Bambalinas de ensueño: concierto de Valeria Castro
La artista canaria ha defendido su último proyecto en el Teatro Gayarre de Pamplona frente a más de ochocientas personas
Falta una hora para el concierto de Valeria Castro en el Teatro Gayarre, en Pamplona. Un barullo de personas llena el vestíbulo del teatro centenario que, en cuestión de una hora, acogerá un espectáculo vibrante, y a la par tranquilo, por parte de la artista canaria y su banda. Para otros, solo acuden al vestíbulo para cubrirse del txirimiri.
Pasan los minutos y la gente se acumula en la taquilla. “Una entrada para Valeria Castro, por favor”, preguntan grupo de muchachas, de unos 25 años. “No quedan entradas, llevan agotadas desde hace unas semanas”, responde la mujer detrás del mostrador. Así es. La joven nacida en Las Palmas (Gran Canaria, 1999) ha hecho sold out en el Teatro Gayarre de Pamplona. A su vez, quedan pocas entradas para sus conciertos en Sudamérica –en el momento en el que se ha realizado esta crónica ha vendido todas sus entradas para el concierto del 18 de noviembre en Argentina–. Las puertas del teatro más emblemático de Pamplona se abren y los 884 asientos empiezan a llenarse. El teatro, en forma de herradura a la italiana, se erige poderoso con tres plantas más hacia arriba. Una alfombra de color rojo carmín recorre de punta a punta el lugar, que se presta señorial al espectáculo que acontecerá en pocos minutos.
Quedan treinta minutos para el concierto. Al pasar a la sala de butacas, una especie de humo, simulando neblina, llena la sala. La luz tenue de los focos del escenario alumbra los distintos instrumentos: teclado, guitarras, batería y contrabajo. A su vez, las luces del teatro van acogiendo a los asistentes y les va transmitiendo un sentimiento sosegado, de calma. El aura que se respira te remite a un lugar tranquilo, aquel lugar donde de nuestra mente nos refugiamos cuando tenemos miedo, o cuando solo queremos recordar un momento feliz. “Tengo muchas ganas de este concierto. Conocimos a Valeria en Zaragoza, una chica supermaja. Vas a disfrutar”, comentan dos amigas en busca de su asiento. Antes de dar comienzo al espectáculo, un empleado de la productora deja cerca del micrófono de Valeria una taza con una infusión.
Las luces laterales del teatro, parsimoniosamente, se funden con la oscuridad. Entre bastidores se escucha cierto alboroto. Pocos segundos después, aparecen los músicos. Por ahora, ni rastro de Valeria. Los minutos pasan y, entre la neblina, asoma una figura vestida de blanco, pelo castaño largo y una sonrisa tímida. Valeria se acerca lentamente al micro entre punteos de guitarra y del contrabajo. ‘Poquito’ a poco, hace suyo el escenario.
“Con que no te olvides del cariño que te tengo / Con que no te olvides de que te llevo tan adentro”, así empezaba el recital que la palmense iba a proporcionar al público pamplonés. Piano, guitatele, contrabajo, guitarra, percusión y la voz de la artista canaria, no hace falta más. La voz tranquila pero potente de la artista recorre suavemente las paredes del teatro centenario. Como si se tratara de un sueño, voz e instrumentos se mezclan armoniosamente transmitiendo tranquilidad y el inicio de algo majestuoso. Silencio sepulcral para apreciar la potente voz de Valeria.
«Con cariño y con cuidado» es el último álbum de Valeria. Concierto a concierto, la palmense ha recorrido España defendido su trabajo frente a su público. El talento, el mimo de las letras y la puesta en escena han llevado a la artista a posicionarse como una de las referentes en el mundo pop folk del panorama español. Tanto es así que, ‘La Raíz’, canción perteneciente a este último álbum, ha recibido una nominación a los premios Latin Grammy en la modalidad Mejor Canción Cantautor. Ella define este nuevo trabajo como “un disco en el que está puesto mi corazón, mis raíces. El disco lo escribí mirando todos mis sentimientos, los de mi abuela, los de mi familia…”, de esta manera introducía la canción con la que ha recibido la nominación a los Latin Grammy.
Durante las casi dos horas de concierto, Valeria hizo un repaso por todas las canciones de su último proyecto y otras que, aunque no formen parte de «Con cariño y con cuidado», sirven para homenajear a “todas las que me han cuidado, enseñado o aconsejado alguna vez”: ‘Guerreras’.
Pero no todo lleva a la melancolía, a la tranquilidad. Durante su puesta en escena, mezcla ritmos de guitarra suaves con ritmos bailables. Tal es así que puso a todo el teatro de pie cantando al ritmo de ‘Lo que siento’, canción que daba por finalizada el concierto de la palmense. “Cantas como los jilgueros”, se escucha al fondo del teatro. Valeria sonríe, agradece el piropo y lo devuelve de la mejor forma que sabe: “Pa’ cuidarse, pa’ quedarse / Pa’ ser fiel a lo que representas”.
Público, banda y Valeria entregados en este éxtasis de alegría y ritmos folclóricos que cerraban un espectáculo potente y emotivo. Es tal la emoción y la entrega del público que, en un ataque de adrenalina, Valeria Castro baja del escenario y, como en la escena de «Singing in the Rain», se pone a cantar, bailar y girar alrededor de la multitud del teatro. Honestidad, transparencia y emoción son algunos adjetivos que, aunque cortos, reflejan esta dosis musical.
Termina el concierto. Son alrededor de las nueve de la noche. Las personas se reúnen en el vestíbulo de la entrada para alabar la actuación de Valeria Castro: “La voz de esta chica es espectacular”, se escucha decir a un grupo de amigos nada más salir de la sala de butacas. Ya no quedan rastro de aquellos que se refugian del txirimiri en la entrada del Gayarre. Ahora solo quedan “mil razones para volver, para querer”, pero no para olvidar lo que Pamplona presenció esa noche en el Teatro Gayarre.
Melómano de naturaleza, me encanta disfrutar de la música haciendo lo que más me gusta: escribir. Disfruto de cualquier género musical, aunque la música española (ya sea indie, rock o pop) es lo que más me atrae.