Morente y Barcelona, una historia de amor intergeneracional

/ diciembre 3, 2023/ Crónicas

Cuando todo parecía ya escrito sobre el apellido Morente y su unión con Barcelona, la noche catalana nos regaló una nueva historia de amor. La sala 2 de Apolo acogía a Soleá, la pequeña del linaje, en un nuevo acercamiento a la ciudad que dio a la música española uno de los episodios más bonitos de su cancionero.

En «Morente y Barcelona» (Jordi Turtós, 2023), documental estrenado a penas hace unas semanas en el festival In-Edit, se narra cómo en el 1973 en el barrio de Verdum se fundaba la primera peña flamenca de Enrique Morente de la mano de Lluís Cabrera, también creador del Taller de Músics, quien abrió las puertas del Arco del Triunfo al genio del flamenco para que este rompiera todo dogma. «¿Se puede estar más orgullosa de tu padre?«, se cuestiona en el film Soléa. 50 años más tarde, las canciones de «Aurora y Enrique» (Elefant Records, 2021) tenían más sentido que nunca.

Soleá Morente, tan bien acompañada como lo viene haciendo en toda la gira del disco por Nieves Lázaro (teclado y coros), Jordi Arranz (guitarra), Gonzalo Bruno (bajo, coros), Rubén Campos (guitarra), Juanma Padilla (batería) y Popo Gabarre (percusión), no se guardó nada desde el segundo uno. Casi íntegro se interpretó el último trabajo de Soleá del tirón. ‘Aurora‘, ‘Ayer‘, ‘Iba a decírtelo‘, ‘Yo y la que fui‘, ‘Polvo y arena‘, ‘Marcelo Criminal‘, ‘Domingos‘ y una ‘Fe Ciega‘ que dejó a más de uno al borde del llanto (soy ese) dejaron patente la unión entre la cantante y el público, quien sintió en cada paso, en cada verso y cada mirada una pasión que sólo se podía vivir en Barcelona.

Cómo no, se rindió homenaje a la figura paterna de Soléa, pero también para el resto de la familia. Antes de ‘Olelorelei‘, la guitarra de Rubén tocaba por soleá para que Popo Gabarre se contorneara como si fuera Aurora Carbonell. La banda versionaba el himno ‘Sembré una esperanza‘ con esa heterodoxia tan propia de un apellido que no pesa a la artista, quien cantaba después a su hermana en ‘El Pañuelo de Estrella‘. La conexión entre escenario y presentes ya era total cuando se interpretaron la celebrada ‘Vamos a Olvidar‘, que, pese a no contar con la presencia de Guille Milkyway (La Casa Azul), sí hubo momento para recordarlo.

Se repasaron los greatest hits de «Lo que te falta» (Elefant Records, 2020), del que se interpretaron la canción homónima, ‘Cariño‘, ‘Viniste a por mí‘, y ‘Ducati‘ con el tercer modelito (porque outfit no es la palabra que usaría Soleá) de la noche. Para sorpresa del que escribe, el penúltimo disco de la granaína, aunque nacida en Madrid, resulta ser el más solvente en directo, pero sin duda, la canción más celebrada de la velada fue la ya archiconocida versión de ‘No pensar en ti‘ de Raffaella Carrà.

Miguel Poveda definía a Enrique Morente como un ser libre, un flamenco, un rockero, un poeta. En definitiva, «un hombre despierto al mundo«. Soleá lo ha heredado todo. Prueba de ello fue cómo en los bises, se pasó de una seguidilla a la puesta en largo de ‘Gitana María‘, que resultó un poco menos redonda que una ‘Baila Conmigo’ que suena brillante con banda. Cuando todo estaba decidido y Soleá Morente estaba a punto de salir por la puerta grande, sin tapujos fue la propia cantante la que pidió cantar ‘Cosas buenas‘ para cerrar una noche en la que Barcelona recordó ese amor del pasado que no se olvida. Morente y Barcelona, una historia de amor intergeneracional.

+ posts

Wrestler con gafas. Director frustrado de documentales sobre grupos pequeños. Generación vacía.

Compartir esta entrada