Monasterio Festival: La música es algo divino y por tanto merece un lugar sagrado
Esto afirmó uno de los artistas que formaron parte de la primera edición del
Monasterio Festival, que se dio lugar en el Monasterio de Pelayos de la Presa, en Madrid.
El Monasterio Festival es un evento que permite conectar al mismo tiempo con la
naturaleza, la arquitectura, la historia y la música. Un enclave único con dos escenarios
singulares a la par que místicos: La Iglesia y el Claustro.
En la Iglesia iniciamos un viaje bañado por la luz del atardecer. Los tonos rojizos y
anaranjados maridaban a la perfección con la sensibilidad de los sonidos y letras de
pablopablo. El ocaso hacía aún mas mágica la interpretación de poemas de autoras
latinoamericanas, de la mano de Emilia y Pablo. Con la llegada de la noche, hicimos un
alto en el camino para dejarnos arrullar con el punteo y sentimiento con el que nos
salpico El Niño de Elche. Al levantar la mirada, podíamos ver un manto de estrellas
dibujándose entre las vigas del monasterio. Fue en ese momento, cuando Naked Family
apareció en escena y nos guio hacia el final de una jornada aún por descubrir.
Desde el Claustro pudimos disfrutar de lo que parecía un día entre familia y amigos.
Nos hicieron sentir que éramos más que un público. Formábamos parte de esa sinergia
de colaboración y creación entre músicos. Artistas y bandas como Kiut, Luismi Partera,
Ran Son y Juan Espiga hicieron volar nuestra imaginación en un ambiente que
invitaba a soñar y dejarse llevar. Del mismo modo, Ombligo nos trasladó a diferentes
mundos sin dejarnos pestañear. Fuimos desde un tablao flamenco hasta un desierto.
Todo ello recordándonos que a veces solo hay que parar a tomar un poco de aire.
Un festival en el que se percibe el respeto por el patrimonio, el entorno y las personas.
Un lugar para dejarse llevar mientras alimentas tus sentidos.
Carla Brañas
Franco Higa
