Rigoberta Bandini se despide a lo grande en Zaragoza
El pabellón Príncipe Felipe acogió en Zaragoza el pasado 23 de diciembre el último concierto de la gira de Rigoberta Bandini. Todo un privilegio. Con escasos quince minutos de retraso, a las nueve y cuarto, con casi diez mil personas entre la pista y la grada, comenzó lo que sería un concierto increíble.
Antes de que sonaran los primeros acordes, los miembros del grupo fueron saliendo uno a uno,(vestidos con temática escolar y en colores blancos y grises) y a modo de presentación fueron saliendo al escenario ocupando sus puestos. Una vez dispuestos los músicos arrancó el concierto, al igual que su último disco «Emperatriz», con ‘In Spain We Call It Soledad‘. Tal y como empezó la música, comenzamos a bailar. Y no solo nosotros, sino que aparecieron en el escenario el grupo de bailarinas que acompañan al grupo en sus actuaciones. Al llegar ‘Canciones de Amor‘, canción que dedica a su hijo y al amor, llegando al epílogo «No se hacer un huevo frito», fue la primera vez que el público superó en volumen al escenario.
Esta secuencia de canciones del álbum paro para presentar a la banda, en especial a Belén Barenys, también conocida como Memé, a la que se le cantó el cumpleaños feliz, aunque no estuviera presente (ya que tenía un embarazo muy avanzado). Seguido con el remember del verano ‘A ver qué pasa‘ (canción que dio vida al anuncio de Estrella Damm de 2021), que concluyó en el beso de dos de las bailarinas.
El concierto estaba en la cresta de la ola, y poéticamente tras el beso de dos chicas empezó a oírse los primeros compases de ‘A Todos Mis Amantes‘, que además de bailarinas contó con la performance de Jacinto, un muñeco. La canción acabó con Jacinto preguntando cuántas perras habían venido, y jugando con la polisemia sonó ‘Perra‘, donde las bailarinas mezclaron ser perras con perrear durante toda la canción. Fue un número increíble.
Tras una pausa íntima entre el público y el teclista Esteban Navarro, arrancó el tema ‘Ay Mamá‘. Bajo los versos del estribillo «no se por qué dan tanto miedo nuestras tetas«, cantantes y bailarinas sacaron «un pecho fuera al puro estilo Delacroix», literalmente. Tras la verdadera fantasía que supuso la canción, se hizo la oscuridad. Y muy emotivamente, Rigoberta comenzó a despedirse de la gente, no sin antes compartir con nosotros algunas de sus canciones favoritas de amor, tocando un popurrí de temas como ‘Cuando Yo Te Amo’ de Rocío Jurado, ‘Bailar Pegados‘ de Sergio Dalma, ‘Es La Noche Del Amor‘ de El Rey León, ‘Eres Tú‘ de Mocedades y muchas otras, finalizando con la canción que en 1968 hizo botar a un país enteró: el ‘La, La, La‘ de Masiel fue un broche perfecto para este viaje por las canciones de amor.
Y tras este viaje por España, recuperamos un poco de este espíritu castizo para la puesta en escena del remix de ‘In Spain We Call It Soledad’, que tuvo elementos de la cultura típica de España. Como de nostalgia iba también la mezcla anterior le siguió ‘Así Bailaba‘, un espectáculo al más puro estilo fiesta de fin de curso. Uniformes, bolas de discoteca, gente saltando a la comba, de luces.
Al acabar este sprint de canciones de mucho movimiento, volvimos a pensar que el concierto llegaba a su fin, pero no. Tras coronar a Rigoberta, se apagaron todas las luces y el estadio la iluminó al son de ‘Emperatriz‘, la canción que da nombre al álbum. Al despedir y agradecer a cada uno de los miembros de la banda y equipo técnico, se hizo una mención especial a una bailarina que era de la propia Zaragoza. Al canto de «Viva la virgen del Pilar», volvió a conseguir que el estadio entero se pusiera en pie y gritara al unísono una última vez.
Pero volvimos a picar, y con una luz cenital comenzó una canción que todos conocíamos, tras la intro de Caillou comenzó, ahora sí, el ultimísimo arreón, un remix de ‘Too Many Drugs‘ y ‘Quiero Verte Danzar‘. Fueron un final inmejorable de concierto para un final inmejorable de gira. Ya deseamos volver a ver a Rigoberta pronto.
Os dejamos con el resto de la galería del concierto:
