L.A.: «La idea con este disco es retomar lo que una vez fue»

/ febrero 26, 2025/ Destacados, Entrevistas

El pasado 14 de febrero el cantante mallorquín Luis Alberto Segura lanzó su nuevo trabajo «A Modern Odyssey», volviendo a nuestra vidas con su proyecto L.A. y con el que puede que sea uno de sus trabajos más arriesgados hasta la fecha. Aprovechando su lanzamiento, en Nuevas Frecuencias hemos hablado con él sobre su pasado, presente y futuro. 

Semana de lanzamiento de «A Modern Odyssey» (discazo para quien no lo haya escuchado aún). ¿Cuáles son las sensaciones? ¿Cómo os sentís ahora mismo?

L.A: Hostia. Yo estoy feliz. Porque obviamente soy muy consciente de lo que supone esto, soy muy consciente de quién soy, de mi edad, de mi bagaje, de mi historia, de mis discos anteriores, de mi fanbase superfiel y obviamente salir con esto, pues el riesgo está servido. Quiero decir, no soy un insensato. Soy muy consciente de que podíamos meternos una hostia muy grande o no. Y en este caso tengo que decir que, por ahora, vamos con un 100% de acierto. Tanto con lo medios, como con la gente que lo ha escuchado y demás fuera de la industria, pues ha entrado bien y yo estoy feliz. 

¿Cuál es la meta con este trabajo?

Yo creo que hay dos metas. Una que es la mía básica como ser humano y como persona que es poder seguir haciendo música, lo cual, pues obviamente va a la otra, que es que esto sea solvente. Tengo tres hijos, tengo mis años, tengo todo un circo montado, el cual se basa un poco en que todo esto funcione o no. Es mi trabajo. Y si puedo seguir dedicándome a esto será buena señal, porque significará que esto nos da beneficios, estamos girando, tocando, vamos a ver gente, vamos a otros países. La idea es retomar un poco lo que una vez fue. 

En más de una ocasión ha dicho que una de las cosas guays del proyecto de L.A. es la libertad creativa que tenéis y que es innegable. ¿Cómo ha sido ese proceso creativo de este disco que difiere tanto de lo que era L.A.?

Pues ha sido una barbaridad, megadilatada. Han sido casi veinte meses de grabación. No veinte meses de ir una semana al estudio y estar dos meses sin volver, no. Ir casi a diario, religiosamente, ir al laboratorio a abrir el bicho por la mitad e ir a investigar a artistas nuevos, propuestas, formas de expresión. Ha sido realmente un trabajo de locos. Quirúrgico. Pero satisfactorio y que lo hemos hecho porque somos unos freaks y porque el productor del disco, Toni, es el dueño del estudio y yo me he podido pegar un año y medio en el estudio, cosa que no es lo normal. Así que ha sido maravilloso. 

¿En el estudio de Mallorca? Porque otras veces sí que te has ido a Los Ángeles, pero esta vez se ha quedado en casa el juego. 

Sí, además que estoy como a siete minutos de casa, quiero decir, teniendo tres niños pequeños es un factor bastante determinante. 

¿En la Tramontana? 

Ojalá. Bueno, estamos en la costa que es maravilloso. 

¡Qué guay! No me voy a poner verde de envidia, lo prometo (risas). Has hablado precisamente de la edad, yo prefiero llamarlo madurez profesional porque es verdad que vienes desde 2004, de una trayectoria brutal. ¿Crees que precisamente esa libertad creativa de la que hablábamos es fruto de esa madurez, que ahora puedes hacer un poco lo que te da la gana?

Creo que en parte sí, pero creo que hay un factor del que no me puedo olvidar y que es real y es que nunca he estado en una situación en la cual tenga millones de fans y genere millones de dólares o de euros, donde mi libertad creativa sea totalmente encauzada. 

Que esté condicionada

Claro, no está condicionada porque en el fondo me he podido permitir el hacer lo que he querido a riesgo de… Mira, saqué «Heavenly Hell» y salí con un segundo disco con el que me cargué prácticamente mi carrera. Salí con un disco que fue un EP de seis canciones, grado en Los Ángeles.

«SLNT FLM» (leído Silent Film).

«SLNT FLM», claro. Estaba todo el mundo esperando el ‘Stop the Clocks 2’ y yo salí con otra película totalmente diferente. Creo que ahí ya marqué las bases de «vale, este tío está zumbado. Se la pela«. De hecho, ahí tuve bastante discusión con mi manager, con la compañía, discusiones con el presidente de la compañía: «me has hecho un disco de folk» (risa).

