C. Tangana se pasa al flamenco y la rumba con El Madrileño
«2 horas y media para el disco de mi vida» publicaba C. Tangana a pocas horas de la salida de «El Madrileño» (Sony), el disco homónimo al nuevo aka con el que Pucho ha dejado el trap para abrazar definitivamente el folclore español. Tras sorprender el pasado 2020 con colaboraciones del calibre de La Húngara en la fantástica «Tú me dejaste de querer» o sampleos de temas de Rosario Flores y Alejandro Sanz, bajo la producción de su inseparable Allizz, C. Tangana ha optado por dar un cambio en su carrera y optar por la exploración de sonidos tradicionales pero actualizados en su nuevo trabajo.
Dentro del álbum podemos encontrar los singles que se convirtieron en números uno instantáneos como el mencionado tema junto a La Húngara y Niño de Elche o «Demasiadas mujeres». En esta exploración a los sonidos de la canción española no han podido faltar nombres imprescindibles para entender la música patria como Kiko Veneno o los Gipsy Kings. En este nuevo abanico abierto para la música de El Madrileño, ritmos latinos de la mano de Toquinho en «Comerte entera» o el cubano Eliades Ochoa en «Muriendo de envidia«, C. Tangana ha optado por cambiar el desasosiego amoroso al que nos acostumbró en ‘Avida Dollars‘ (2018) por guajiras, rumbas y cumbias.
Con cientos de millones de reproducciones entre la media docena de canciones que ya conocíamos de «El Madrileño«, las recientes salidas de los temas firmados junto a gigantes de la música en castellano como Jorge Drexler y Andrés Calamaro abrieron boca a un Antón Álvarez que no sólo busca la música de raíz en los géneros patrios y latinos, sino que incluyo se atreve a la guitarra eléctrica y la batería en la canción que cierra el disco, «Hong Kong«. Sin perder un ápice de la personalidad que le ha llevado a ser el nombre reconocido que es a día de hoy, la transición de Pucho a El Madrileño consolida a C. Tangana como uno de los productos nacionales más importantes de todo el panorama musical. Esta relectura de su trayectoria y su credo confirma la llegada de El Madrileño para quedarse.
Wrestler con gafas. Director frustrado de documentales sobre grupos pequeños. Generación vacía.