Rosalía – LUX | Reseña

/ noviembre 8, 2025/ Reseñas

Género: Incatalogable
Sello: Columbia Records
Fecha de publicación: 07/11/2025

Viernes, 7 de noviembre de 2025. A estas alturas del día tendrás petado Instagram, X (Twitter para las nostálgicas), Threads o los foros habituales por los que transites. Todo ellos llenos de reacciones al nuevo disco de Rosalía: «LUX». Ya habrás escuchado que se trata de una obra maestra, puede que también hayas leído a alguien a quien no le haya gustado. Hay quien incluso ha dicho que este disco, si, en lugar de Rosalía, lo hace alguien que está empezando en la música, Sony le mandaría a paseo. Puede que todos tengan razón, puede que incluso en todos ellos resida una pizca de la verdad que recoge este disco. A estas alturas atreverse a hacer una reseña de este disco es casi una osadía. 

¿Es una obra maestra? Es probable. Lo que es seguro es que no admite grises. Rosalía se atreve a hacer lo que nadie siquiera imagina, tocando límites al alcance de muy pocos. Ella no se sale de los moldes: los hace estallar. Dinamita las reglas, rompe todas las apuestas y, lejos de sucumbir a su propia audacia, se corona en medio de ella. ¿Está gustando? La respuesta es un cisma. Provoca devoción o rechazo visceral, pero jamás indiferencia. Hay quien lo ha sentenciado como un «dolor de cabeza». Pero en el universo Rosalía existe un axioma: todo lo que toca se convierte en tendencia y, más profundo aún, en objeto de culto. A estas alturas de 2025, no adorarla es casi un acto de disidencia. Y, a su vez, adorarla es rendirse a la corriente… aunque jamás se haya escuchado una ópera. ¿Si lo hubiese hecho otra persona estaríamos hablando hoy en los términos que estamos hablando? Probablemente no. Es un hecho que Rosalía ha hecho este disco cuando ya tiene una posición de poder en la industria musical, cuando es quien es y eso le permite hacer lo que ha hecho. No es un disco con hits, es un trabajo profundo, estético y muy muy arriesgado.

Pero ¿qué ha hecho Rosalía? Pues en teoría un disco. Eso es innegable. Un disco de música. ¿Qué tipo de música? Pues lo podríamos calificar como música conceptual. ¿Eso existe? Espero que sí, la verdad, porque el disco en sí es un concepto que no atiende a un sólo género musical. Como si de una obra de A.R.C.O. se tratase, es un disco experimental, inteligente y cuidado hasta el mínimo detalle. El disco se divide en varios movimientos (MOV I, II, III, IV) como si fuera una sinfonía clásica. A través de ellos vemos a la artista catalana adentrarse en diferentes estilos musicales: ópera, canto lírico, copla. Incluso llegamos a ver notas de zarzuela y de fado. Del pop y de los ritmos urbanos de «Motomami» no hay ni sombra. ‘Dios es un stalker’ o ‘Porcelana’ pueden ser las que más se asemejen, pero no tendrían encaje en ese disco. 

Es cierto que la arquitectura sonora de «LUX» se erige sobre unos arreglos de cuerda impactantes, en los que destacan también la profundidad de sus melodías y unos coros casi litúrgicos que emergen en ‘La Yugular’, ‘Memória’ o ‘Magnolias’. El disco se completa con colaboraciones de un carácter indiscutible: desde la columna vertebral que es la Orquesta Sinfónica de Londres, hasta la legendaria Björk (a la que gran parte del público ha conocido gracias a esta colaboración, por mucho que eso duela), pasando por figuras como Estrella Morente o Carminho

 

Pero sería un error quedarse ahí. Toda esa producción, aunque monumental, es solo el marco. El verdadero corazón del disco, lo que convierte «LUX» una obra singular, es la voz. Es la elasticidad de Rosalía, su capacidad para quebrar la melodía con un giro lírico o alcanzar notas que parecen de otro mundo, como hace en ‘Mio Cristo Piange Diamanti’. Es un disco de notas agudas, en el que ya no es aquella chiquilla que se enfrentaba a la valoración de Noemí Galera o Àngel Llàcer tras desafinar en un programa de televisión. 

Pero eso era 2008, ahora es 2025 y Rosalía no es solo un nombre: es culto, es un concepto. Ella misma lo sabe y lo explora en este trabajo. Ejecuta lo que nadie más se atreve a plantear. Convierte una listening party en Barcelona en una performance de arte visual. Se desgarra en el despecho de ‘La Perla’, evocando la estirpe de Rocío Jurado o Paquita la del Barrio. Transita por trece idiomas en un único álbum. Sólo ella, en definitiva, hace posible lo imposible, lo convierte en disco, en tendencia, en controversia. Sólo Rosalía es capaz de ser Rosalía. 

 

 

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Extremeña afincada en Madrid desde hace demasiados años. Me gusta escribir, así en general, pero sobre todo de música y libros.

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