TruenoRayo Fest 2025: Furia sonora y comunidad

/ octubre 1, 2025/ Crónicas, Galería

La Mutant, València

Con el otoño se acerca ya el momento de terminar la temporada de festivales, y Valencia respiraba novedad y urgencia el fin de semana del 26 y 27 de septiembre. TruenoRayo Fest 2025, en La Mutant, no solo fue un festival más: fue una declaración de intenciones. Un espacio donde lo emergente converge con lo establecido; donde la equidad, el activismo, lo experimental y lo popular se entrelazan.

Las chicas de La 126 dejaron claro desde los primeros acordes que la velocidad iba a marcar el ritmo: pop-punk, guitarras distorsionadas, voces que piden estar escuchadas con temas como MIS AMIGAS TE ODIAN de su último trabajo, «TE ENTERAS?» (2025). Y alguna palmera inflable representando a Elche. Fue un inicio que quemaba expectativas pues la sala estaba llena desde antes de empezar. Repion llegó a continuación y apostó por el contraste: momentos más frágiles, pausas, temas íntimos que calaban. Su forma de tejer lo suave y lo rugoso se convirtió en uno de los primeros puntos altos de la tarde. No faltaron temas emblemáticos como Ciudad de vacaciones, pero también aprovecharon para presentar canciones como El sueño dura una semana que, pese a haber sido publicado recientemente, el público ya coreaba la letra. Grandma’s House fue otra sacudida. Rareza, potencia y queer punk. Su EP, Anything for You (2025), trae sonidos directamente sacados del grunge de los 90. Una gran puesta en escena por parte del trío de Bristol.

El set de DJ en el patio, con Mujeres Bellas y Fuertes, Sika y otras artistas, fue más que un interludio: replegar el sonido para reinventar el aire. La gente bailaba entre sombras, luces tenues, y conversaciones entre mezcla y mezcla.

Kokoshca y Amor Líquido trajeron el contrapunto perfecto entre canción, reflexión, conexión emocional, reivindicación y momentos de euforia rockera, sobre todo durante el concierto de Amor Líquido cuando gran parte del público se subió al escenario con la banda en la recta final. Aiko el Grupo se encargó de finalizar el primer día del festival con su punk ácido e irónico con temas como Peñacastillo, de su último álbum “Me están apuntando con un arma” (2023), así como otros de su más reciente EP, «A Tomar por el Culo» (2024).

Papá Topo presentó «Presto Y Con Toda La Fuerza» (2025), su más reciente álbum, evocando indie juguetón, diversión y mucho baile para empezar el ciclo de conciertos del sábado; Las Petunias apostaron por lo teatral, lo estético exagerado, por momentos de humor, sonido punk-pop, y mensajes feministas y por el pueblo palestino. «Creo que soy de porcelana» (2025) sirve como una clara declaración de intenciones sobre el potencial de las de Madrid: temas como Mercerías las justas están hechas para ser gritadas en salas y festivales por igual.

Neura se trata del proyecto electrónico de la valenciana Lucía García, que llevó la cosa hacia lo introspectivo y el contraste de todo lo escuchado anteriormente en el festival: capas de sonido, tensión, silencios cargados, synth pop introspectivo y oscuro cargado de simbolismo que recuerda al shoegaze de bandas como My Bloody Valentine

En la recta final esta edición del TruenoRayo Fest, Cariño, pese a los cambios en su formación, volvió a traer himnos desenfadados como Mierda seca o Te Brillan. Se sintió como una reafirmación de quienes son ahora antes de encaminarse a un nuevo proyecto como dúo. Y es muy probable que, cuando volvemos a escuchar de ellas, nos traigan grandes y frescos temas pop como ya han hecho hasta ahora.

VVV [Trippin’you] cerró el festival con una buena sesión de inmersión electrónica: bass y atmósferas densas para apagar la noche con luz estroboscópica.

Lo mejor de TruenoRayo 2025 no fueron solo los conciertos, sino lo que ocurría entre ellos. La preocupación por quienes hacen música: igualdad, trato justo, visibilidad real para quienes normalmente están al margen. Que haya un cartel con fuerte presencia femenina no como gesto sino como práctica se siente en las bandas, en las productoras, en los sonidos.
La Mutant se convirtió en un espacio de hogar colectivo: el patio para descansar, charlar, compartir comida, escuchar DJs, ver mercadillo, respirar. No solo escuchábamos música, sino que la vivíamos.

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1995. Escucho música y traduzco cosas. También colecciono vinilos y beanies.

Tossuderia d'argelaga. Hablo de música y fotografío conciertos.

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