Zetazen llena de rosas La Riviera en su fin de gira

/ abril 8, 2025/ Crónicas

Así fue el cierre de gira de "y cuando nos crucemos qué?" de Zetazen

Conocí a Zetazen de casualidad, hace casi seis años, en el concierto de Veintiuno en la Joy Eslava de Madrid. Salió a tocar junto al grupo toledano la versión de ‘Cabezabajo‘ que tienen juntos y, desde ese momento, verlo en un concierto propio se sumó a mi lista de deseos. El pasado 6 de abril del 2025, tuve la oportunidad de presenciar el cierre de gira de su álbum «Y cuando nos crucemos qué?» en La Riviera de Madrid.

La velada dio inicio poco antes de las 19:30, con la actuación de Liz Forte como telonero, quien tuvo la oportunidad de compartir algunos de sus temas durante casi media hora con una sala que se iba llenando poco a poco. Cabe decir que, a pesar de su evidente nerviosismo (somatizado al quedarse sin aliento en algunas de sus canciones, algo que él mismo admitió en más de una ocasión), puso a gran parte de los espectadores a vibrar con su música, bajo el deseo de que ninguno de los allí presentes se olvidara de su nombre después de su show.

Lo que no podrán olvidar quienes tuvieron la oportunidad de asistir a la sala madrileña será el contador que apareció en pantalla en cuanto Liz Forte terminó su presentación. Una cuenta atrás de diez minutos que daría paso al plato fuerte de la noche: un Zetazen feliz, cómodo y con la voz impoluta. Un Rubén que había llegado para disfrutar del público de su ciudad, lo que evidencia desde el principio demostrando su amor y preferencia hacia su Madrid.

Durante casi dos horas, Zetazen dio un gran repaso a muchos de los grandes temas de su carrera, empezando por ‘Incendio en mí‘, canción con la que la Riviera comenzó a ponerlo todo patas arriba; y siguiendo con ‘CHIN CHIN‘, tema que tocó únicamente para la noche madrileña.

Con la llegada de ‘Lealtad’, el rapero aprovechó para agradecer, por primera pero no única vez en la noche, a aquellos que le llevan acompañando desde su época en el underground: cantando en casas okupas y llenando, poco a poco pero con firmeza, las principales salas de España pero, sobre todo, a la ciudad que lo vio nacer como artista.

Si tuviera algo que destacar, además de la calidad vocal y lírica del artista, sería la alta capacidad de interactuar con su público: agachando y poniendo a saltar a toda la sala, llenando el escenario de rosas, tirando camisetas, regalando su libro a un seguidor que acudió al concierto ni más ni menos que desde Costa Rica… En definitiva: este artista es alguien agradecido, que cuida de quienes lo cuidan a él. Y, últimamente, tengo la sensación de que es algo que llega a escasear.

El concierto continuó con ‘R.I.C.O‘, ‘Supernova‘, ‘Drill espiritual‘, ‘Roto, bonito y flex’… hasta llegar a un tema que terminó de volver locos a sus seguidores. Un tema que se remonta al 2017, y que hace que se cruce toda la sala corriendo para subirse a la barra central. Ni más ni menos, cantó ‘Derramo el licor‘, antes de tocar por primera vez en directo su colaboración con Mr. Rain: la versión española de ‘Hipernova‘.

Zetazen en La Riviera

Pasada la primera mitad de la noche, y con la llegada de uno de sus temas más importantes (tanto para él como para sus seguidores), ‘3:43’, se hizo paso quizás a la parte más emotiva del show, pero no sin antes poner a todos a bailar con el ritmo de ‘404‘, su dúo con Recycled J. En esta segunda mitad llegaron algunos de sus temas más aclamados, como ‘Llórame‘ (acompañada por un bis por parte del público) y ’29‘. En esta última, el artista dejó el micrófono a un lado, y pasó a cantar la canción en Lengua de Signos, ya que va dedicada a sus padres.

Poco antes de concluir la noche, anunció que, actualmente, se encuentra preparando algunos temas nuevos, entre el que se incluye uno que llegará pronto a las plataformas, ‘Linda‘, con el que agradece que la vida se pusiera bonita después de un año de ruptura personal, en distintos sentidos. Acto seguido, y tras la eufórica petición de los presentes, llegó la tan esperada ‘Ahora me va bonito‘, justo antes de cerrar con uno de sus últimos imprescindibles: ‘170 KM/H’.

En pocas palabras: La Riviera tuvo la oportunidad de acoger un concierto personal, lleno de talento y de agradecimiento. Un concierto de casi dos horas en las que el músico dio una vuelta por toda su carrera musical, con un hilo perfecto que, observándolo de cerca, te hace entender un poco más el paisaje mental del madrileño.

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Vivo por y para la cultura. De pronto me ves en medio de una lluvia de pogos que cantándote las canciones de Nino Bravo. Siempre nos quedará la música.

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