Starter Packs #2: Slowcore

/ septiembre 29, 2021/ Recomendaciones

La oveja negra del rock alternativo es nuestra protagonista en la segunda edición de los Starter Packs. Bienvenidos al Slowcore.

También conocido como Sadcore por sus profundas reflexiones y giros de pesimismo, el Slowcore es el hermano mayor del emo y la variante más oscura del rock alternativo. Sin olvidarnos de algunas claves del género, esta lista no será una repetición de los mismos de siempre, así que desde aquí pedimos disculpas a los puristas de Low, Red House Painters, Galaxie 500 y Codeine. Con estas recomendaciones comprensivas, veremos la variedad y la influencia que ha proporcionado este estilo frecuentemente olvidado en la música actual. Empecemos.

1. SPARKLEHORSE – Vivadixiesubmarinetransmissionplot (1995)

Mark Linkous es uno de los modelos de artista DIY más interesantes de los 90. Publicado bajo el nombre de Sparklehorse, su debut Vivadixiesubmarinetransmissionplot’ rebosa creatividad y experimentación de baja fidelidad. Utilizando sonidos encontrados, dejando a la vista errores de grabación como material de composición y aprovechando amplificadores rotos, este álbum sentó un precedente que muchos artistas tomaron como inspiración para sus experimentos, tales como Phil Elverum (The Microphones, Mount Eerie), Thom Yorke (Radiohead), Grandaddy, The Mountain Goats o PJ Harvey.

Como documento de creación lo-fi, este proyecto es uno de los logros más importantes para entender las corrientes alternativas que se crearon tras la democratización de la música underground.

The parasites will love you when you’re dead
Hiding all the rattles in my bed
Come crawling in with bulging eyes
Now I can see there’s a bad moon on the rise

SPARKLEHORSE – Weird Sisters

 

2. DUSTER – Stratosphere (1998)

Siguiendo el camino de los álbumes de rock espacial de los 90, como ‘Fantastic Planet’ de Failure (1996) o las sesiones fallidas de Weezer con ‘Songs From The Black Hole’ (1994 – 1996), Duster publicó una clase maestra del estilo con ‘Stratosphere’, sin duda, la más pura de esta lista.

El ritmo cansado de la batería es la columna vertebral del subgénero, complementado por los clásicos «downstrokes» en la guitarra que, sin generar sonidos peculiarmente duros, caen sobre tí como una tonelada. La desgana con la que cantan es un rasgo característico que compite con la rabia contenida del grunge, al cual rivalizaban con sus discretas canciones en un acto de ironía. Si el objetivo era captar la atención en los conciertos, no eran necesarios gritos ni guitarras ensordecedoras, sino una apatía completa contra el público. Un álbum polvoriento y quemado por el sol, ‘Stratosphere’ es la piedra angular del slowcore.

Will I be able to speak
After a stiff drink?
Would it break my panic?
Would the sweat stop pouring out?

DUSTER – Inside Out

 

3. PEDRO THE LION – Winners Never Quit (1998)

Con un trasfondo de rock cristiano, David Bazan siempre ha tenido la duda en más estima que la propia creencia. En su segundo álbum como Pedro The Lion, David propuso un disco conceptual sobre la corrupción política, la caída en gracia de un hombre ejemplar, el asesinato y la imposibilidad de una redención divina. Aunque la tragedia de ‘Winners Never Quit’ fue amplificada en los siguientes álbumes, poniendo en entredicho los dogmas societales y religiosos de Estados Unidos, el impacto de este trabajo es crucial en el género. La música emo aún no era considerada como una moda pasajera de pop punk, sino un medio por el que expresar los más siniestros y crudos pensamientos. Canciones rockeras como ‘Simple Economics‘ o ‘A Mind of Her Own‘ contrastan en gran medida con momentos traumáticos como ‘To Protect The Family Name‘ o su inquietante final.

Atmosférico y mortalmente lento en su ejecución, ‘Winners Never Quit’ es el ejemplo perfecto de un disco slowcore en su máxima esencia, quizá igualado por su contraparte más corrosiva ‘Control’ (2002). Una joya escondida a simple vista.

Count it a blessing
That you’re such a failure
Your second chance might
Never have come

PEDRO THE LION – Winners Never Quit

 

4. SR. CHINARRO – La Primera Ópera Envasada Al Vacío (2001)

Excavando un túnel en nuestra tierra, encontramos La Primera Ópera Envasada Al Vacío’, el álbum de slowcore español con el que me quedo en esta lista. Sr. Chinarro era un experto en hacer música realmente inspirada y ciertamente, extraña. Si nos olvidamos un poco de su carrera actual como super estrella del indie pop nacional caducado y agotado, podemos escuchar un disco muy difícil de encasillar. Esto es un álbum agresivamente anti-comercial, con estructuras difusas, neblinas de instrumentación chapucera y surrealismo lírico, más inspirado en cineastas como Luis Buñuel que en otros músicos.

Merece la pena experimentar este proyecto al completo sumergiéndose en la distorsión y en la catarsis de teclados efímeros con unos cascos que nos aíslen del mundo real, saboreando cada incógnita en el camino.

