Desmelenao, un Don Juan en su tierra

/ mayo 7, 2024/ Crónicas, Galería

La sala La Trinchera se ve bandolera esta noche. Cuatrocientas personas llevan un pañuelo atado en el pelo. Un Don Juan con una rosa en la boca se mueve por la pasarela hasta llegar al escenario para presentar «El niño ciego y alado». Mesas pequeñas con copas y manteles antiguos, dos altares de velas y cuatro músicos. Tras tremendo teatro musical en Madrid, Desmelenao recibe a su querida Málaga vestido de bandolero de 2024.

Se trata de la obra de Don Juan Tenorio versión música muy malagueña. Y no solo está el protagonista, también Doña Inés, el cura y otros personajes principales. Comienza el drama religioso-fantástico. En ‘Intro (I. Prólogo)’, el cantante irrumpe en el escenario con su capa y su rosa, flor que lanza al público cuando saluda. Le sigue ‘Eros (II. El niño amor)’, donde Doña Inés le coloca una venda negra en los ojos. Habla del niño predilecto, el niño ciego y alado. Luego, suena ‘Báilame (III. Pasión)’. Se quita la venda y la capa. Quiere que el público baile con él.

Desmelenao se coloca un pañuelo como uno más en La Trinchera. ‘Bésame mucho (XI. Súplica)’ es el momento para que las parejas asistentes se peguen más y se den besos. La gente vitorea con mucho entusiasmo. Y con razón porque toca ‘Bandolero (VIII. Perdón)’. Aquí el cantante demuestra el deseo de posesión de Don Juan Tenorio o de cualquier egoísta. Aparece Curro. Viene de Cádiz y es un invitado especial. Cantan un tema juntos. En ‘No sé hablar del amor (IV. Ausencia)’ la gente se relaja un poco.

Pero no tarda mucho en volver la misma energía de antes cuando toca el momento de ‘Queriendo Flojito (V. Secreto)’. «Grita mi nombre no quiero ser aquello que escondes», se oye al unísono en la sala. Es tan pegadiza que hasta las personas que han venido sin saber dónde se metían, la cantan. Se hace una pausa para el álbum y añade ‘Si te diera un bolero’ con el resto de su equipo a su lado. También interpreta una canción improvisada para decir «Si te quedaste solo, fue tu culpa Don Juan».

El artista se sienta en una silla con una iluminación tenue para interpretar ‘Na’ más que disgustos (VI. Cosas de hombres)’, la canción más triste del disco. Se trata de un sample del clásico ‘Y sin embargo te quiero’ de Conchita Piquer. ‘Tantas tentaciones (VII. Ramero)’ muestra que Don Juan y cualquier joven de ahora son lo mismo. Quieren a alguien, pero están rodeados de muchas tentaciones. A mitad del concierto, la audiencia está con ganas de seguir y seguir, sin querer que termine. La siguiente, ‘Una última rumba (IX. Despecho)’. «¿A quién le gusta la rumba?», pregunta Desmelenao a su público antes de comenzar a cantarla. Bailar y bailar. Palmas y palmas.

Llega un punto de giro con ‘Otra niña me querrá (X. Confesión)’. Suena la canción popular ‘El patio de mi casa’. La gente grita «Chocolate, molinillo. Corre, corre. Que te pillo. A estirar, a estirar. Que el demonio va a pasar» mientras el cantante brinda con sus tres músicos. Rodeado de luces azules se arrodilla Don Juan. Un cura se planta ante él mirando hacia el público. En medio de la interpretación del tema, ambos recitan versos del gran teatro de Don Juan Tenorio. Toda la pista se queda en silencio y con la boca abierta. Muchos no pierden la oportunidad de grabar el momentazo.

La sala conoce que el amor de Don Juan y Doña Inés fue ‘Un Descuido (XII. Penitencia)’. El público disfruta sin descanso. Pero el subidón se acaba pronto con los dos temas próximos. Se apagan casi todas las luces. Las mujeres de Don Juan Tenorio le tiran flores, pasando una a una, al altar. En la pantalla de atrás se muestran imágenes de Julio Iglesias y escenas icónicas del cine relacionadas con el tema. Llega el momento de la ‘Muerte de Don Juan (XIII. Niño)’. Desmelenao se arrodilla ante el altar y su público malagueño hasta que se muere, tirándose para atrás. Tras esto, se sienta en una silla y a sus dos lados se sientan en el suelo los músicos. Suena ‘Hierro y miel (XIV. Nana a la madre)’. Esta noche se ha sentido como una mezcla entre un teatro musical y un encuentro con colegas de siempre.