Liturgy – Origin of the Alimonies | Reseña

/ diciembre 2, 2020/ Reseñas

El proyecto de Hunter Hunt-Hendrix vuelve con una simbiosis de música clásica contemporánea, black metal de vanguardia y... ¿trap? Nos encontramos ante una pieza adelantada a su tiempo, en cierto modo incoherente pero siempre intrigante.

liturgy album

 

Discográfica: YLYLCYN

Lanzamiento: 20/11/2020

Género: Avant-Garde Black Metal, Modern Classical, Glitch, Experimental

 

 

 

Liturgy ha sufrido varios cambios desde sus inicios como una banda de black metal / math rock, con brillantes esfuerzos como ‘Aesthethica’ en 2011 y el polarizante ‘The Ark Work’ en 2015. Enfureciendo a los más puristas, su líder Hunter Hunt-Hendrix publicó su manifiesto ‘Transcendental Black Metal’, un documento en el que optaba por la reinvención de un género con dogmas férreos e inamovibles. Usando los pilares musicales de un movimiento inicialmente misántropo y satánico, HHH aprovechó para utilizarlos a su favor como una vía por la que comunicar su particular visión sobre metafísica y ontología.

Esbozos de su doctrina intelectual se pueden observar en todos sus álbumes, pero en 2019 se vieron magnificados con el espectacular ‘H.A.Q.Q.’, que abrió nuevas puertas a Liturgy con grandes reverencias de conocidos críticos musicales. Ahora, Hunter Hunt-Hendrix regresa con ‘Origin of the Alimonies’, una ópera black metal sobre los inicios de personajes mitológicos e ideas filosóficas propias que involuntariamente documenta su reciente transición de género. Refleja las ansiedades del proceso y formula su obra más ambiciosa: de transformación física a ascensión espiritual.

El álbum empieza con la obertura ‘The Separation of HAQQ from HAEL’ , que nos anuncia el hecho de que Liturgy no hace black metal al uso. La aparición de instrumentos clásicos agresivamente interrumpidos por tremolos matemáticos marca de principio a fin los 37 minutos del disco, proponiendo una mezcla entre Stravinsky y Mayhem. Tras la casi estrictamente neoclásica introducción encontramos el dúo de canciones ‘OIOION’s Birth‘ y ‘Lonely OIOION‘. Aquí se nos ofrece la definición de lo que mejor sabe hacer Hunter Hunt-Hendrix: la creación de paisajes que juegan con la dualidad de los modelos musicales del serialismo y el apocalipsis auditivo del black metal, con una verdadera metralleta de crescendos que hacen que el cielo se te caiga encima. Esquemas académicos rotos por una brutalidad incesante.

The Fall of SHIHEYMN‘ es la viva encarnación de una pieza de Karlheinz Stockhausen si se hubiera maquillado con corpsepaint. Totalismo vanguardista y secuencias atonales adornan esta composición, que precede a la innovadora ‘SHIHEYMN’s Lament‘.

A partir de este punto, las ideas paralelas al hip hop trap que utilizó HHH en proyectos como Kel Valhaal toman forma (como en su álbum ‘New Introductory Lectures on the System of Transcendental Qabala’ de 2016). Gritos black desgarradores se difuminan con beats de trap y voces procesadas. Pianos controlados son sustituidos por breakdowns propios del más comercial metalcore.

A veces la inconsistencia musical es el punto fuerte de ‘Origin of the Alimonies’.

El álbum alcanza su madurez con ‘Apparition of the Eternal Church’, un ejercicio de 14 minutos en el que se explora las facultades sensoriales del autodenominado burst beat, una variante del blast beat encontrado en el metal extremo. Ésta iteración es utilizada de una manera muy diferente al anterior conocido. Funciona como una especie de mantra continuo, el triunfo de la transformación por medio de la repetición (golpes percusivos seguidos que forman una nota infinita, una frecuencia con la que sintonizar la mente para llegar a un estado extracorpóreo).

Todo el caos termina con ‘The Armistice’, un ritual algo desenfocado de cuerda, viento y electricidad. Quizá un final algo anticlimático, pero lejos de decepcionar, nos deja con ganas de más. Ganas de su contraparte audiovisual por ejemplo, cuyo adelanto salió en 2019 junto con su interpretación teatral en directo en Los Ángeles.

Liturgy nos brinda uno de los álbumes emblemáticos de 2020 entre todo el caos de producción y grabación. Es algo admirable que un esfuerzo como éste haya sido publicado y, aunque tenga un público minoritario, sea reconocido como se merece: la pesadilla que ninguna ópera rock hubiera anticipado.

+ posts
Compartir esta entrada