El verano del Emo llega a Barcelona: así fue el Emostiu 2023

/ agosto 3, 2023/ Crónicas

En un espacio autogestionado, un grupo de jóvenes da vida a un verano por y para la música emo

No, el emo no ha muerto. El 21 y 22 de julio se escondía a las puertas del Casal de Joves Can Ricart un festival que acogía la nueva ola de este género musical: el Emostiu. El emo se está haciendo paso en la escena, una vez más.

Espacio autogestionado, comida casera vegetariana, precedido por una feria de fanzines y arte D.I.Y., fueron dos noches de sonido emo en todos sus formatos. El viernes y primer día nos sumergimos en un panorama de emoscreamo, emoviolence, expresividad y crescendos. Ordara, Amalia Bloom, Ojne, Cuandoelmarpierdelasconchas, Drei Affen, y, entre este barullo de gritos y pogos, aparecía Ramper. Una banda granadina que se presenta en el festival como el máximo exponente de post rock español. Una experiencia casi espiritual que el público acogía con los brazos abiertos durante una noche calurosa en Barcelona.

El sábado, segundo y último día, abría sus puertas con todo vendido. El día del Midwest Emo, «emo llorón». Ocho horas de música de la mano de Meeky, Boys Kissing Boys, Carantoña, Bernal, Monteperdido, Garbí, Nogato y Comic Sans. Representan la rama del emo que se alejó del sonido característico del hardcore punk y mathrock que había distinguido la era anterior y que alteró el género hacia el emo altamente sensible, música postadolescente y un sonido en el que la guitarra ganaba presencia. Pogo tras pogo el festival se calentaba y para cuando Comic Sans tomó el escenario, ya nadie se cortaba. Desde gente subiéndose al escenario para saltar sobre el público hasta otros robándole el micro a Manza (Álvaro, voz y guitarra) para entonar a voz en grito «Con los Comic Sans, con los Comic».

Catarsis en un festival autogestionado en el que predomina la cultura del D.I.Y., do it youtself, de la mano del colectivo My Heart Your Mouth de Barcelona. Terminaba a las dos de la madrugada de un domingo muy domingo, lleno de resaca emocional y afonía. Gracias a colectivos como este, dispuestos a organizar festivales como el Emostiu, más cercanos y alejados de la idea de los macrofestivales que predomina en el panorama musical, recordamos que la experiencia musical todavía puede ser personal y alternativa.

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Me llamo Lola. Hago el grado de Estudios Culturales en la Universidad Carlos III de Madrid. Soy fotoperiodista a tiempo parcial. Aquí puedes leerme y ver mis fotos.

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Acerca de Lola

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