Tom Odell: Fin de gira europea «Black Friday» en La Riviera
El inglés celebró el fin del brazo europeo de su gira con una actuación agridulce el 10 de abril de 2024
Todo aquel que haya estado en la sala La Riviera sabrá que hay dos sitios en los que no te debes poner si lo que quieres es ver el escenario. El primero es en la barandilla que queda directamente en frente del escenario, dado que las tres pintorescas palmeras te taparán absolutamente todo el campo de visión, a pesar de tu supuestamente aventajada altura. El segundo es, sin duda, detrás de una de las dichosas columnas que hay en ambos lados de la sala, dado que, como era de esperar, el cemento no te deja ver más allá. Nunca adivinaréis dónde pasé el último concierto de Tom Odell en Madrid.
Así es, mis decisiones a la hora de elegir sitio siempre dejan bastante que desear, y me pasé gran parte del último concierto europeo de Tom Odell en agradable conversación con un bloque de cemento. A pesar de todo, precisamente por no tener una vista privilegiada, fui capaz de experimentar una actuación en directo de una forma completamente nueva para mí. Al no poder ver muy bien el escenario (mejor dicho creo que vi al cantante un total de una vez en toda la noche) me obligué a parar y dejar que el ambiente creado me envolviera.
El mejor momento de un concierto para mí siempre será cuando se bajan las luces justo antes de que entre el artista, el murmuro que se alza genera una energía que siempre me dejará los pelos de punta. En el caso del concierto de Tom Odell, la sala se tiñó de azul mientras una densa masa de niebla cubría el escenario. La emoción del público era palpable, y con un sonido envolvente creado por los músicos, comenzó el espectáculo.
El concierto en sí fue precioso, con un público entregado y una banda de siete músicos (con acompañamiento de cuerda, guitarras, percusión e incluso algo de viento-metal) que acompañaron maravillosamente al teclado y la voz de Odell. A pesar de todo el cantante nos confesó que la gira le había pasado factura a su voz, por lo que no le quedaría más remedio que acortar el set.
Aun con eso, Tom Odell dio un espectáculo apasionante con una voz algo quebrada, que de alguna forma le daba más profundidad a su música. A su género siempre le favorece sonar triste, y con una voz tan potente como la del inglés su actuación no dejó a nadie impasible.
Escuchar «Black Friday«, el álbum que le da nombre a la gira, es como volver a casa después de haber ganado una batalla, sabiendo que se te ha quedado mucho atrás pero que al final has salido victorioso. Suena a enamorarse con alguien perfecto, sabiendo que el problema eres tú.
El ambiente contenido del público explotó al fin cuando sonó ‘Another Love’, su tema más conocido. El público rompió a hervir con la música, y en su ebullición se vio una vez más el poder que tiene la música en vivo a la hora de juntar personas de toda procedencia.
