Diamante Negro y Mediapunta en el cumple de Marilians
La noche del 16 de junio fue una noche cálida y despejada en Madrid, después de varías semanas lluviosas el olor a verano inundaba por fin las calles de la capital. Este olor dulzón y cómo de asfalto caliente encapsula la promesa de noches llenas de luces, diversión y música, como lo fue esta, gracias a la celebración del cumpleaños de Marilians Records. La tienda de discos celebraba sus cuatro años de edad de la mano de Mediapunta y Diamante Negro en la sala El Sol.
La sala fue cogiendo forma a medida que la noche avanzaba. La gente aumentaba de la misma forma que las canciones se sucedían. Mediapunta calentó la sala con sus ritmos poperos y letras pegadizas desenfadadas. Su set incluía canciones de su disco «No quiero sentirme solo» y su EP «Amor olímpico». Fue un directo divertido de los aragoneses repleto de sus canciones que no sobrepasan los tres minutos cada una. Canciones cortas y corazones grandes, o algo así, se escuchó o no se escuchó en la sala que alguien dijo o no dijo. Acabaron su puesta en escena con ‘Fantasmas‘, canción en la que se unió Benoît García (voz y guitarra de Diamante Negro)
En este punto del concierto la gente ya estaba repleta de sudor, resultado de pogos encadenados que no dejaban casi coger aliento. Con un público entregado que coreaba sus canciones, Diamante Negro presentó una setlist con veinte de sus temas en las que incluyeron nuevos como ‘Mes Pagat‘ de su último lanzamiento «Desborde». También sonaron ya clásicos de la banda como ‘Club Caribe‘, tocada en la segunda parte del concierto.
Los de la ciudad condal contaron con Daniel Belenguer de Alavedra en el escenario para tocar las colabos de ambos grupos: ‘Sale mal‘ y ‘Olvídate de mí‘. Aunque todos los días me parecen viernes con la llegada definitiva del verano, este viernes propiamente viernes Diamante Negro cerró con ‘Futuro Incierto‘, un bonito broche que remató la velada.
¿Algo de esto quedará? Polvo gris nada más.
Y como si de un hechizo mágico se tratase, el brillante concierto de las dos bandas nos dejó una sonrisa en la cara y el corazón vibrando. Con esta sensación salimos los asistentes de la sala, de vuelta hacía la noche madrileña que nos acogía.
Fotos de @laimolivia
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