Starter Packs #1: Math Rock

/ diciembre 3, 2020/ Recomendaciones

Estrenamos sección en Nuevas Frecuencias, esta vez recomendando álbumes de un estilo concreto a modo de guía para principiantes. Primera parada: Math Rock.

Una frase sin un dueño claro (atribuída a David Byrne, Elvis Costello, Thelonius Monk y a una gran lista de músicos) cita lo siguiente:

Escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura.

 

Pues hoy escribiremos sobre música y arquitectura. Hablaremos sobre el math rockel subgénero que transforma lo anteriormente conocido como el estilo de la rebeldía, la diversión y la energía desenfrenada en un panorama de ritmos entrecortados, medidas de tiempo irregulares y melodías angulares. Entraremos de lleno en los cálculos métricos y la demencia sonora, eligiendo 8 álbumes que hacen de embajadores de este género, perfectos para cualquier iniciado.

1. KING CRIMSON – Discipline (1981)

Es discutible nombrar este álbum como el precursor al «rock matemático», pero en mi opinión no hay disco que más represente los esquemas enrevesados y melodías poliédricas del math rock como éste. King Crimson es una banda de rock progresivo puro. No se acata a los estándares del prog como género, sino que vive la evolución como esencia. De este modo, al entrar en la década de los 80, cambió su sonido para integrar como clave de su estilo medidas singulares, líneas polifónicas entrelazadas y una producción new wave transparente, que no daba margen al error.

‘Discipline’ fue el prototipo de una corriente en desarrollo, un álbum repleto de una técnica instrumental paranoica que muy pocos se atreven a replicar (desde aquí saludamos a Tool, que se lleva la medalla a la perseverancia).

 

2. DON CABALLERO – What Burns Never Returns (1998)

Uno de los estandartes del math rock propiamente dicho es el grupo Don Caballero. Compartiendo estilo con bandas mixtas de post-rock (Slint), midwest emo (American Football) y noise rock / post-hardcore (Tera Melos, Shellac, Polvo) dominaron la escena del underground de finales de los años 90.

‘What Burns Never Returns’ es un álbum de contrastes. Don Caballero se centra en crear una experiencia única con rock instrumental que juega con tu cerebro rompiendo con todos los paradigmas previamente controlados. Desde bruscos cambios de ecualización a referencias internas indescifrables, la música de este disco sienta las bases de la vieja escuela math preferida por los auténticos fanáticos.

 

3. THE DILLINGER ESCAPE PLAN – Calculating Infinity (1999)

El mathcore es la versión del hardcore que rechaza el dogmatismo lírico y se centra en la música impulsiva pero calculada. La variante más extrema del math rock coge la furia punk y las estructuras del metal progresivo para ofrecer estallidos de agresividad y técnica que provocan verdaderos dolores de cabeza (en el mejor sentido).

El álbum debut de The Dillinger Escape Plan contiene una violencia explosiva que es difícil de comprender sin haberlo escuchado antes. Pasajes de teoría musical derivados del jazz se entremezclan con riffs atropellados y alaridos psicóticos. ‘Calculating Infinity’ constituye uno de los mayores logros musicales del s. XX que no todos pueden comprender.

 

4. HELLA – Hold Your Horse Is (2002)

Es impresionante la cantidad de caos y disonancia que pueden formar solo 2 músicos. Hella es el producto de la unión de Spencer SeimZach Hill (baterista del grupo de hip hop experimental Death Grips).

En 2002 los principios del math rock ya eran conocidos y el estilo empezó a sufrir una rigidez preocupante. Aquí es cuando entra ‘Hold Your Horse Is’, devolviendo la diversión al género sin dejar de lado las velocidades instrumentales endemoniadas, estructuras crípticas y los inesperados cambios de rumbo, varias veces durante la misma canción. Si de algo estoy seguro, es que Hella es el peor enemigo de un transcriptor de tablaturas.

 

5. FOALS – Antidotes (2008)

No todo el math rock es hostil e inaccesible. La mezcla de indie rock con toques de ecuaciones rítmicas es la marca de los archiconocidos Foals. Esto no es ninguna casualidad, puesto que el conjunto de Yannis Philippakis nació de las cenizas de un grupo de math rock puro llamado The Edmund Fitzgerald.

Publicado antes de que se convirtieran en uno de los cabezas de cartel más queridos por el público indie‘Antidotes’ fue un soplo de aire fresco en una escena inglesa plagada de clones de alternative rockdance-punk. Si sólo conoces su existencia desde el mítico ‘Spanish Sahara‘, merece la pena echar un vistazo atrás y apreciar sus inicios.

 

6. BATTLES – Gloss Drop (2011)

Estridente, psicodélico, surrealista y catártico. Todos los adjetivos anteriores se pueden aplicar a Battles, un conjunto mayoritariamente instrumental que puede sacar de quicio a la vez que maravillar al oyente. ‘Gloss Drop’ refleja una felicidad exagerada que roza lo inquietante, una euforia extraña que me hace pensar que es un proyecto de alienígenas imitando la música creada por los humanos.

Desde la curiosa colaboración en la banda sonora del videojuego Little Big Planet a la experimentación electrónica digna del dadaísmo en ‘Juice B Crypts’, Battles es uno de los grupos más imprevisibles de los últimos años.

 

7. DELTA SLEEP – Twin Galaxies (2016)

Ni el más conocido ni el más notable, pero ‘Twin Galaxies’ ofrece más de lo que parece a primera vista. Su tema conceptual sobre aventuras subacuáticas define muy bien la experiencia de Delta Sleep, un grupo que bebe de varias fuentes. Puede gustar a fans del indie así como del emo y post-hardcore, sin venderse a ninguno, encontrando puntos en común con todos entre breves fogonazos de experimentación.

El secreto de este disco es su capacidad de poder ser escuchado sin tener idea alguna de géneros musicales, encaja perfectamente en una escucha casual en la radio o en una sesión analítica de melodías y ritmos. Un disco infeccioso que mejora cada vez que lo sacas del reproductor y lo vuelves a introducir. Al igual que los tentáculos de la portada, te atrapa y no te deja salir de su mar de belleza sonora y canciones pegadizas.

 

8. BLACK MIDI – Schlagenheim (2019)

Terminamos nuestra guía con uno de los grupos revelación de 2019, la joven banda londinense black midi. Su mezcla de influencias y escuelas de pensamiento reflejan una madurez insólita en un conjunto tan reciente. Lejos de imitar a sus ídolos, marcan a fuego su estilo desde el minuto 1. Un noise rock con erráticos pasajes calmados, atmósferas contaminadas de suciedad distorsionada, narrativas indescriptibles y uno de los frontman más extravagantes del momento.

Es una gran suerte que ‘Schlagenheim’ se colase en varios tops del año pasado (los Mercury Prize incluídos). Ya era hora de refrescar el rock actual.

Y con estos 8 proyectos terminamos nuestra nueva sección, que me hace pensar que nunca unos deberes de matemáticas fueron tan entretenidos. Dad jokes aparte, estad atentos a las próximas entregas de los Starter Packs de Nuevas Frecuencias, en los que encontraréis las recomendaciones más directas hacia vuestros subgéneros favoritos.

 

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