Vivimos la fiesta Sharirop, el fin de gira de Varry Brava
Cuando llegamos a la Sala BUT el pasado viernes lo entendimos, Varry Brava mueve masas y además de todas las edades. A la cabeza de la cola, dos niñas de unos 12 años. Expectantes. Esperando con sus padres al que probablemente no sea su primer concierto, pero sí que uno de los más especiales. Al menos eso sentimos cuando después las vimos en primera fila disfrutando como enanas. Pero vayamos al principio. Varry Brava lo prometieron, éste era un show diferente, una auténtica fiesta y, sí, cumplieron con creces.
Abrió el show DJ Neoverbeneo, que arrancó los primeros pasos de baile a ritmo de canciones pop, indie del bueno y algún otro himno reguetonero. Porque sí, todos muy indies hasta que suena una letra de Ana Mena que nos sabemos o la Nochentera a todo trapo. Pero también bailamos a las Cariño, Arde Bogotá e incluso Supersubmarina. Aarön Sáez se dejó caer en más de una ocasión por el escenario y también se marcó algún que otro baile.
Os podríamos decir que su show terminó a las 20:30h, pero lo cierto es que perdimos la noción del tiempo y sólo sabemos que, en un momento de la noche, el show de DJ Neoverbeneo dio paso al show Sharirop.
Los primeros acordes, luces… y en el escenario tres amigos de toda la vida y su química indiscutible. Los outfit del disco y su buena vibra llenaron el escenario de luz y color. ‘Tierra para bailar’ fue la carta de presentación y sin descanso pasamos a ‘Boomerang’ y sus ritmos eléctricos. El público ya estaba entregadísimo con sólo dos canciones.
Después llegó la ‘Tormenta’, ‘Chicas’ y otros tantos himnos de su ya consagrada trayectoria musical. La primera de las visitas fue la de María de Juan, la cantante murciana cantó con ellos ‘Georgina con Cristiano’, el tema que también cantan juntos dentro del disco. Y de lleno a uno de grandes clásicos, ‘Calor’.
La siguiente parada fue ‘Romamor’. No recuerdo nada, cuánta intensidad, solo los trozos de una noche mágica. Es parte de la letra, sí, pero podría ser el resumen de lo que estábamos viviendo en la capital.
Los grandes temas siguieron, como siguieron también las sorpresas. Bely Basarte les acompañó para cantar con ‘El último festival’, en la que también les acompañó Tato Latorre. ¿Veis cuando un disco sale de su propio universo para integrarse en otro mucho más grande? Pues eso estábamos sintiendo el público en una conexión más que absoluta. Después hicimos para en Valencia con ‘La ruta del amor’. Los de Orihuela se acordaron de los afectados por la Dana a los que les enviaron todo el amor del mundo en forma de canción.
La siguiente parada fue ‘El aire’ y de ahí a ‘Castigo’, en la que acompañó Ku Minerva. La intérprete de ‘Llorando por ti’ demostró por qué sigue siendo un auténtico icono pop años después de su debut. Tras su visita, empezaba a notarse en el ambiente esa sensación de estar llegando al final. ¿Por qué? Porque hay una parte de ti que sabe que cuando el bolo va por la canción número quince, pero no han tocado una en concreto… es que queda poco. Music maths.
Y así, fue. Después de tocar ‘Fantasmas’, llegó uno de los momentos más esperados de la noche y fue la visita al escenario de Alberto de Miss Caffeina. Juntos cantaron ‘Satánica’ e hicieron las delicias del público, que disfrutó más si cabía con el duo de voces de Alberto y Óscar. La siguiente fue ‘Hortera’ y de ahí a ‘Playa’.
Apagón en la sala.
Algún que otro acompañante preguntó si se había terminado. No, claramente no, falta el fin de fiesta. Falta ‘Sharirop’, falta ‘Raffaella’ y falta ‘No gires’. Faltan los tres iconos de este fin de gira, el himno de su último disco, la canción que les llevó al gran público y su primer hit. Ese melocotonazo inconfundible. Y sí, ese fue el orden, y culminó con toda la sala BUT cantando en absoluta comunión ese «cuando te vi llegar lo tuve claro». Es lo que tienen estos eventos sagrados, la comunión en cuerpo y alma de esas cerca 500 personas que no tienen nada en común, salvo un gusto musical de la leche.
¿Era el final? Ni de broma. Cinco minutos de preparación y DJ Neoverbeneo volvía a la carga, pero esta ves lo hacía con Alex Guirado. La noche en Madrid acababa de empezar y en esa sala quedaba todavía mucha fiesta por delante. Sí, podemos decir que los chicos de Varry Brava cumplen lo que prometen… iba a ser un show completamente diferente.
Extremeña afincada en Madrid desde hace demasiados años. Me gusta escribir, así en general, pero sobre todo de música y libros.
