El 25 aniversario del Sonorama Ribera triunfa por todo lo alto
El jueves y el viernes ya pudimos ver que se habían puesto todos los medios necesarios para que esta 25ª edición fuera única
Llegué a las 11:30 de la mañana el jueves 11 a Aranda de Duero, en un Blablacar conducido por un backliner del Sonorama Ribera 2022. Así que llegué a tiempo para ver a Volver en la Plaza la Sal, uno de los escenarios callejeros habilitados por el festival para que tanto los arandinos como los festivaleros (y los que pertenecen a las dos categorías) puedan disfrutar de la música en directo fuera del recinto en conciertos gratuitos. Jack Bisonte se coronaron en la mítica Plaza del Trigo de Aranda (en la que no cabía un alfiler), justo antes de la primera sorpresa en esta plaza: Nena Daconte. Las canciones que ya forman parte de la historia de la música reciente de nuestro país como ‘Tenía Tanto Que Darte‘ y ‘En Qué Estrella Estará‘ no faltaron en medio de las pistolas de agua y de los vecinos que lanzaban barreños llenos al público que lo necesitaba y que se lo pasaba en grande con la situación.
Comencé la andadura en el recinto del Sonorama Ribera con Celtas Cortos, en un concierto lleno de amor por el prójimo, denuncias contra las injusticias sociales y un público entregadísimo. Les siguió Triángulo de Amor Bizarro. Qué gusto poder verles por primera vez sin tener que estar sentada en una silla plegable o en una butaca de teatro. Los pogos, la cercanía, el sonido penetrante que te abraza como si fuera la primera vez que lo escuchas. ‘No eres tú‘, ‘Asmr para ti‘, ‘Barca quemada‘… Mi corazón se hizo enorme al acoger en él a esta banda gallega que ya forma parte de la banda sonora de mi vida.
Me fascinó ver a tantas mujeres encima de los escenarios. Después de disfrutar de la voz de Isa de Triángulo de Amor Bizarro, llegó la insuperable Jeanette, por quien parece que no pasan los años. Con varios invitados en el escenario como Alberto de Miss Caffeina o el Gabriel de la Rosa, el cantante de Shinova, no faltaron himnos intergeneracionales ‘¿Por qué te vas?‘ y ‘Soy rebelde‘. Rozalén cogió el relevo de Jeanette en el mismo escenario, acompañada de su banda y de la inigualable Beatriz Romero. Qué gusto da ver cómo la accesibilidad forma parte cada vez de más conciertos, con más artistas concienciados de las diferentes necesidades de su público. Subtitulación, sonido y mochila vibratorios, interpretación en lengua de signos o audiodescripción son algunos de los servicios que el Sonorama Ribera ofrecía a los asistentes, apoyados por la fundación Music for All, referentes a nivel nacional en la inclusión de personas con discapacidad y capacidades diversas en el ámbito musical y cultural. Además, Rozalén no dejó a nadie atrás: habló de la despoblación que sufren los pueblos de Castilla-La Mancha, de donde es originaria, de salud mental, de feminismo y de la importancia de no olvidar la historia. Todo un ejemplo a seguir de inclusión musical y cultural.
Los dos últimos artistas de los que disfruté mi primera noche del Sonorama Ribera (primera noche de esta edición y primera vez que acudo a este festival) fueron Egon Soda y Belako. Egon Soda fue mi primera incursión a un escenario diferente, el 25 Aniversario. Nunca les había podido disfrutar en directo, y la voz de Ricky Falkner es todo aquello que una cree que puede ser. El directo es tan potente como el estudio, y las punzadas en el corazón dolían exactamente igual que cuando lo escucho con mis cascos a oscuras. Belako cerraron el escenario Aranda de Duero, poniendo toda su fuerza en él. Tomaron el relevo de los pogos de Triángulo de Amor Bizarro, y daba igual que fueran las tres de la mañana, la gente tenía la misma energía que a las ocho de la tarde.
Mi viernes comenzó con Ginebras en la Plaza del Trigo de Aranda. Es increíble lo que estas cuatro chicas han conseguido en un par de años. Hace 2 años estaban actuando en la sala Moby Dick de Madrid, con restricciones de aforo y solo 50 personas en la sala, aparte de los que pudimos seguirlo por streaming. Ahora han llegado al escenario más mítico de un festival y Sandra, Juls, Raquel y Magüi nos han demostrado forman un cuarteto con una coordinación entre ellas impecable, que no solo son un grupo, sino que también grandes amigas. La sorpresa de ese día podríamos haberla intuido porque el cantante estuvo el día anterior presentando su libro, Canción de amor definitiva. La Habitación Roja llegó a una Plaza del Trigo a rebosar, con gente que combatía el calor como podía, pero sobre todo, llegaron a un público que convirtió esos himnos como ‘Voy a Hacerte Recordar‘, ‘Indestructibles‘ y ‘Ayer‘ en algo más que eso: en una comunión de gente que puede que fuera de allí no tuviera mucho en común, pero que durante lo que duraron las canciones, comulgaban al mismo dios, a una banda con un extenso recorrido musical que se merece como nadie todo el amor que está recibiendo.