Si fuera una excursión,
una tras otra de negro en el vagón,
que es de madera y te deja ver la orilla,
el alquitrán y, ya quietas, las chiquillas …

SR. CHINARRO – El Recolector De Sandías

 

5. THE ANTLERS – Hospice (2009)

‘Hospice’ nació como parte de un exorcismo emocional de los demonios internos de Peter Silberman. El álbum narra la historia de una relación abusiva tras el velo ficticio de una paciente de cáncer terminal y su enfermero. Contado con una espeluznante cercanía (incluyendo los posiblemente insoportables ruidos bocales del cantante, pegado al micrófono), The Antlers nos trasladan a la camilla del hospital en primera persona. El diluido fondo musical es un océano de olas lejanas, cuya marea sube para explotar con unas codas eufóricas, reminiscentes de discos como el inmortal ‘In The Aeroplane Over The Sea’ de Neutral Milk Hotel (1998) o una versión macabra de ‘Funeral’ de Arcade Fire (2004). Que no te eche atrás su idiosincrásico sonido, de incómodos susurros y cambios bruscos de dinámica, es un trabajo en el que encontramos más y más cada vez que lo ponemos en el tocadiscos.

Suddenly every machine stopped at once
And the monitors beeped the last time
Hundreds of thousands of hospital beds
And all of them empty but mine

THE ANTLERS – Shiva

 

6. JULIE DOIRON – I Can Wonder What You Did With Your Day (2009)

‘I Can Wonder What You Did With Your Day’ es el esqueleto de un amor roto, los restos de una vida de incertidumbre. Julie Doiron nos cuenta su experiencia tras su reciente divorcio del padre de sus hijos, redescubriendo los pequeños momentos propios que alegran el alma. El fantasma de una relación que aún parece real nunca se ha ido de la casa, y la juzga desde el fondo del pasillo, siempre presente. Las líneas entre los círculos comunes de amigos y familia han sido comprometidas y todo necesita un comienzo de cero.

Esto es un disco intimista cuya energía reside en su orgullosa falta de ambición, una esencia slowcore e indie folk que llora por recuperar unas costumbres olvidadas, con toques de noise rock y experimentación ambiental para las heridas.

Every night following the end
Having just survived, and now you are just friends
And people insisted on telling you
What a great couple you had been
They insisted on telling you over again

JULIE DOIRON – Consolation Prize

 

7. GILES COREY – Giles Corey (2015)

Giles Corey es el proyecto paralelo de Dan Barrett, miembro del grupo de culto Have A Nice Life, una institución del post-rock. Su álbum auto-titulado de 2015 es la sublimación de las partes más atmosféricas y oclusivas de álbumes como ‘Deathconsciousness’ (2008) o ‘The Unnatural World’ (2014), siendo éste el disco de avant-folk (folk de vanguardia) más importante de los últimos años. El slowcore se entremezcla con shoegaze, drone y ambient en temas que actúan como agujeros negros de desesperación y angustia existencial, raramente iluminados por escasos destellos de esperanza, que son destruidos al momento. La deprimente experiencia de ‘Giles Corey’ tiene un gran poder, que puede arruinar tu día en cuestión de 56 minutos o darte una nueva perspectiva sobre cómo fusionarte emocionalmente con un álbum.

Over the bridge of sighs
We will get a cross like Christ, crucified
It’s like a birth but it is in reverse
Never gets better, always gets worse

I wanna feel like I feel when I’m asleep

GILES COREY – No One Is Ever Going To Want Me

 

8. INDIGO DE SOUZA – I Love My Mom (2018)

Indigo De Souza nos ha sorprendido a todos con su más reciente trabajo ‘Any Shape You Take’, pero todo éxito tiene su humilde comienzo. ‘I Love My Mom’ construye los cimientos de una carrera de indie rock prometedora, con una base musical de bedroom pop melancólico y slowcore de manual adornada con melodías vocales inspiradas en el chamber pop teatral y barroco de Regina Spektor. El slowcore se encuentra más en el contenido musical que en el lírico, poniendo a escena las influencias que formaron el subgénero, cuyos detractores lo califican de sad rock, fijándose únicamente en sus letras. La manera de hilar las estructuras pesadas del slowcore con las florituras desenfadadas del pop es lo que da luz a este álbum, una espiral de confusión amorosa y amargura juvenil camuflada por una paleta de colores brillantes.

I had to get out
My skin was losing its shine
And if I could’ve stayed
You wouldn’t see me this way
But I’m young and I don’t know what I want

INDIGO DE SOUZA – I Had To Get Out

 

Espero que estas recomendaciones hayan ampliado vuestra perspectiva sobre el Slowcore, este maltratado subgénero. Así como nuestro primer Starter Pack dedicado al Math Rock, podéis encontrar una lista de canciones que os ayudarán con este reflexivo viaje. Nos vemos en la próxima entrega de los Starter Packs de Nuevas Frecuencias.

Starter Packs #1: Math Rock

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