Delaporte – Las montañas | Reseña

/ octubre 23, 2020/ Reseñas

El dúo formado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi presentan un nuevo disco cargado de furia

Crítica de 'Las montañas' de Delaporte

Discográfica: Mad Moon Music

Fecha de lanzamiento: 16/10/20

Género: Electrónica // pop electrónico 

 

 

 

Disruptivos en forma y formato, Delaporte, el dúo formado por Sandra Delaporte y el italiano Sergio Salvi, ha sido durante estos últimos años uno de los grupos más en alza en todo el panorama español. Tras la salida de dos EPs y un LP al frenético ritmo de lanzamiento por año, el dueto estrenó el pasado viernes «Las Montañas», un nuevo largo con el que el dúo busca ampliar sonidos y fronteras a través de 13 nuevas canciones llenas de garra y frescura.

De manera homónima al disco «Las Montañas» comienza a plantar la semilla sobre la cual se cimienta el disco. La voz suave de Sandra busca marcar el camino que seguirá el ascenso de estas montañas que el disco pretende derribar: la masculinidad y el machismo, el racismo o la homofobia. El tono oscuro que la canción y su videoclip dirigido por Eduardo Casanova pretende llevar hacia la idea de cómo la propia Sandra se desnuda (literal y metafóricamente) en este disco en el que el dúo entrega su alma buscando apelar directamente al oyente.

Durante todo el disco sobrevuela la rabia como uno de los ejes centrales no sólo en las letras de las canciones, sino también en su sonido. La bestia» como «Bang bang» junto a Magüi de Ginebras y «Boom» buscan a golpe de saturación la fuerza impresa en «Las Montañas» que ya habíamos podido empezar a conocer con «De dónde vienes«, el primer sencillo del disco junto a PUTOCHINOMARCIÓN. A través de ritmos más acelerados y de mensajes directos las canciones atraviesan un nuevo sonido con mayor presencia de sonidos drum and bass o dubstep y de letras tan esclarecedoras como directas como el excelente estribillo del dueto junto a la cantante de Ginebras «Yo sólo quiero que tu vida te haga bang bang // Pa’ que me dejes tranquilita con mi bang bang // Y que le jodan a tus mierdas y a tus bang bang // He declarado independencia de los rancios fuck«.

En la mayoría de los temas que conforman el disco sobrevuelan ese espíritu de innovación y transformación que podemos notar en las palmas flamencas que aparecen en «Se va», un sonido que aporta un carácter y garra que no únicamente saben sacar con el sonido electrónico. Pese a no perder esa esencia que permanece durante todo el disco, Delaporte busca nuevos horizontes como con «Rica rica», el resultado de meter en una batidora a Rafaella Carrá y Daddy Yankee y que te salga una canción con el rapero Arkano, la canción más ecléctica de la banda y que menos se deja lucir en el disco.

La voz espiritual de Sandra acompaña como de costumbre a los sonidos atrevidos que Sergio incorpora en estos creccendos que nos dejan canciones como «No» en la que el carácter y el groove avanzan con fuerza hasta el momento en el que cuando todo parece estallar, todo se hace pequeño, reflejando a la perfección cómo un simple «no» puede echar todo abajo. Esa sensibilidad se extrema en la delicada «Universo», cuyo piano aorta un plano melódico al más puro estilo Zahara o de la mexicana Ximena Sariñana, la cual aporta ese toque tan personal a la propuesta de Delaporte con «No dirás«, canción que cierra el disco.

La superación que se refleja en los nuevos sonidos de «Las Montañas» también aparece como tema recurrente en canciones como «El Volcán» o el potente single «Clap clap«, rompepistas al más puro estilo Delaporte. Precisamente, por momentos parece que el disco supera por encima de sus expectativas todo lo que pudo ser superado, siendo quizás excesivo el uso de algunas ideas o sonidos que, a su vez, permiten a Delaporte superarse en un trabajo redondo que adquiere fuerza, madurez y un espíritu rompedor acorde con la posición que el dúo debe afrontar como uno de los proyectos más interesantes del territorio nacional.

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Wrestler con gafas. Director frustrado de documentales sobre grupos pequeños. Generación vacía.

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