Es cierto que quizá debería controlarse el aforo de la Plaza del Trigo de otra forma, como comenta en este hilo uno de los asistentes:
Voy a comenzar aquí un hilo hablando del @sonoramaribera de este año y de un problema más que evidente que surge del éxito y buen hacer de la organización: la masificación extrema. Antes de nada, aclaro que me he divertido en cantidades industriales, pero… 🔽🔽
— Jesús Antonio Zalama (@pumazalama) August 16, 2022
Quizá ni la propia organización y dirección del Sonorama Ribera pensaran que la Plaza del Trigo se convertiría (más aún) en el reclamo festivo que ha sido, pero estoy segura de que será algo que apunten para estudiar de cara a futuras ediciones.
Llegó la tarde. Ese día en el recinto solo estuve en tres conciertos, porque dormir cinco horas y empezar con ellos por la mañana hace mella en el cuerpo. Aun así, Mikel Erentxun me devolvió a la infancia de una forma que ni yo misma creía posible. A mi madre siempre le ha encantado Duncan Dhu, siempre se ha escuchado en mi casa, y ahora ella sigue fiel a Erentxun y muchas canciones nuevas me las sé porque suenan en el tocadiscos del salón mientras yo hago otras cosas. Acompañado de la increíble Marina Iniesta y con Ángel Stanich como invitado especial en una canción, Mikel Erentxun consiguió que todo el público fuera una voz al unísono (y es que si no conoces ligeramente ‘Cien gaviotas‘, ¿dónde has estado estas últimas décadas?). Cuando se acabó su concierto, mucha gente esperó fiel a la sorpresa del 25 aniversario. Pero también mucha gente ya sabía quién era: los que se quedaban en el camping habían escuchado la prueba de sonido por la mañana, y este cantante tiene una voz bastante inconfundible. Así que sin Rubén Pozo para desgracia de unos cuentos, Leiva se subió al escenario como lo hace él siempre, como si estuviera en el salón de su casa. Son tantos años encima de uno que el espacio se siente suyo desde que aparece, como si siempre hubiera estado ahí. No faltaron temazos como ‘Como Si Fueras a Morir Mañana‘, ni aquellas de Pereza que ya tienen un hueco en nuestros corazones como ‘Lady Madrid‘ o ‘Estrella Polar‘.
Para acabar la noche, y mi andadura por el Sonorama Ribera, el show de Varry Brava y Miss Caffeina, Dancetería, cerró el escenario Aranda de Duero. Interpretaron canciones propias, del otro grupo y en conjunto, en un espectáculo que reúne lo mejor de ambas formaciones y que resalta la importancia del compañerismo en el panorama musical, frente a cualquier obstáculo que pueda sobrevenir. ‘Dancetería (Aquí nadie sabe tu nombre)‘ estaba, como no podía ser de otra forma, incluida en el setlist, para un público que se entregaba de igual forma a las canciones de Varry Brava que a las de Miss Caffeina.
Aunque no puedo comentar cómo fueron las dos jornadas posteriores del Sonorama Ribera, el jueves y el viernes me quedaron claras varias cosas para ser la primera vez que acudía al festival: que la gente adora el Sonorama, adora el ambiente que se crea alrededor de él, disfruta de Aranda de Duero, de los cachis de croquetas, las pistolas de agua, la fiesta y, sin lugar a dudas, la música y la expectación de ver cuáles serán las sorpresas cada año en la Plaza del Trigo. A pesar de que pueden quedar elementos por mejorar, como la masificación o la limpieza (no olvidemos que gran responsabilidad de que Aranda de Duero pueda volver a estar con la mayor brevedad posible tan limpia como siempre recae en el público, que debería ser civilizado y tener esto en cuenta), el Sonorama Ribera ha hecho de su 25 aniversario una edición inolvidable para artistas, medios y público. Ahora solo queda poner el contador de nuevo y esperar a agosto de 2023.
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Tossuderia d'argelaga. Hablo de música y fotografío conciertos.