El Buen Hijo revive el pop en la Sala Copérnico de Madrid

/ enero 20, 2025/ Crónicas, Galería

Con un sold out implacable, la banda regresa a la capital en un concierto muy emotivo entre canciones alegres, anécdotas y noticias tristes

Muchos son los debates sobre cuál es la mejor banda de pop de nuestros tiempos. Y es que la industria nacional no carece precisamente de bandas de este estilo, que pueden abarcar desde el mal llamado tontipop inspirado en los clásicos de Family hasta los estilos más pop-rock y pop-punk de artistas como Aiko el Grupo. El Buen Hijo se formó en 2016 por Alicia (bajo y voz), Marco (guitarra y voz) y Chamizo (batería), a quienes más adelante se sumarían Miquel y Dani a los teclados y guitarra, respectivamente. Nacidos en la era más difícil del indie para España, han sabido defender su proyecto que pronto cumplirá una década de trayectoria. Una trayectoria que les podría dar el título de los mayores defensores del pop español, con dos álbumes clave: ¡PAN PAN PAN! (Sonido Muchacho, 2021) y Viene y va (Sonido Muchacho, 2023).

Además de formarse en 2016, El Buen Hijo también se formó en Madrid. Por lo tanto, cada vez que visitan la ciudad sabemos de antemano que tendremos por delante un concierto emotivo. La última vez fue en su regreso a la sala Maravillas, donde recordaron en un concierto especial su primer EP «Los cinco temitas de El Buen Hijo». En los últimos años habían tocado en salas como la But o el Teatro Barceló junto a bandas como Menta o La Paloma. Para esta ocasión, decidieron apostar por una sala más pequeña: la Copérnico, en el corazón de Moncloa. Marco bromeó con esto: “Para la próxima una sala más grande, ¿no?”, anunciando su increíble sold out con más de un mes de antelación.

Para calentar motores, contamos con la actuación de marinadorciud, proyecto personal de Adrián, telonero que se anunció de una manera un tanto inesperada, siendo una noticia de la que pocos se habían siquiera enterado: un post en su cuenta de Instagram sin ninguna otra información más que “el buen hijo marinadorciud 17 de enero sala copérnico madrid”. También les acompañó al día siguiente en Barcelona.

Aún así, fue recibido con los brazos abiertos por una sala que segundos después de la apertura de puertas ya estaba a rebosar. Mostró algunos temas de su único álbum SENTIRSE PEQUEÑO 2021 (2023), junto con algún otro de su corta pero interesante discografía, que presenta un estilo hyperpop bastante clásico. Otra rama del pop que poco tiene que ver con el estilo de El Buen Hijo, pero que realmente no está tan lejos. Y es que el momento cúspide de su concierto fue sin duda cuando, para cerrar, cantó su tema más famoso, que a su vez fue coreado por toda la sala: ‘pienso en ti constantemente’. Una colaboración con Marco, cantante del grupo principal, que subió al escenario a cantarla con todos, poniendo final a una apertura de noche más que digna.

Y llegó el turno de El Buen Hijo. Con dos álbumes a la espalda y otros dos EPs, es difícil elaborar una setlist sin que nada se acabe echando de menos. Pero dejando atrás la presentación de su último disco en 2023, esta vez tuvieron más libertad de tocar otros temas que no estaban sonando tanto últimamente en una velada de más de una hora de duración que no se hizo para nada larga.
Para abrir, eligieron ¿Y ahora qué?, de su último LP; seguida de la animada Perfecto, del mismo álbum. El concierto fue una perfecta mezcla de temas más nuevos y más antiguos, pues entre varias canciones de su último álbum como pueden ser No lo puedo soportar o Me lapidaría sonaron temas como Walasse Ting o Calle del Calvario. A estas se añaden, por supuesto, temas de ¡PAN PAN PAN! (2021) como ¿Qué tal? o Río de Janeiro.

Algo que estábamos esperando con mucha intriga era conocer si, ahora que se ha editado en vinilo, sonaría alguno más de “los cinco temitas”. Y estuvimos en lo cierto. Como de costumbre, disfrutamos de El pop es la muerte y de El hombre del tiempo, los dos temas más famosos de su primer EP que se han aferrado a las setlists de todos sus conciertos desde entonces. Además de eso, pudimos vivir un momento muy emotivo cuando, en el bis, apostaron por tocar Pekín, una de las canciones que menos habíamos podido escuchar en los últimos años, y que también pertenece a su primer EP. Sin embargo, no fue una versión cualquiera, sino una especie de “versión punk. Una versión que no es nueva, pues es con la que solían cerrar sus conciertos cuando no tenían más canciones, para rellenar. Tocaban la lenta, y luego la rápida. Ahora, que más que rellenar tienen que dejar canciones fuera, rescatan esta tradición de manera muy nostálgica, que además puso fin a la noche.

