Siloé triunfa en la sala MON de la mano de Inverfest
Hace unos años descubrí a Siloé en un festival benéfico que organizaba Lenovo en el WiZink Center. Por aquel entonces, yo solo iba a conciertos si me gustaban los dos cabezas de cartel, cosa que afortunadamente he dejado de hacer y que recomiendo a todos que lo hagan dado el enorme talento que se esconde tras las bandas “desconocidas”. Como decía, en aquella ocasión fui a ver a La Habitación Roja y a Love of Lesbian, pero mucho antes de que les llegara su turno, se subieron dos chicos con una guitarra acústica y un drum pad y conquistaron al público, yo incluido.
Por esa época Siloé ya tenía dos álbumes a sus espaldas, el último, ‘La Luz‘, lo acababan de sacar y lo estaban presentando. Recuerdo que al volver a casa ese día me guardé varias canciones en mi Spotify porque me habían gustado muchísimo y tenían temas como ‘El poder’ o ‘La verdad’ que estuve escuchando en bucle durante mucho tiempo. Sin embargo, no sé muy bien por qué, les perdí la pista hasta este año cuando me enteré de que venían a Madrid por el ciclo de conciertos del Inverfest y no dudé en acudir a la cita.
Los dos chicos algo tímidos, pero que ya en su momento apuntaban alto en el WiZink, salieron al escenario de la sala MON al ritmo de una base techno pregrabada dispuestos a darlo todo y Fito Robles (cantante) empezó a cantar ‘La niebla’ mientras el público le ayudaba con los coros.
Después de tres canciones al límite en el que hubo tiempo para que sonara hasta el ‘Harder, better, faster’ de Daft Punk y agradecer a Miss Caffeina su colaboración con uno de sus últimos temas, ‘La vida que me das’, imaginaba que el concierto seguiría en esa misma línea, pero Fito Robles y Xabi Road se bajaron del escenario para subirse a uno más pequeño ubicado al fondo de la sala y tocar en formato acústico algunos de los temas que no suelen sonar en los festivales.
Todo un acierto en mi opinión que demuestra que el dúo no ha perdido esa humildad que sentí que tenían hace unos años y ese compromiso con el público al que agradecieron en todo momento el haber gastado un par de horas de su vida en la música en directo y en escucharlos. Durante esta parte del concierto aprovecharon también a animar a la gente a que escuchara nueva música, a que hiciera ese ejercicio de búsqueda algo más exhaustiva y no se quedara en el algoritmo de Spotify porque hay muchos grupos de gran calidad escondidos esperando a ser descubiertos.
Tras unos temas en este formato unplugged donde el cantante tuvo tiempo de improvisar unos versos explicando que habían traído merchandising, volvieron a subirse al escenario principal y la música techno volvió a reinar en la sala.
Aprovechando la vuelta a este escenario, invitaron a subir al DJ y productor Garabatto para que les hiciera una de las bases. Este artista, el primer español que ha trabajado con Dua Lipa, demostró su maestría con las mesas de mezclas a la vez que pudimos disfrutar de la complicidad que tenían los tres en el escenario.
El resto del concierto de Siloé fue una fiesta continua en la que no faltaron versiones como ‘Seven nation army’ en las que el público como cabía esperar acompañó al grupo con los habituales “lo lo lo…”.
Como lo que considero una despedida por todo lo alto, el cantante se volvió a bajar a la pista y pidió que nos agacháramos todos para que a la cuenta de tres saltáramos como nunca. Una vez que el concierto terminó, los dos artistas vallisoletanos se quedaron hablando con el público mientras sonaba ‘Todo lo que importa’ de Viva Suecia, un final redondo para un concierto cargado de sorpresas y energía.
Sin duda, durante estos años Siloé ha actualizado mucho su sonido pasando del folk pop al techno, pero ayer nos dejaron claro que no han olvidado sus raíces, demostrando que esa fusión de estilos funciona increíblemente bien. Un grupo al que habrá que seguir la pista muy de cerca porque les espera un futuro prometedor.
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Soy un intento de guitarrista, pero como de músico está chungo vivir, también hago fotos. Lo sé, lo tengo jodido.