Es que venías de ser banda sonora de una película para adolescentes, de sonar en las radio fórmulas y, de repente, pues eso: un disco de folk. 

Lo hice por insensato, porque me dejé llevar y porque se nos abrieron las puertas de Estados Unidos, estábamos casi que en negociaciones con otra compañía multinacional, estábamos en otra película completamente diferente y ya me olvidé del indie español. Me vendieron «vamos a por esto» y yo pues me olvidé. 

Pues a por ello, ¿no?

Sí, como fan de la música fue un «pues de puta madre». 

Tampoco fue tan grande la hostia. 

No, porque fue como las piedras estas que tiras en el río que rebotan y parecen que nunca se caen. Pues ahí sigo (risas). 

Hace poco has dicho en tus redes sociales que en este proceso de composición han sido 30 canciones. 

O más, sí… 

¿Cómo ha sido el casting para elegir a las doce candidatas?

Pues mira no ha sido tal porque se han quedado las doce últimas, casi, casi. Ha sido un proceso en el que cada canción ha llevado a la siguiente y luego a la siguiente y, obviamente, yo ahora echo la vista al cielo y veo un poco el dibujo de lo que hicimos hasta salir estas doce. Empezamos con una historia totalmente diferente y a medida que íbamos grabando yo iba viendo que la cosa no era lo que teníamos que hacer. Y escuchando más cosas, escuchando más propuestas, aparecieron artistas que en la vida me hubiese imaginado escuchar y mucho menos ser influenciado por. Y de repente esto empezó a cambiar y salió lo que salió. 

Un discazo. La edición en vinilo es una auténtica joya. ¿Cómo ha sido el diseño?

Muy sencillo. La idea era, hablábamos de hacer una edición especial, algo especial que no fuese vinilo negro y trabajando Mad Vinil que es la fábrica esta que tenéis aquí maravillosa, que la tenéis aquí al lado y hacen auténticas virguerías, pues les dije «oye, qué podemos hacer diferente. Que sea algo diferente, que mole«. Me dieron opciones y dije «algo transparente con colorines«. Me dijeron «se puede hacer. Hay que encargar los colores, pero se puede hacer«. Se puede hacer con unas bolitas microscópicas que creo que tengo por ahí, pequeñitas. Y justo en una de las fotos salgo con un jersey de color gris, rosa y azul (que por cierto salió Zahara el otro día con el mismo jersey le dice a Chisco, su manager) y les dije «oye, quiero estos colores para esto«. Y lo probamos y se quedó. Muy bonito. 

Es evidente que el disco tiene diferencias notables con «Heavenly Hell» o «King of Beasts». ¿Para ti cual es la diferencia crucial que dices «hostias, es que no no se parece a nada de lo que he hecho«?

Para mí, y que a lo mejor no se nota a primera vista por todo el mundo, es la melodía del disco. En general ha cambiado porque ha cambiado la manera de componer. Estoy acostumbrado a componer con la acústica, con mis acordes, con mi barrio de acordes y, de repente, me he salido de este barrio. Lo que he hecho es encargar a Toni, el productor, y a Dimas que es nuestro batería y también es productor del disco: «oye, necesito que me generéis bases con progresiones de acordes que yo nunca he trabajado» y como estos dos son unos cocos dementes pues se hicieron un repaso cancionero mío y dijeron: «vale, este no lo ha usado, este tampoco, vale, vamos a usar esto. Tra, tra, tra, tra«. Y en base a eso, nunca mejor dicho, yo he creado melodías. Claro, para mí lo que he tenido es pues, yo que sé, como cuando a un niño le regalas… mi hija es súper mega fan de pintar y es como si a mi hija le hubiera regalado una nueva pintura diferente. Una caja de colores diferente. Veo esto y me explota la cabeza y haces algo que no hacías antes. Porque antes tenías lápices, acuarelas y tal, y ahora tienes otra gama de colores. Es lo que me ha pasado y esa para mí es la mayor diferencia de este disco. Aparte de la vestimenta que lleva. 

Has hablado tú mismo de influencias, te has inspirado en nuevos artistas. ¿Puede ser que en el disco escuchemos algo de Daft Punk, incluso de la Casa Azul, que haya unos tintas muy divertidos?