En cuanto al público, todo el mundo estaba un poco parado al principio, a pesar de los intentos de la banda por animarles. Entendemos que no es necesario hacer pogo en El Buen Hijo. Pero también sabemos que tiene que pasar: en sus conciertos se forman siempre los pogos más respetuosos y agradables del mundo. Y eso es algo que nos encanta. En torno a la mitad del concierto parecía que se intensificaban los saltos del público, pero no llegaba a formarse nada. Esperaron a Contigo o con nadie para lanzarse. Desde ese momento, el pogo se mantuvo hasta en las canciones menos movidas que sonaron después.

Obviamente, entre unas canciones viejas y otras más nuevas, pudimos escuchar sus dos últimos singles. Por una parte, Un momento, que salió hace poco más de un mes. Por otra parte, Antes era campo todo esto, un tema que conocemos desde verano y para el cual Marco brinda el micrófono a Alicia, que se despoja del bajo y se lo entrega a Miquel. Aprovecharon la estructura en Crucigrama, tema mucho más clásico, en el que Alicia también se convirtió en la frontwoman.

Evidentemente, echamos muchas canciones de menos. Especialmente El muro de Aljucén, Las Azores, La fatalidad de las cosas o Un día especial, pues eran temas que hasta ahora solíamos escuchar en sus conciertos. No obstante, no hay mal que por bien no venga: gracias a esto pudimos escuchar canciones que echábamos de menos, como mismamente Walasse Ting o Pekín.

Como anticipábamos, la noche contó con anécdotas y malas noticias, entremezcladas entre la alegría y diversión que nos evocan las canciones de El Buen Hijo. Anécdotas banales, como la historia que Marco contó sobre el escenario de cuando una amiga suya y él se intercambiaron los abrigos. Su amiga Anabel, a la que le dedicó Viene y va, que da nombre a su último disco. Por otra parte, noticias tristes. De manera completamente inesperada y por diferencias territoriales —e, insistieron, ningún tipo de mal rollo— Miquel y Dani dejan la banda, dejando de nuevo a los tres miembros fundadores desamparados. No obstante, ellos lo han dejado bien claro: El Buen Hijo no termina aquí. Aún queda mucho por delante y ellos tres nos han prometido que seguiremos escuchándoles por mucho más tiempo.

La noticia nos dejó con bastante mal cuerpo, qué decir. Pero la vida sigue y el concierto también. Y es que como de costumbre, la banda se despidió con su mítica Aunque Pene. No obstante, hicieron algo que nunca habían hecho en su vida: un bis. El primer bis de El Buen Hijo. En nueve años de trayectoria. Como ya veníamos mencionando, la versión movidita de Pekín fue una de las sorpresas de ese bis. Sin embargo, la primera fue una canción que ya temíamos que hubiese quedado en el olvido: Niños del Edén, el tema que tocaron en un festival ficticio de la serie La Mesías de Los Javis, que además estaban presentes, y Javier Calvo llegó incluso a cantar alguna frase de la canción desde el público. No les deben precisamente poco a Los Javis, pues cabe mencionar que lo que llevó a El Buen Hijo a un público más global fue precisamente ser parte clave en la banda sonora de Paquita Salas. Una manera perfecta de cerrar, convirtiendo la sala en un festival cristiano y olvidando un poco esas malas noticias, pensando en la próxima vez que vuelvan a tocar en la capital.

En definitiva, aunque ellos mismos afirmen que “el pop es la muerte”, cada vez que tocan lo reviven. Esperamos con ansias su próximo trabajo, que a juzgar por sus adelantos tiene un estilo más maduro que el de sus otros temas; pero que a su vez continúa defendiendo el mismo pop de 2016, aunque renovado, actualizado, y pasado por esos casi diez años de experiencia que sólo han conseguido que El Buen Hijo sean aún mejores, como también demostraron una semana antes en Valencia. Sin duda en sus conciertos nos lo pasamos muy, pero que muy bien.

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redactora y fotógrafa. me paso la vida en conciertos, estudio comunicación audiovisual y soy muy fan de los planetas y de las mujeres que gritan. ah y toco la guitarra en una banda llamada candace

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