McEnroe: canciones que resuenan en el corazón

/ enero 16, 2024/ Crónicas, Destacados

Pocas cosas logran remover el interior de una persona tan profunda y honestamente como la música de McEnroe. La composición poética de sus letras y la creación de un ambiente sonoro rozando lo nostálgico, o lo místico, los distingue como un grupo verdaderamente único. Así lo demostraron durante su concierto en The Music Station Principe Pío con motivo de la 10º edición del Inverfest.

La banda, originaria de Getxo (País Vasco), la conforman seis personas: Eduardo Guzmán (batería), Ricardo Lezón (voz y guitarra), Gonzalo Eizaga (guitarra), Jaime Guzmán (guitarra), Jaime Arteche (teclados) y Pablo Isusi (bajo). Dos décadas en la industria musical les avalan como una de las bandas más relevantes del panorama nacional. Sin embargo, a su actuación se sumó una sorpresa más: Jimena Lezón, la hija de Ricardo.

El concierto, programado para el horario de vermú, se reveló como una experiencia rica y cautivadora. El juego de luces y esa misteriosa aura sonora que solo el este grupo puede crear caló entre los fieles seguidores de la banda que, a pesar de la hora y el frío, asistieron al encuentro. A pesar de las dificultades técnicas que se dejaron notar al principio de la actuación, los de Vizcaya mostraron lo más profundo de su ser en cada nota, cada acorde que tocaban o en cada golpe de batería. Todo perfectamente orquestado para que la voz de Lezón, tan honesta y melancólica, resaltase por todo el recinto.

Una hora y media es lo que duró este viaje sonoro en el cual la banda quiso repasar toda su trayectoria. La Cara Noroeste’, ‘Montreal’, ‘La Electricidad’, ‘Luz de gas’, ‘Gracia’, ‘Los valientes’ o ‘Un rayo de luz’ fueron algunas de las canciones con las que el grupo quiso deleitar a sus seguidores. Fue en esta última canción, ‘Un rayo de luz’, en la que subió al escenario la hija de Ricardo Lezón, Jimena Lezón. La dulce voz de Jimena, acompañada de los instrumentos de la banda, y un juego de luces hipnótico cautivó a la audiencia que, respetuosa, se sumergió en el trance musical que solo McEnroe es capaz de crear.

Vendaval fue la canción elegida por McEnroe para cerrar. Poco a poco, la canción iba adquiriendo fuerza. “No me viste desde el cielo / Se perdió con el vendaval”, in crescendo, el sonido de la guitarra distorsionada roba el protagonismo a la voz de Lezón que pasa a un segundo plano para, finalmente, desaparecer. Ese clímax apoteósico se realzó con un juego de luces que alumbró todo el recinto. Poco a poco, los instrumentos se fueron apagaron, fundiéndose con los aplausos de la gente, dando por finalizado el concierto.

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Melómano de naturaleza, me encanta disfrutar de la música haciendo lo que más me gusta: escribir. Disfruto de cualquier género musical, aunque la música española (ya sea indie, rock o pop) es lo que más me atrae.

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Acerca de Gabriel

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