Pureza y disrupción bailan en el emac.2022
Borriana se vestía con un largo vestido de fin de semana para recibir al emac.2022 que volvía al lugar y al momento del que nunca se fue para abrir una séptima edición que será recordada como la de las raíces. Como de costumbre, el festival borrianenc apostaba por un cartel ecléctico donde la presencia del talento femenino no se reduce a la anécdota, sino que se acentúa y se pone en grande, y en mayúsculas, optando de nuevo por artistas de sangre, de raíces y sorbe todo, de innovación.
Pese a que la primera jornada de emac.2022 no nos pudiéramos pasar por el CMC La Mercè de Borriana, vimos cómo Los Voluble salían por la puerta grande ante la ardua tarea de hacer olvidar a los presentes el gran espectáculo que dieron sus compatriotas de Califato 3/4 en las últimas dos ediciones del festival. Se hizo la oscuridad y las luces las pusieron ellos. Así como nos cuentan los allí presentes de cuyo gusto no dudamos ni un instante, Los Voluble recogieron el testigo de los califas arrancando de raíz la cultura andaluza y sevillana para romperla, analizarla, descomponerla hasta el límite e ilustrar cómo su Andalucía tiene tanto arte desde la tradición hasta la ruptura con su show ‘Flamenco is not a crime’.
La jornada del sábado del emac funciona siempre como ejercicio de descubrimiento, no sólo para los fans sino también para los artistas. Laborde, que no deja de ser el proyecto de Miriam al margen de Lisasinson, abrió la tarde del sábado descubriendo su lado más íntimo al público e incluso a su grupo de ex-amigas por llegar con el concierto ya empezado. Aunque las similitudes con el sonido y el carácter con su banda son evidentes, Laborde, acompañada por Dani Martínez a la guitarra, no deja de ser más que un proyecto una necesidad de sacar todos sus sentimientos y plasmarlos en canciones, casi como si de una performance se tratara, donde exponer amores y rupturas se transforma en una tirita compartida y el sabor dulce de un caramelo. Las risas con las confesiones amorosas en ‘Vampirita‘ o ‘Flotando‘ o en los discursos entre canción y canción también dejaron espacio a la reivindicación, muy presente durante todo el festival, y que llevó a Laborde a la ovación y baile con ‘Zorra‘, antes de poner de nuevo a todos a bailar con los temas junto a Leftee como ‘Estoy x ti‘, su versión de C.Tangana que pidió no cantar, porque al versionar ‘Mai estic‘ en valenciano, se pierde cuando la cantan en castellano y cerrar el círculo con una versión de Lisasinson.
También fue un día de descubrimiento para los valencianos Calivvla, quienes debutaban con Javi Gálvez a la guitarra con tan solo seis ensayos. La banda, la cual los últimos meses ha pasado por un proceso de cambios y autoconsciencia ha sabido aguantar el tirón y regresar a los escenarios tanto tiempo después. Ese barbecho ha servido para que los temas de ‘CLV‘ suenen ahora con más presencia para los seguidores, quienes vieron como de ‘25‘ a ‘27‘ la banda se fue sintiendo más cómoda tocando los éxitos ‘Efímero‘ o ‘Emperador‘ para probar con futuros temas, buscando un punk rock que en ocasiones tocó el shoegaze e incluso en punk progresivo con ‘Diciembre‘ o ‘Turista‘, próximos temas que ya estamos esperando escuchar.
