora llega el momento del descanso de la banda. Solo se queda la cantante para interpretar los sencillos más tranquilos. Suenan ‘Plutón’, ‘El tiempo bala’, ‘Sertralina’ y ‘La ermitaña’. Así, relaja el subidón para volver con más energía para lo que queda de concierto.

Chica Sobresalto en el descanso. / Laura Ruiz

Chica Sobresalto en el descanso. / Laura Ruiz

Más tarde, la sala logra un clima tropical por la irrupción de ‘Fusión del núcleo’. El ritmo pegajoso de la canción sube la temperatura. Los cuerpos se mueven al compás como hojas en una brisa cálida. El público se entrega por completo a la energía arrolladora de la banda. Tras esto, suena ‘Selección natural’, una oda a la supervivencia y la fuerza interior. Las letras crudas y directas resuenan, recordándole a cada persona que, en un mundo lleno de desafíos y obstáculos, se puede prosperar. La dulce voz de la vocalista, llena de determinación y pasión, lidera el camino mientras la banda acompaña con una precisión implacable.

Chica Sobresalto sintiendo 'Hogar'. / Laura Ruiz

Chica Sobresalto sintiendo ‘Hogar’. / Laura Ruiz

Maialen destaca con humor: «A partir de este momento se me olvida lo que viene. Estoy contenta. Es culpa vuestra. Me distraéis». La risa de Málaga la contagia mientras se prepara para entregar otro momento memorable. Sin más preámbulos, comienza a entonar los acordes de ‘Tengo el corazón contento’. Se convierte así en el himno de la noche, una celebración de la vida, el amor y la música. Suena ‘El hogar’, lo que siente ahora mismo que es esta sala. En el fondo de la pista, dos grupos de amigas y amigos bailan y cantan al unísono, formando pequeñas islas de felicidad.

Maialen justo antes de bajarse con el público. / Laura Ruiz

Maialen justo antes de bajarse con el público. / Laura Ruiz

Después, se baja con su querido público, fusionándose con él en un éxtasis colectivo de música y movimiento. Al son de ‘Bailando raro’, Maialen se aventura entre la gente, cantando y bailando junto a sus fans que la rodean con entusiasmo. Los móviles se alzan en el aire para capturar esta experiencia única. Los flashes la iluminan. Al final regresa al escenario entre aplausos y vítores, y tras de sí, un rastro de alegría y felicidad.

El concierto alcanza su clímax con ‘La monogamia’. Una explosión de rebeldía en la ciudad malagueña. Los acordes potentes y las letras reivindicativas resuenan en cada rincón de Marte, aunque el grupo musical haya trasladado al garito a «Plutón». La noche acaba desafiando las convenciones y cuestionando los conceptos establecidos. La artista se sube de nuevo a la caja y choca su cabeza y su mano con el techo. Y mientras las luces se desvanecen y el eco de la música también en la distancia, queda la sensación de que algo ha cambiado para siempre. Chica Sobresalto ha dejado su huella imborrable en el corazón de la sala Marte de Málaga.

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Periodista con conocimiento en cultura, sobre todo, cine y música. También guionista de ficción y documentales.

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Malagueña, comunicadora audiovisual enamorada de la fotografía y de la música. Aquí puedes ver mis fotos de conciertos y festivales.

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