ONE OK ROCK celebra su 20 aniversario con su primer show en Madrid
La banda japonesa desató una carga de emociones en el Palacio Vistalegre
ONE OK ROCK me acompaña desde que era una adolescente. Tendría unos quince años cuando escuché por primera vez la voz de Taka, probablemente viendo algún vídeo de anime en YouTube y, desde entonces, se han convertido en un esencial en mis playlist.
Sin embargo, y a pesar de que llevo casi la mitad de mi vida escuchándolos, jamás habría imaginado ni siquiera una parte de lo que ocurrió el pasado lunes en el Palacio de Vistalegre de Carabanchel, en mi Madrid natal. La carga energética del grupo, la puesta de escena, el setlist, el amor con el que se presentan ante sus seguidores, y lo entregado que estuvo el público, tanto en su concierto como en la actuación de sus teloneros, Paledusk, de los que también hemos de hablar indiscutiblemente.
Lo admito. Cuando llegué a la antigua plaza de toros, tan solo había escuchado un par de canciones del grupo formado por Kaito, Daidai, Tsubasa y BOB. Un metalcore asentado con canciones que no te dejan indiferente, pero que ganan todavía más en directo. Y es que el cuarteto se presentó durante algo más de media hora ante un Vistalegre casi lleno, que siguió sus temas con energía y dedicación, como si fueran el plato fuerte de la noche. Canción tras canción, lo único en lo que podía pensar era: «qué divertido y terapéutico» y «¿A qué esperan para anunciar sus propios shows como artistas principales?». Llevan más de diez años haciendo lo que les gusta. Tienen una unión entre ellos que más de una banda quisiera tener. Y quedarían de locos en más de un festival. Sin duda, puedo confesar que aquí tienen una nueva fan. Mi más sentida enhorabuena a Route Resurrection por haberlos elegido para formar parte de este tour.
Tras despedirse por todo lo grande, dejándonos despiertos y con ganas de más con un live de su último tema, ‘HUGs’, volvieron al escenario a recoger sus instrumentos e interactuar con nosotros. Y mientras esto pasaba, uno de los técnicos de sonido nos regaló un momento lleno de diversión, que amenizó la espera hasta que los tan esperados ONE OK ROCK salieran a deleitarnos con su música.
Mientras entonaba para comprobar los micrófonos, los asistentes empezaron a aplaudirle, a encender las luces de sus móviles y a ondear los brazos de un lado a otro, como si estuviera cantando una bonita balada. Esto sucedió también en el concierto que hicieron en Barcelona, por lo que comentaba la gente. Y es que buscar el humor y hacer sentir en casa a quien quiera que venga a España, parece ser algo de nuestra identidad. Y qué bonito que así sea.
Pasadas las nueve y veinte de la noche, los artistas salieron uno a uno, colocándose en sus posiciones con soltura, como si se conocieran el recinto de arriba abajo (no podemos olvidar que, de hecho, con esta gira están celebrando su veinte aniversario, por lo que tienen tablas de sobra, vaya).
Su logo apareció en pantalla, seguido de un juego de luces que los acompañaría de una forma magistral durante toda la noche. El show comenzó con un corto animado (muy japonés y muy de todas partes a la vez), que nos pondría en contexto para disfrutar de su «DETOX European Tour 2025», si es que había algún despistado entre las miles de personas que no supiera exactamente dónde estaba. En el instante en el que la animación concluyó, y sin dejarnos casi respirar, OOK empezó a tocar ‘Puppets Can’t Control You’, y la euforia llenó cada milímetro del recinto.
A este tema le siguieron ‘The Beginning’, ‘Save Yourself’, ‘Nasty’, ‘Renegades’ y ‘Party’s Over’. Con un juego de luces explosivo y una gran presencia escénica, por parte de cada uno de los miembros que, sin opacarse el uno al otro, se unificaba y brillaba aún más, llegando uno de los momentos más bonitos de la noche. Taka y Toru recogieron la bandera de España que le regaló el público, y el cantante se envolvió en ella mientras cantaba una de las más aclamadas: ‘Tiny Pieces’, que hizo llorar a más de uno de los allí presentes.
Y ese es uno de los puntos fuertes de ONE OK ROCK en su conjunto. Cómo Toru, con sus riffs elegantes; Ryota, firme y eléctrico; Tomoya, potente y brillante; y Taka, tan cercano y emocional, son capaces de cambiar de registro y llegar a cada uno de nosotros con una precisión y con una atención que no puedo describir. La conexión que consiguen mantener con su público durante el concierto es sensacional. He ido a bastantes conciertos en mi vida, y os aseguro que pocas veces he visto algo similar. Cabe suponer que el frontman tampoco se esperaba sentir lo que sintió, porque se emocionó al igual que sus seguidores.
Casi al final de un concierto que nadie quería que terminara, Takahiro se acercó al público y comentó algo peculiar sobre este álbum en relación a su largo recorrido: a diferencia del resto de trabajos, y como puede comprobar cualquiera que lo escuche, tiene un evidente tinte político. Ante esto, añadió: «cómo no hacerlo, tal y como está el mundo». Así pues, pidiendo paz y un futuro mejor para todos, dio inicio a ‘Delusion:All’, que abre así: «They’ll conquer us if we divide», y no les falta razón.
La noche cerró con doble broche de oro, con ‘WE ARE’ y una íntima versión de ‘Wherever You Are’, que nos dejó a todos inmóviles en nuestros sitios, negándonos a que aquel regalo de concierto hubiera terminado ya.
Puedo afirmar, sin duda, que fue uno de los mejores conciertos a los que he asistido este año. Tanto por parte de Paledusk como de ONE OK ROCK. No solo por la música de ambas bandas (ni por la sorpresa de colaboración que nos dieron al tocar juntos ‘C.U.R.I.O.S.I.T.Y’), sino por el ambiente que se respiró aquella noche en el Vistalegre. Me aventuro a afirmar que la conexión no solo fue entre los músicos y sus seguidores, sino también entre cada uno de nosotros.
Vivo por y para la cultura. De pronto me ves en medio de una lluvia de pogos que cantándote las canciones de Nino Bravo. Siempre nos quedará la música.