Juancho Marqués convierte a Málaga en un «Paraíso 39»
El reloj marca las nueve de la noche. En el escenario de la Sala París 15 aparece una camisa de cuadros negros y naranjas. Marca el peligro de este cantante y su música, que cada tiempo que pasa más personal se vuelve. Se trata de un Juancho Marqués diferente al que vino la última vez. Después de tantos años, trae a la ciudad malagueña su nuevo álbum «Paraíso 39», que anteriormente había presentado en el WiZink y que se centra en un nuevo sendero del rap.
Se escucha ‘Aire’, el décimo tema del disco. El espacio se llena de luces que pintan de azul al artista y a toda su banda tras él. El artista sevillano toca un teclado al mismo tiempo que usa su voz para interpretar la obra. Luego, con ‘Tú qué ves en mí’, no puede borrar lo que está escrito, pero sí que puede invitar al público a dar besos y abrazos a la persona con la que han venido. Desde la primera fila se percibe el cariño que se dan dos grupos de amigas y algunas parejas.
Ahora Málaga se traslada a ‘Barbate’. «Pasa el tiempo y al final siento lo mismo«, canta Juancho Marqués justo antes de lanzar su disco a la pista. Lo atrapan por la zona central. Suena ‘Luz azul’ acompañada de luces del mismo color. El rapero seguro que piensa en hace cuatro años, cuando publicó este sencillo. No para de ir de un lado a otro del escenario. De esta manera, siente que se conecta con cada persona que está escuchándolo y disfrutando de la noche. No se olvida de nadie.
El local regresa al verano de 2021 gracias a ‘Isla /solo’. «¿Cómo va a ser?«, repite en cada estribillo al mismo tiempo que el público lo grita a viva voz. Termina la canción declarando que le gusta estar solo. Más de uno en la pista expresa lo mismo, aunque el artista no logre escucharlo. La siguiente, ‘Quema’, se la dedica a su hermana, a su tío Antonio, a sus abuelos y a toda la gente que se fue antes de tiempo. También recuerda «a todos los niños de Gaza, Palestina y Cisjordania, que los están asesinando. A toda la gente que se fue injustamente«. Las luces se mantienen azules, añadiendo varios láser rojos.
Le toca a ‘En libertad’, el tema que abre su disco. Vuelven a lanzarse láser, aunque esta vez blancos, por la sala. El vocalista apenas se mueve del soporte del micrófono. Lo sujeta a dos manos. Se balancea suavemente para adelante y para atrás. Desde el público se oye un «qué bien cantas» que al parecer procede de la boca de un chico. «Se escucha to’. Tened cuidao’ con lo que decís«, responde Juancho entre risas. Otro disco que va a ser lanzado directo a la pista cuando empieza ‘El faro’. Entonces el mundo gira y le falta el aire. Juancho va jugando con él. Lo levanta y pregunta: «¿Quién lo quiere entonces?«. El público lo reclama más que nunca. Pero el objeto sigue sin tener dueño o dueña. Al final acaba por el lado derecho de la pista.
‘Mira pa otro lao’, retumba en los altavoces de la París 15. En cambio, todo se para cuando el artista se percata de que está ocurriendo algo entre la gente. «¿Todo bien ahí?«, suelta, sabiendo que hay pelea. «Le ha tirado la cerveza a mi amiga«, se oye. «Discúlpate con la chavala si se la has tirado«, le ordena Juancho Marqués. «Vamos a estar de buen rollo«. Se viene ‘Internacional II’, colaboración que tiene con Sule B, para conmemorar su antiguo grupo Suite Soprano. «Soy Soprano para siempre«, termina. La audiencia no para de gritar. Da comienzo a una de Suite Soprano que está fuera del setlist, ‘Por los siglos’. Juancho brinda con una lata de cerveza en la mano hacia el público. Después la deja en la mesa de mezcla de su banda. ‘Si yo estuviera enamorao’ irrumpe pero no sin antes preguntar quién está enamorado. La sala mueve la mano y el brazo, haciendo el típico gesto del rap.
Se apagan todas las luces, solo hay un foco encima del vocalista mientras la banda y él interpretan ‘Quiero marcharme’. Tras esta, Juan Arance, coro de voces, compositor y cantante, se sienta en un taburete en medio junto con Gabriel Fernández, guitarrista y director de la gira. Le dan vida a una canción inédita. Luego, reaparece Juancho, que con la aportación de Juan, canta ‘Los caños de Meca’. Ambos rondan por el espacio. ‘Es tarde (capítulo I)’, echa a Juan, que se va a su teclado. Juancho vuelve a protagonizar la noche y tira otro disco por la izquierda. Málaga vuelve atrás en el tiempo con ‘Paralelo circular’ y ‘Te acuerdas que’.
Juancho se baja a la pista. Se sienta en la valla. El rap más rap del concierto, ‘En privao’. Acto seguido, el artista recuerda temas que cien por cien todo el mundo se sabe. Próxima parada: ‘Ibiza’. La gente se cree hasta más cantante que el cantante. Y ya en la siguiente, ‘Benicàssim’, más todavía. Lo más seguro es que la gran mayoría ha estado esperando todo el show para disfrutar de ‘Química’. El local canta y baila al son del sencillo.
Sin embargo, nada de esto es igual que la que cierra la sala. «Cómete el mundo, Juancho«, le indican desde la muchedumbre. Él lo escucha. Se ríe. Realiza una pausa en la actuación. Cómo sabe Málaga —y el resto de Andalucía que ha venido aquí— que ahora ‘Nos vamos a comer el mundo’. Así mismo, Juancho Marqués bautiza a esta noche como la noche en la que hubo muy buen rollo.