Bueno, lo de Daft Punk yo creo que puede ser más que nada porque, tanto Toni como yo, como Dimas incluso, en su momento escuchamos mucho Daft Punk sin ser megafans. Tú escuchas muchas veces cosas que tampoco eres megafan, pero lo escuchas y dices «pff, esto es la hostia. Ojalá pudiera ver a esta peña en directo«. Y Daft Punk siempre han estado ahí en la trastienda, en la recámara, ¿no? Hay otras influencias, pero lo de Daft Punk, sí que puede salir por cualquier lado, a la que coges sintes, empiezas a recordar un poco y a hacer un poco de corta-pega ya puede oler a Daft Punk. Así que puede ser perfectamente. 

Eso en el plano musical, luego en el plano audiovisual, por ejemplo, el videoclip de ‘Reach the Top’, ¿puede que tenga una mezcla un poco de Kubrick futurista? 

Total. Sí, sí. Totalmente. Claro, es una chaladura. Eso es obra de Jules. Jules es un creador audiovisual de Alicante. Es un chaval superjoven que maneja la IA y todo esto de una manera brutal. Claro, eso va a pasos agigantados. Y, desde que se lo propusimos hasta que empezó la producción del videoclip, nos dijo: «oye, tengo cosas que vais a flipar«, pero, de repente, cuando empezó a producir dijo: «tío, es que ha salido nosequé, que es la hostia, las transiciones de planos que son increíbles» y nos salió esto que es fantástico. Mola, porque al final es como una especie de reflejo del cambio de esto. Yo no tenía ningún video como ese en mi carrera. Todo era como yo haciendo una cosa o algo mucho más orgánico, pero, de repente, esto es como una chaladura sin sentido visual, muy loca. Que era la idea. 

Si es que además pasa de esa carretera, de esas luces, a ese plano un poco más antiguo, pero moderno…

Sí, sí, muy bizarro todo. 

Hemos hablado y hemos visto cambios en los ritmos, ese paso del banjo a los sintes, que es una transición guay, pero yo creo que las letras, que tu música siguen teniendo el sello de la casa. Se nota que sigues siendo tú, Luis Albert Segura, y eso es lo que mola. ¿En qué te inspiras para componer esas letras? ¿A qué le canta Luis Albert? 

En este caso hay de todo. Hay cosas muy personales, hay vivencias muy personales que con el tiempo he aprendido a poderlas sacar y a poderlas exteriorizar, como ‘Miss you again’, como en ‘Game Over’, incluso. Y luego hay cosas que es mucho más «qué me sugiere esto», como ‘Reach the top‘, que es como muy random, pero que al final le puedes coger un sentido. Como ‘Pouring Rain’, que es como la libertad absoluta de esa noche loca donde de repente estás solo en casa y te ofrecen un plan de estos repentinos que no te esperas y acabas pasando la mejor noche de tu vida, corriendo bajo la lluvia, bailando y todo muy loco y lo recuerdas toda tu vida. Pues habla un poco de eso, ‘Pouring Rain’. Hay un poco de todo, pero todo en cierto modo muy yo. Si lo escuchas, pues hablo del paso del tiempo con esa obsesión mía intrínseca del paso del tiempo, de envejecer, de mirar atrás… Eso sigue estando. Luego cosas mucho más potentes como ‘Healer’, donde hablo de que no te duermas y que tomes las riendas de tu vida porque al final el tiempo mata a los soñadores. 

¿Cómo planteáis la gira? Porque en abril presentáis el disco aquí en Madrid y, ¿cómo se presenta el verano?

Bueno, se presenta de prueba. Vamos a probar todo este set nuevo que no es poco. Claro, el disco está hecho y ahora estamos en pre-producción y producción del set de directo, que es una locura porque hay que revisitar los temas antiguos, hay que llevárselos a un terreno Modern Odyssey, la gira se llama Modern Tour, como «a ver, tenemos que ofrecer algo moderno, algo nuevo» y lo que hemos hecho ha sido revisitar los clásicos, sonará ‘Leave It All Behind‘, sonará ‘Perfect Combination’, sonará ‘Living by the Ocean’, pero nuevas, revisitadas, como si hubieran salido de las grabaciones de «A Modern Odyssey».

¡Oye, pues interesante!

Sí, creo que sí. De hecho lo hemos puesto ya a prueba en Mallorca y fue muy guay porque tocamos prácticamente el disco entero, que la gente no había oído nada y fue un éxito muy guay. La gente bailando y con una sonrisa de oreja a oreja. Así que yo creo que algo bien hemos hecho. 

+ posts

Extremeña afincada en Madrid desde hace demasiados años. Me gusta escribir, así en general, pero sobre todo de música y libros.

Compartir esta entrada