La fe que llena recintos: Viva Suecia y su fin de gira

/ marzo 6, 2024/ Crónicas, Destacados, Galería

El grupo murciano cerró su gira "El amor de la clase que sea" delante de 16.000 espectadores en el emblemático recinto madrileño, el WiZink Center

Existen momentos en la vida de una persona que se arraigan en su memoria: el primer amor que nos hace temblar, el primer beso que sella promesas en la piel, aquel viaje con amigos que recuerdas después de años. Presupongo que para la banda murciana Viva Suecia ese recuerdo imborrable se tejió en el mágico escenario del WiZink Center, marcando el cierre de su gira.

La noche, helada y expectante, envolvía el icónico recinto madrileño. Con todas las entradas vendidas meses atrás, el público aguardaba ansioso el fin de la gira de su cuarto álbum, «El amor de la clase que sea». Un mar de personas, de todas las edades y procedencias, reunidos por el deseo de vivir una experiencia inolvidable.

El reloj marca las 21 horas. El murmullo de la multitud se funde con la emoción palpable en el aire. Las luces se desvanecen, el corazón se acelera. De los altavoces emerge una melodía enérgica y una voz robótica: “Haz que merezca la pena / que nos cuelguen por no condenar”. Las pantallas del WiZink Center proyectan imágenes de la banda en diferentes escenarios. El bullicio aumenta cuando los artistas hacen su entrada triunfal.

El murmullo se convierte en agitación y, de fondo, el sonido de un sintetizador. Es entonces cuando se escucha… «Porque no hemos aprendido nada«. Sonidos de campanas emergen de los altavoces con gran intensidad, la batería de Fernando Campillo marca el compás. El WiZink estalla con el primer acorde de ‘No hemos aprendido nada’, la elección perfecta para abrir el que sería uno de los conciertos más memorables de Viva Suecia. 

El público se entrega por completo y corea el estribillo con fervor. La fuerza de su actuación resuena en cada rincón del recinto: cada golpe en la batería, las guitarras estruendosas que Alberto Cantúa domina, el bajo vibrante de Jess Fabric, el teclado hipnótico y la voz que emana pasión y sentimiento de Rafa Val.

La velada incluyó un repertorio que abarcó todas las «temporadas», como lo describió Rafa Val, del proyecto Viva Suecia. Desde ‘Los años’, ‘A dónde ir’ y ‘Algunos tenemos fe’ hasta ‘Los días amables’, cada canción fue recibida con entusiasmo por un público entregado. Himnos como ‘La voz del presidente’ o ‘Justo cuando el mundo apriete’ hicieron vibrar a todos en unísono.

La puesta en escena elevó la experiencia a nuevas alturas, con un despliegue de luces y confeti en momentos álgidos como en ‘Bien por ti’. Entre aplausos y éxtasis colectivo, el confeti estalló justo en el clímax de la canción: «Miento cuando digo que te miento / Cuando digo que miento«.

La conexión entre la banda y el público se manifestaba en cada estrofa cantada con devoción, en cada salto al compás de la batería, en cada aplauso al concluir una canción. Pero hubo momentos de calma y emoción, donde la calidad del proyecto y el amor hacia la música brillaron con intensidad. Durante casi dos horas, miradas cómplices se entrelazaron, solos de guitarra y saxofón  penetraron el alma e hicieron vibrar cada parte del cuerpo. ‘Gracias’, interpretada de manera acústica por Paco Salazar y Pablo Cebrián, conmovió a todos los presentes, con la voz de Rafa envolviendo el escenario y las palmas del público marcando el ritmo con devoción. Pero las sorpresas no cesaron. ‘La parte difícil’ se estrenó como parte del repertorio de Viva Suecia, con la elegante voz de Luz Casal. Y no estuvo sola, pues sobre el escenario del WiZink Center brillaron otros artistas de renombre como Valeria Castro en ‘Hablar de nada’ y Dani Fernández con su potente interpretación de ‘Lo siento’.

El clímax final llegó con una descarga de techno, cortesía de Carmen Hoonine, quien fusionó ‘Hacernos polvo’ con ‘Todo lo que importa’. ‘Lo que te mereces’ y ‘El Bien’ cerraron la velada con broche de oro, infundiendo una última dosis de energía a un público que había entregado todo en su encuentro con la Familia Sueca. 

Un concierto de Viva Suecia es casa, es seguridad. Es volver a ese sitio en el que todo tiene sentido y no dudas, solo vives, feliz, abrumada por lo bonito que es ver crecer a tu banda favorita y a todos los que los rodean. Te ves a ti misma creciendo junto a ellos, junto a ese sitio que “a penas conoces” pero por el que todo el mundo tiene claro “a dónde ir”.

 

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Melómano de naturaleza, me encanta disfrutar de la música haciendo lo que más me gusta: escribir. Disfruto de cualquier género musical, aunque la música española (ya sea indie, rock o pop) es lo que más me atrae.

paula.lfq
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