Modern Tour o por qué la vuelta a los escenarios de L.A. es todo lo que está bien en la vida
Como ya nos adelantó Luis Alberto Segura, quien se esconde bajo este pseudónimo con nombre de ciudad, cuando charlamos con él con motivo del lanzamiento de su nuevo trabajo, la gira iba a ser completamente diferente a todo lo que había hecho hasta ahora y eso tiene una explicación muy sencilla, este nuevo disco, «A Modern Odyssey», parte también de esa premisa. Pero una incógnita rondaba nuestra cabeza antes de llegar a esta primera puesta en escena: ¿cómo iban a ser capaces de convivir encima de un mismo escenario el ayer y el hoy de L.A.? La respuesta la tuvimos delante de nuestras narices todo este tiempo: con talento.
A las 20.00 h. empezaba a reunirse una tímida muchedumbre a las puertas de la sala Shoko de Madrid, lugar en el que tendría lugar la presentación en sociedad del último trabajo del mallorquín, dentro del ciclo Sound Isidro. Tras un breve periodo de consultas sobre la hora de inicio de la cita, pudimos entrar y amenizar la espera con algo de cerveza y parloteo. A las 21.00 h. y tras la sombra infinita de la expectación, salieron a un escenario algo minimalista Dimas Frías, Sergio Llopis y, por último, Luis Alberto. Y dimos comienzo al viaje.
Empezaron su repertorio por todo lo alto con ‘Living by the Ocean’, un clásico entre los clásicos, que, pese a no diferir en exceso de la original, contaba con ligeros arreglos más cercanos a la atmósfera de «A Modern Odyssey». A continuación le siguió ‘Perfect Combination’, tema de aquel «Heavenly Hell» que tan lejano nos parecía hasta ahora.
Y después de esta breve introducción, nos metemos de lleno en el nuevo universo creativo de L.A. Dejando la guitarra de lado, algo que el propio Luis Alberto destaca como algo raro, empiezan los sintes y los ritmos más bailables. La primera en llegar, al igual que en el disco, es ‘Some Other Space’. Hay algo en Luis Alberto que destaca por encima de las canciones, por encima de la música. No sabemos si son nervios o ilusión tras tres años de parón, pero el escenario se le queda pequeño. Él lo sabe y se lo dice al público: «Hemos tenido que prepararnos físicamente para esta gira, que en ésta hay que bailar, ¿estáis listos para bailar?«.
La siguiente en venir sabemos cuál es por la introducción del propio Luis Alberto «creo que es el momento perfecto para estar aquí con vosotros«. ‘The Right Time’, esa pieza clave en el disco que sirvió como adelanto y que dejó ver lo que venía, casi como ahora.
Siguió ‘Pouring Rain’ y tras ésta el primer momento de conexión con el público. «¿Cómo estáis?» pregunta el músico. «Muy bien» corean los presentes y alguien hace la pregunta que todos pensamos: «¿Y tú?» y Luis Alberto nos confiesa que él está muy feliz, feliz de volver. Lo cierto es que se nota su felicidad encima del escenario, esa sensación de que estar donde quieres estar. Se nota y además se proyecta en los presentes, un público entregadísimo que disfruta, fluye y que, efectivamente, también está donde quiere estar.
«Discazo» grita alguien de las primeras filas. Y sí, a través de ese discazo sigue el viaje: ‘Please Stay’, ‘Reach the top’ y ‘Radar’. Las interpretan en una comunión absoluta, una tras otra de una manera soberbia y con el encaje perfecto, como piezas de un puzzle sonoro impecable.
Llegado este momento, Dimas y Sergio salen del escenario y se queda Luis Alberto solo frente a un público expectante. Y nos cuenta que en todos sus discos hay un denominador común, algo que no puede faltar, que es algo así como su seña de identidad: el baladote.
Y comienzan los primeros acordes de ‘Miss you again‘, esa declaración de amor hecha canción. Para después volver a la cima, ese ‘Stop The Clocks’ que marcó un antes y un después en la carrera del mallorquín. La vuelta a este tema es pura, sincera y significativa. Luis Alberto vuelve a ella con el alma, con todo su ser y con la solvencia de un músico que ha crecido artísticamente, que ha llegado hasta nuevos universos creativos, pero que, pese a eso, es capaz de volver a disfrutar con lo que un día fue. Con esta versión de ‘Stop The Clocks’ no sólo emociona al público, sino también a él mismo.
Dentro de este formato más acústico y minimalista, llega ‘Dualize’, canción que dio nombre a su sexto disco de estudio. Lo siguiente es, al menos para quien escribe estas líneas, uno de los momentos más auténticos de la noche. Luis Alberto le confiesa al público que lee todos los mensajes que le llegan y que, precisamente esta semana, una seguidora le escribió para pedirle que tocase ‘Judy’ en Madrid. Y esto le sirve al artista para contarnos la historia de esta canción, de cómo en la Tramontana mallorquina, en una cabaña de madera, Sergio Llopis tuvo gran parte de responsabilidad de que este tema que Luis Alberto canta con su mujer cobrase vida.
Volvemos al formato trío y volvemos a la odisea moderna de L.A. Lo hacemos primero con ‘Capri’, una especie de balada futurista, llena de matices y una melodía tremendamente envolvente que suena de maravilla en directo. Pasamos después a ‘The Most Beautiful Days’, con la que recuperamos las ganas de bailar a base de sintes. La siguiente parada de este viaje es ‘White Smoke’, para después disfrutar de ‘The Fire Glowing’. El repaso por las canciones de este nuevo disco está siendo fluido, fácil y dinámico, cómo lo es el propio álbum, que dentro de la complejidad que lleva dentro de sí, a la escucha es redondo.
Volvemos al pasado con ‘Turn The Lights On’, canción que formó parte de «King of Beasts» allá por 2017. ¿Es la señal de que el show está llegando a su fin? Luis Alberto confirma nuestras sospechas, queda poco. El siguiente tema es ‘Healer’, en la que el cantante se marca esa especie de rap futurista, lo hace agazapado en el escenario, como si la canción naciese de lo más profundo de su ser.
Y lo siguiente es uno de los momentos más épicos que hemos vivido esta noche en la sala Shoko, empiezan los acordes de ‘Leave It All Behind’, Luis Alberto recita las primeras líneas de este himno y en un momento exacto, empieza la euforia, una comunión épica de público y cantante, la magia. No sé cuándo fue la última vez que escuché este tema en directo, pero en mi cabeza era completamente diferente a lo que estoy viviendo hoy aquí.
Los músicos se despiden, salen del escenario y, por un nanosegundo, parece que todo ha terminado. Y digo por un nanosegundo porque es lo que tardan en volver y empezar los acordes de la que, esta vez sí, será la última canción: ‘Outsider‘. Y si teníamos alguna duda de la convergencia de los tan distintos trabajos de L.A. con este final todo queda resuelto, el hilo conductor de todo es él que, junto a los músicos que le acompañan, es capaz de redirigir los diferentes estilos que forman su discografía, haciendo de todos ellos uno único: el estilo L.A.
Extremeña afincada en Madrid desde hace demasiados años. Me gusta escribir, así en general, pero sobre todo de música y libros.