Carolina Durante: cómo convertir el WiZink en hogar
«Este viernes hay plan», avisaba Rosalía en Twitter mencionando a Carolina Durante. Lo sabía ella y 8000 personas que llenaron el WiZink el 27 de enero. Cerca de las 21:30, la sala estaba desordenada. Acabábamos de corear con Los Nikis «seremos de nuevo un imperio». A mi alrededor, en las gradas, amigos de la generación de La Movida hablaban con ilusión. Algunos adolescentes acompañados por sus padres lucían sus mejores galas y miraban ansiosos al escenario; quizás estaban a punto de vivir uno de sus primeros conciertos. Jóvenes buscaban sus asientos en la multitud. Abajo en la pista las cabezas seguían acumulándose sin un fin aparente. Las luces se apagaron, todos vitoreamos y se hizo un silencio largo. Sonó un acorde de guitarra, y las luces nos deslumbraron con la voz explosiva de Diego Ibáñez cantando «que yo no te pertenezco / aunque a veces lo parezca». La sala saltó a la vez al ritmo de ‘Aaaaaa#$!&‘ y no paró de bailar hasta el último acorde del concierto. El punk macarra del grupo madrileño movió a la multitud compacta de la pista, que intentaba alcanzar el nivel de energía del baile de rodillas del vocalista.
La actitud eléctrica y desenfadada de los miembros de Carolina Durante les dio un carisma excepcional. Su conexión con el público fue inmediata. Los mismos oyentes, contagiados por la energía del grupo, tomaron la iniciativa tras escuchar ‘Las canciones de Juanita’ y corearon al unísono «no sonamos mal / sonamos mejor que ayer». Fue uno de los momentos más especiales del concierto. Para confirmarlo, la banda respondió con ‘Tu nuevo grupo favorito’. Pero el ritmo frenético del concierto también se detuvo en ocasiones. La banda pidió a los asistentes que pidieran ayuda al personal si la necesitaban para evitar más desmayos e incidentes.
«Va a ser una fiesta, es lo que pretendemos. Y nada, que a pasarlo bien, ¿eh?». Estas fueron las primeras palabras de Diego, con una energía sorprendente tras estar una semana sin voz. Y fue una fiesta, desde luego, pero también consiguieron derramar alguna que otra lágrima. El ritmo se detuvo con los primeros acordes de ‘Minuto 93’ –que recuerdan al nostálgico ‘Un buen día’ de Los Planetas–, o con el primer plano íntimo del vocalista cantando casi a capela el inicio de ‘Colores’. El público pudo corear en una catarsis grupal canciones como ‘La planta que muere en la esquina’ o ‘Yo soy el problema’. La introducción de esta última fue destacable; los instrumentos se unieron uno a uno creando una melodía completa: el acorde de guitarra seguido del bajo, la batería y, por último, la voz.
Carolina Durante se rodeó de buena compañía durante el concierto. Elena Nieto los acompañó como segunda guitarra en varias canciones y el streamer y cantante Orslok añadió una marca generacional a ‘Casa Kira’ con su característico autotune. Con un cómico «no, no soy Rosalía», salía al escenario Alicia Ros, miembro de Cariño, para cantar la icónica ‘Perdona (Ahora Sí Que Sí)’. Y por último, volvieron a contar con Los Nikis para versionar su ‘Salvaje pasión’. Diego expresó el gran honor que suponía para ellos tocar con la mítica banda, con la que han sido comparados desde sus inicios: «son los referentes, casi los padres». Se despidieron con abrazos y aplausos.
No faltaron los grandes temas de su último disco «Cuatro Chavales» ni, por supuesto, ‘Cayetano’, con una actualización en la letra: «ya votan al PP, antes a Ciudadanos». Antes de cantarla, volvieron a apagar las luces y la sala se sumergió en un silencio eterno. Sonaron los dos primeros acordes y los gritos de emoción silenciaron casi por completo el tercero. Cerraron el concierto con ‘La noche de los muertos vivientes’, la primera canción que publicaron allá por diciembre de 2017. Durante el concierto, los miembros del grupo hicieron varios cambios de vestuario, desde el chándal a la camisa y la corbata. Ataviados con sus mejores galas y cantando su primer tema, demostraron que, por mucho que crecieran como personas y como grupo, siempre seguirían siendo los cuatro chavales macarras del inicio. Carolina Durante agradeció aquel concierto tan especial en el WiZink Center: «esperamos volver». Y volverán, porque consiguieron algo que no logra cualquiera. Terminaron el concierto cantando «ya va siendo hora de volver a casa»; pero, en aquel momento, nuestra casa era ese instante, las luces, la sala y ellos.
Fotos de @jherraezb