“Sold out” en el Ocho y Medio con Sexy Zebras
Marcó las nueve y media el reloj, se apagaron las luces de la sala y con un falso sigilo salieron los Sexy Zebras de la mano de un ritmo de batería frenético. Con “Jaleo” comenzó la batalla campal de dos horas, avisando a navegantes de lo que les esperaba aquella noche en “los sótanos del teatro Barceló”.
Con un gran jaleo comenzaron, bajo el grito de “¡esta es solo la primera de la noche!”, el espectáculo fue in crescendo. Se recordaron temas de sus álbumes anteriores donde el público, parcialmente motivados por Gabi y Jose, enloquecieron al ritmo de temas como “La máquina”, “El Semental” o el mítico “Visitantes”, donde el propio cantante celebró el poder tocar el primer tema de la banda delante de tanta gente.
También hubo tiempo para los temas del nuevo disco, rodeados de una especial emotividad que era recordada por el vocalista, que agradeció tras acabar la canción “Águila Negra” la presencia de todo el público, con especial cariño a amigos y familiares que los han acompañado en este trabajo de recomposición que fue “Calle Liberación”:
“Para nosotros está siendo un día muy especial, hemos venido desde un lugar muy abajo de nuestro corazón. Ver cómo después de un año estamos en este lugar, recibiendo tantas cosas, tanto amor. Sentirnos tan queridos es una de las cosas más bonitas del mundo. Hemos escrito canciones desde el fondo de nuestro corazón y ver cómo llega al fondo del vuestro es probablemente la cosa más bonita que puede tener un músico. Sólo puedo deciros que muchas gracias a todos, y a todos los que han estado con nosotros. Ver que esto está siendo tan bonito y tan especial me llena de orgullo”. – Gabi
Los Sexy Zebras se comieron el escenario desde el primer minuto, apareció Gabi con un traje de mangas arrancadas, para lucir tatuajes, y Jose con una especie de poncho del que no me atrevo a decir su origen. Fue un concierto con muchos matices, algunos de nosotros pudimos disfrutar de un buffet libre de plátanos, sin ser esto un eufemismo, ya que como suele pasar al inicio de la canción “Tonterías” el público es “obsequiado” con porciones de esa fruta tan característica de las Islas Canarias. La noche dio mucho de sí. Fue una sucesión de pogos, donde los participantes no solo fueron el propio público, los propios integrantes de la banda se autoinvitaron al baile, ya no solo para bailar, sino para tocar desde la pista bajo la incrédula mirada del público. El punto álgido de la noche fue con la canción “Sexo y Marihuana”, donde la sala entera se abrió para, al llegar el estribillo, chocar al grito del nombre de la canción y en el culmen de este enloquecido baile, se manteó a Jose mientras tocaba el solo que cerraba así este instante de locura.
Como ya dije, el concierto estuvo lleno de momentos emotivos cuando tocaron las canciones relativas a este último proyecto: “Una Canción Para Resucitar”, “Marte” y “O todos o Ninguno”, sobre todo con esta última pista, que fue dedicada a Samu, antiguo miembro de la banda.
Cuando ya habían acabado con todas las canciones del setlist, volvieron a tocar “Jaleo”, cerrando así el circulo, con la excusa de que, al ser la primera canción, habíamos estado demasiado dormidos. Tras los dos minutos y cincuenta segundos que dura la canción, durante los que estuvieron pendientes de que no les echasen, miedo del que ya habían avisado, se acabó el espectáculo.
Transcurridas las dos horas que duró, en las que a Jorge y a mi nos pasó de todo, terminó uno de los conciertos más divertidos en los que he estado, donde se pudo escuchar ese sonido de indie-rock dosmilero que tanto se echaba de menos, en el que el sonido en directo me sorprendió muy gratamente, e incluso se podría decir que el sonido de estudio, que se graba “entre cuatro paredes”, se queda corto para lo que luego este trío del barrio de Hortaleza son capaces de llegar a ofrecer en directo.
En calidad de esperpento