Anouck The Band y .bd.: un sold out diferente en la sala Cadavra

/ febrero 21, 2024/ Crónicas, Galería

Cuando una semana antes del bolo quedaban tan solo diez entradas, empezaron a saltar las alarmas entre los seguidores de Anouck The Band y .bd.

Se agotaron las entradas en DICE días antes. Anouck The Band y .bd. son dos bandas emergentes que llegan a la escena indie española dispuestos a renovarla. Sí, así es, sonidos que se asemejan más al sonido de la escena que comienza a recorrer Europa que a la propia nacional. Por un lado la voz de Anouck, y por otro lado el maximalismo de los chicos de «bd». Este febrero tocaban ambas bandas juntas en la misma sala por segunda vez y hacían su segundo sold out conjunto. Si aquello hubiera sido la Windmill de Brixton, automáticamente nos hubiéramos percatado de que Anouck guarda sus raíces en la increíble Alice Phoebe Lou y .bd. hereda su ansia virtuosista y maximalista de los británicos Black Country, New Road.

Un comienzo un tanto tumultuoso. Una descuidada ecualización nos jugó una mala pasada durante los dos primeros temas de .bd., que abrían desconcertados. Después del bolo, hablando con ellos, nos pudimos enterar de que estaban mal microfonados y durante los primeros minutos no pudieron escucharse entre sí. Sin embargo, no duró mucho aquel caos. Por si nunca habíais oído hablar de ellos, son estudiantes, algunos recién graduados, que vienen desde varias zonas del sur de la Comunidad de Madrid, y cada vez que cierras y abres los ojos son más sobre el escenario. Cuentan con un teclado, un bajo, tres guitarras, batería y voz, así como un eventual ukelele, un sintetizador y un saxo que recoge la voz de la vocalista principal en el culmen del concierto, durante el último tema.

Hablamos de un grupo que cualquiera clasificaría como experimental, multidisciplinar, que saltan de un género a otro, tan fácilmente, como hacen parecer que son sus cambios de compás, los que dejan al público mesmerizado y enredado entre sus melodías. Desde la voz de Javier Carmona gritando sobre el escenario durante ‘Cocaína‘, hasta el siguiente tema, que combina una jam virtuosista con una narración absolutamente irónica sobre una situación catastrófica. Hablando de Menagarái, escuchamos un ukelele acompañado por la voz melancólica de Marta, que, con la mirada fija en el fondo de la sala, sobresale en el tema con tintes flamencos que caracteriza esa diferenciación de la banda. A punto de cerrar el bolo subía Samuel al saxo, regalándonos una nueva versión de ‘Hemos roto los espejos‘, un tema de aproximadamente seis minutos que nos cogió a todos por banda, y nos dio una sacudida de pies a cabeza. Después anunciaban el último tema de la noche, su última creación. Acababan en un crescendo en el que se aunaban guitarras, saxo y voz y que constituía el punto a medio camino entre «For The First Time» y «Ants From Up There», dos LPs de la banda británica Black Country, New Road.

Anouck The Band, aunque también emergentes, tienen una trayectoria un tanto más larga, desde festivales hasta ocasionales teloneros de Niña Polaca, subían segundos a escena. Ellos no son tantos, definitivamente su sonido es diferente. Como he dicho antes, es notable la influencia de la gran Phoebe Lou pero no se quedan ahí. Tal vez sea individualidad de la voz de Anouck Peris, o la intimidad que rodeaba las líneas melódicas que hacían brotar desde el escenario, pero hay algo que les hace destacar. En la línea de la escena indie, viran hacia un tono más pop rock, folk. Entrelazan en sus temas español y francés, la lengua de la vocalista, y nos transportan a una tarde soleada en la terraza de un café parisino. Cuando tocan, el ambiente es entrañable, minimalista en lo que se refiere a sus composiciones. Podría atreverme a decir que la voz de Anouck está sentando precedentes en la diferenciación del nuevo indie español y cuando Claudia Zuazo (ex Miembro de Muro María, miembro de Vez Era y de Niña Polaca) les acompaña puntualmente sobre el escenario, se reafirman en su sonido. Aunque escuchamos la herencia del legado del pop nacional, sus influencias van mucho más allá. El público está comprometido con la propuesta, se oye a la gente murmurar las canciones entre el público y nadie para de bailar, incluso durante los temas más melancólicos el hilo de la música hace que el público se meza de un lado a otro en sintonía con la banda.

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Me llamo Lola. Hago el grado de Estudios Culturales en la Universidad Carlos III de Madrid. Soy fotoperiodista a tiempo parcial. Aquí puedes leerme y ver mis fotos.

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Acerca de Lola

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