St. Frances, Janire y el momento incómodo dan algo que contar en el Jarana Fest
La sala El Sol acogió la primera edición del Jarana Fest con tres grandes actuaciones
Hay muchas formas de afrontar todas las palabras que vendrán a continuación escribiendo sobre el Jarana Fest. Podría tirar de Google, hacer mío un dossier de prensa, o cualquier cosa que se os ocurra para demostrar lo mucho que conozco a las artistas que aquel día se subieron al escenario de la sala El Sol, pero… La verdad es que hasta su anuncio no sabía de la existencia de ninguna, y quizá eso es lo que me llamó la atención. Así que sirvan estas líneas para hacer saber que todo lo que a continuación se podrá leer partió de un total desconocimiento.
«Un día será con banda. Hoy es así. La precariedad es real». St. Frances abrió la noche, ella sola en el escenario, acompañada por su Mac y ocasionalmente una guitarra y Cris de el momento incómodo, que se intercambió entre guitarra y bajo.
Una música muy íntima, llena de melancolía, y una versión de ‘Monkey gone to Heaven’ de Pixies llevada a su terreno, con St. Frances conteniendo una energía gigantesca, que aunque llegó a explotar en un par de ocasiones, compartió, de poco en poco, a cada exhalación, terminando con El Sol pidiendo otra que nunca pudo llegar.
Janire y su electrónica dieron el relevo con, como dijeron, “canciones tristes que se pueden bailar”, definición que me es imposible mejorar. Una actuación que, salvo por los grupúsculos más pendientes de su propia conversación (en serio, ¿para qué venís a conciertos?), estoy seguro de que llegó muy dentro de muchos, y que, al igual que con St. Frances, se hizo corta. Es más, en principio en una pieza su guitarra no sonó y aún así funcionó a la perfección.
Solamente su vocalista y guitarrista fue la que se comunicó con el público entre canciones, pero de manera que se escapa a los sentidos el resto también conectó con los que asistimos, aún sin mediar palabra.
el momento incómodo se encargó de marcar los pasos finales de la velada en El Sol, cantando a su visión del amor y los encuentros en fiestas que te dan algo para contar. Una propuesta de rock indie, a priori, más tradicional con batería, bajo y dos guitarras, o sintetizador y teclado, según, con Malena Fernández derrochando naturalidad, muy cómoda sobre el escenario, transmitiéndolo a los allí presentes. Ella comentó que suele ser más parada al comienzo, pero desde luego no fue el caso.
Y es que si digo que el momento incómodo hizo que el público fuera uno junto a la banda no sería del todo correcto, porque también lo consiguieron St. Frances y Janire, algo extremadamente meritorio en una noche en la que el tiempo de cada descarga no juega precisamente a favor. Cada una transmitió lo mejor de sí misma, y ayudadas por ese ambiente tan acogedor de El Sol, junto a las canciones de Placebo entre medias, grabaron a fuego esa noche. No pretendo soltar un montón de palabras “bonitas” para finalizar y que esto quede bien cerrado. Eso no importa. Lo que sí lo hace son directos como estos, que hacen que quieras más, de las artistas que has visto, del Jarana Fest y de la música en directo.
Ex-heavy. Persona que escucha de casi todo, pero de verdad.