Con Vera Fauna llegaba uno de los conciertos más esperados de la séptima edición del emac. La banda sevillana ya había pasado por el escenario del jardín del CMC La Mercé en el año 2019, siguiendo el buen ojo del equipo del festival quienes ya sabían que la banda iba a ser un éxito nacional. Esa alegría y simpatía que tanto aflora en el sud se reflejó en cada uno de los momentos vividos sobre el escenario desde el primer segundo de concierto. Ahora que están borrando Sevilla y su ciudad está irreconocible, Vera Fauna nos quiso acercar a cada uno de los rincones de su tan amado hogar. El olor a primavera recorriendo los barrios de la ‘Candelaria‘ pasando por la Alameda y con el sabor de La ‘Caleta‘, el sol se quedó atrapado en un pequeño jardín de Borriana en el que se puso la noche. Y es que eso es Vera Fauna, imprimir en cada canción esa pesadumbre que acaba transformando en liberación gracias a esa fiesta en la que se convierte cantar en sintonía ‘Voy temblando‘ como si una noche de borrachera por Triana se tratara, o la celebrada ‘Los Naranjos‘, un indiscutible himno de los que alegran los días. «Quiero un rato más» cantaba la banda, pero también el público, quien no se pudo resistir a pedir un bis en forma de ‘Colorada‘ a capella que fue continuada por Vera Fauna en comunión con un público que certificó que los sevillanos son un sentimiento común.
Desgraciadamente al positivo en Depresión Sonora tras su gira por México nos dejó sin poder degustar, al menos de momento, el directo de Marcos Crespo, uno de los referentes dentro de nuestra Generación Vacía. Pese a esta baja de última hora, el Escenari Emac congregó a un gran número de fans y curiosxs que se acercaron al concierto de María Escarmiento. La joven promesa urbana que comenzó a forjar su estilo en Operación Triunfo se presentó junto a Soffmm en la mesa de mezclas sorprendida por todo lo que rodeaba a esta actuación. Lejos de los grandes escenarios, a centímetros de jóvenes fans que perreaban al lado de su artista favorita, María Escarmiento estaba en su salsa. «De verdad, este es el concierto en el que mejor me lo he pasado en mi vida«, decía la artista con una sonrisa enorme. Y es que la conexión con el público fue total, un gol por toda la escuadra por parte del Emac que sigue apostando por innovar y pulsar donde muchos no se atreven y acertar. La ingenuidad de muchos presentes llevó al disfrute de una cantante sincera a la que ofrecen un cigarro y dice «Noo, que yo no fumooo» y que brinda con un cubata en la mano en ‘Borracha‘. Nos gusta la honestidad una artista que no para de mirar a su pareja, Pablo Amores, en cada barra de ‘Por la noche‘ y de ‘Comerte la boca‘ o de no olvidar que antes de artista, se es de calle y perrear junto a todo el emac en ‘Chulo‘. Fue un placer contar tanto con cantante como con DJ no sólo sobre el escenario, sino también como público, dejando la suela de sus zapatillas en los conciertos de Blu Boi y La Paloma.
El espíritu libre del emac se vio más que reflejado en el concierto de Rocío Saiz, la ex miembro de Las Chillers, que se presentaba en su proyecto tras la ruptura de su banda, esta vez en formato trío, que siendo menos, puso de todo el doble sobre el escenario. La voz de Rocío sonó más que nunca no sólo a la hora de cantar, sino también en su tarea de casi speaker ceremonial en la gran fiesta de la libertad de sexo y de género, donde no había cabida para miradas cerradas en un escenario que acogía a todo el mundo. En el ya clásico momento de Rocío al «puro estilo Delacroix» se sumó el espíritu del emac 2020 coreando público y artista ese ‘Ay mamá‘ que ya ha demostrado convertirse en un himno femenino a esa libertad que canta Rocío sin ningún tipo de ‘Autocensura‘. No sólo se evocó a La Ruta con ese sonido electrónico tan potente de temas como ‘Cortisol en sangre‘, sino también cogiendo la Carretera de Levante con el ‘Siempre juntas‘ de Las Chillers. Rocío Saíz se adueñó de todo el Escenari Emac que aclamaba una y otra vez a la cantante que pedimos como artista residente del festival.
Como marca la tradición del emac, el domingo se regresa al Escenari Anfiteatre que da cabida a propuestas cargadas de potencia. El borrianenc Juanma García acompañado por Diego Vera a la guitarra, Juanma García en la batería y Sito Herreros al bajo aportaron el lado de rock más clásico del festival y que invocó a la lluvia con su ‘Tormenta‘, pero también al baile con ‘Mueve tus caderas‘ e incluso al mismísimo Johnny Cash.
