Prison Affair: breve pero intenso en la Copérnico de Madrid

/ junio 9, 2025/ Crónicas, Galería

La banda de egg-punk barcelonesa pasó por la capital el jueves pasado

Como parte de la programación de Sound Isidro de este año encontrábamos a Prison Affair, trío de egg-punk barcelonés con reconocimiento bastante internacional (dentro de un género que suele traspasar fronteras, veáse con las madrileñas Seggs Tape, que siguiendo la misma línea sonora también cuentan con notable reconocimiento internacional). Banda que personalmente conocí en un cartel del Canela Party pero que me perdí en el festival, así que tenía bastantes ganas de verles.
Abriendo la noche contamos con Colegiata, que se definen como «punk mongoloide», y tiraban más por el uso de los sintetizadores que las guitarras distorsionadas del grupo principal. Un punk distinto, pero que casaba muy bien para abrir la jornada. Por desgracia sólo pude ver la segunda mitad del concierto, pero es un grupo que sin duda me apunto para un futuro, y que no conocía de antes.

No sabría decir si la Copérnico era la opción más adecuada para un concierto de egg-punk. Con un aforo de 400 personas sin completar y una estética de discoteca nocturna, estoy segura de que un concierto así se habría disfrutado mucho más en el contexto de una sala como la Wurlitzer Ballroom, meca de cualquier subgénero del punk que te puedas imaginar. De hecho, en su edición de 2022, Sound Isidro sí que optó por esta sala más acogedora (con la mitad de aforo y una estética mucho más afín) para traer a Prison Affair a la capital.

Eso sí, hay ciertos patrones que aún en una sala como la Copérnico no dejan de repetirse. Y es que aunque el aforo no estaba demasiado completo, la mayor parte del público estaba muy entregada y se concentraba en las primeras filas frente al escenario, creando un pogo que ocupaba toda la pista de la Copérnico. Hubo incluso momentos en los que la sala, que en realidad es más discoteca que sala, se convertía en un concierto en miniatura del Outbreak Festival, con público subiéndose al escenario como si ninguna regla se lo impidiese y saltando de nuevo hacia el moshpit. Algo típico en conciertos de punk, pero que dado el ambiente usual y la estética de esta sala en particular resultaba algo estrambótico, aunque sin duda más que bienvenido para animar la noche del jueves.

Como veníamos indicando en el titular, el concierto fue bien corto. Diría que nunca he estado en un concierto tan corto. Si bien contábamos con que las canciones de Prison Affair — publicadas casi todas en formato de EP, de los cuales 4 son demos serializadas de entre 2019 y 2024 — no son muy largas, fueron una detrás de otra casi sin pausas intermedias, y la banda ni siquiera llevaba setlists: todo estaba en su cabeza. Habiendo empezado sobre las 21.30, a las 10 ya había terminado. Se pasó evidentemente rápido, para empezar porque lo fue y para continuar porque fue un concierto ameno y divertido, que cumplía con todos los requisitos de show y sonido que requiere el género. Cuando llevaban una media hora anunciaron que tocarían la última. Entre el público hubo cierto desconcierto, y cuando realmente vieron a la banda recoger tras esta última canción la gente seguía sorprendida. No obstante, el concierto fue bueno y se notaba satisfacción entre los asistentes.

Fue muy corto, me quedé con ganas de más. Pero fue intenso. Lo que vi, fue exactamente lo que necesitaba ver y escuchar en ese momento.

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redactora y fotógrafa. me paso la vida en conciertos, estudio comunicación audiovisual y soy muy fan de los planetas y de las mujeres que gritan. ah y toco la guitarra en una banda llamada candace

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Acerca de Amanda

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