Joseluis grita al miedo de un país entero en su capital

/ noviembre 6, 2025/ Crónicas

El murciano hace soldout en su fecha dentro del ciclo Radar Joven

Otra noche más bajo el paraguas de Radar Joven y otro “sold out” para la colección. Esta vez, el protagonista era Joseluis, uno de esos artistas que no necesitan presentación entre los que van conociendo la nueva ola murciana. Su debut nos había dejado con la ceja levantada —de sorpresa y admiración—, y había curiosidad en el aire: ¿sería capaz de llevar al escenario esa mezcla de ternura y filo que destila su disco?

La respuesta llegó sin rodeos, en el primer acorde. Con su guitarra al frente y una banda que suena a familia más que a músicos de apoyo, Joseluis se plantó en el escenario con la naturalidad de quien no pretende nada más que disfrutar. Su voz, con esa rugosidad amable que parece abrazarte, fue el hilo conductor de un repertorio que basculó entre la melancolía y la euforia. Canciones que hablan de caerse y levantarse, de no saber qué hacer con el corazón y de celebrar que, pese a todo, seguimos vivos.

El público lo entendió al instante. Cuando sonó ‘Accidente’, la sala se vino abajo: móviles en alto y un silencio que decía mucho más que cualquier coro. ‘Guapo’, uno de los temas más coreados, se convirtió en un pequeño ritual compartido, y él, entre canción y canción, bromeaba, agradecía y demostraba que su humildad no es pose. Tiene ese tipo de carisma que no se fabrica: el de quien no ha olvidado de dónde viene.

A mitad del concierto, el ritmo se volvió más alegre con ‘Fortuna’ y ‘Miedo de un país’, dos temas que hicieron saltar hasta a los más contenidos. Entre un folk que suena a polvo y un pop que mira de reojo al indie, Joseluis se mueve con soltura. En ‘Como el Sol’ bajó las revoluciones y se puso romántico, con un punto de vulnerabilidad que lo hace aún más cercano.

El cierre fue por todo lo alto: ‘Navajas de Albacete’ sonó como un golpe de energía colectiva. La sala entera bailaba y gritaba, consciente de estar viviendo uno de esos conciertos que marcan el inicio de algo grande. Sin bis, sin artificio, solo una sonrisa y un “nos vemos pronto”. Y visto el recibimiento, todo apunta a que lo veremos, y en escenarios cada vez más grandes, poniendo una pieza más en la cada vez más prolífica ola murciana, con otros grupos como Maestro Espada o Rata.

Radar Joven vuelve a demostrar que su fórmula funciona: entradas agotadas, público joven, y artistas que se ganan el respeto a base de canciones honestas. En tiempos de macrofestivales y playlists impersonales, estos ciclos son un recordatorio de por qué seguimos yendo a las salas: porque nada sustituye a la emoción de estar ahí, cantando con desconocidos, sintiendo que la música aún tiene algo que decir.

Y Joseluis, sin duda, tiene mucho que decir. Lo hace con acento murciano, guitarra en mano y una sonrisa de esas que te dejan pensando que, quizás, la esperanza no está tan perdida.

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Cazador de ibericracks.