La sonoridad del escenario interior del festival pareció diseñada para que el directo de Sara Zozaya destacara en cada uno de sus puntos fuertes. La donostiarra hizo del minimimalismo sensible un gigante sonoro en todas sus facetas junto a un guitarra armónica que te adentraba en la voz de la cantante y a un batería cuyo bombo resonaba por todo el festival atrayendo a los curiosos que se adentraron en su concierto. Zozaya traspasó la barrera del idioma con la fuerza de ‘Benetan‘ o ‘Bat‘ y que emocionó con esos rotos versos de ‘En tu pelo‘.
Aunque hacía a penas unas semanas que habíamos visto a Xenia en su concierto junto a Margarita Quebrada en el Play Club de Valencia, nos moríamos de ganas de verla de nuevo en todo su esplendor. La cantante nacida en La Vall D’Uxó es sin duda una de las grandes promesas del synth pop no solo valenciano, sino nacional. La capacidad de sacar brillo de ‘Una luz‘ y ‘Un espejismo‘ crea un nuevo camino para el dark pop de Xenia, la cual en simples arpegios y loops crea ondas sonoras que junto a la batería de Jaime Llorens dan cuerpo y sentido a la música a medio camino entre el baile y el llano de cada una de las letras. Sin duda, viene al pelo eso de ‘Esfera‘ por cómo el pequeño Roland y los pedales de la artista dotan el ambiente de un sonido cargado que rompe desde la suavidad de los inicios de las canciones hasta el grito final con el que se vuelve al teclado. Con todo esto, hubo hueco para de nuevo echar la mirada atrás en el emac y volver a escuchar el ‘Para que no duela‘ de Albany y Goa o incluso probar con el francés y coronarse ‘Desde la luna’.
Queralt Lahoz tenía el difícil reto de emular el recuerdo de conciertos antológicos como el de Rocío Márquez o Soleá Morente en el Escenari Anfiteatre. Queralt, llamada a recoger el testigo de este nuevo flamenco fuertemente influenciado por las raíces urbanas y latinas, se abría paso con todo su imaginario. Marc Soto, Fede Jahzzmvn y Pau García hacían acto de presencia y poder desde el primer segundo con ese chándal blanco de motivos andalusís con la estrella de ocho puntas que ya decía mucho de la pureza y vanguardia que íbamos a presenciar. «Viene de las raíces y de la verdad de su tierra«, anunciaba una voz en off en forma de narradora que daba entrada a Queralt para demostrar que el tablao se pisa con tacones y actitud. La catalana de orígenes granadinos vino a eso, a hablar de su origen y de cómo «nada que está prohibido y que ha entrado en el corazón del pueblo puede ser olvidado nunca más«. Llegó como puñalá y se quedó clavada en todos nosotros. Y es que «Con poco«, la artista y sus tres acompañantes hicieron del escenario un templo de avance, desarrollo y evolución no sólo de un género, sino de una creencia. No es para nadie sorprendente que hable de Lahoz como una artista de vanguardia y rupturista y me repita en la idea que hace crecer, creando por los lados y por debajo, y no sólo por encima. El flamenco no se vive, ni se respira, se siente y se lucha desde sus arquetipos y cómo no, desde el antifascismo. Las raíces brotaron de un concierto donde el repertorio de ‘Pureza’ fue agua del rocío. La niña de fuego incendiaba con ‘Dame doblones‘ y traía agua (fresca) bendita después con ‘Si la luna quiere‘. Dudo realmente que nadie pueda decir que el proyecto de Queralt Lahoz destruya un pasado que ella no sólo recuerda, sino al que da voz, como lo hizo Lorca y como lo hizo Morente, haciendo del tiempo la fuerza de un pequeño reloj. El público acabó en pie para ovacionar entre canción y canción cada palo dado por la artista, ‘De la cueva a los olivos‘, de Granada a Borriana. No podía ser de otra manera y con ‘Ya no‘, Queralt Lahoz cerró el emac.2022 donde ese «tío, estoy donde tengo que estar» se hizo eterno.
FOTO: Anna Lluch
Wrestler con gafas. Director frustrado de documentales sobre grupos pequeños. Generación vacía.