Zetak festejan la música reinando en Madril
Volver a la capital es una fecha especial para todas esas bandas que han lanzado trabajos durante estos tiempos de pandemia en los que todavía no se ha podido disfrutar del bello sonido del directo. Más aún en el casa del grupo multidisciplinar Zetak, quienes a falta de un disco, han presentado dos discos desde su último paso por Madrid. Los navarros que presentaron su disco homónimo ‘Zetak‘ (2019) no quisieron esperar y aprovecharon los tiempos de pandemia para lanzar un segundo LP ya esperado por las decenas de cientos de fans que han conseguido llevar consigo en los apenas tres años que lleva en activo la banda.
Las canciones de ‘Zeinen ederra izango den‘ (2020) abrieron el primer pase que el cuarteto ofreció en la Sala 0 de Madrid este fin de semana. Apuntando tan alto como el cielo, «Hegan» ya hacía entrever que la obertura de este primer pase no iba a resistirse a quedarse parados en sus sillones. Pello Raparaz dio desde el primer segundo que pisó el escenario un amplio repertorio a su outfit, tanto como al repertorio de luces que acompañó al disco dando un aura de garito de Berlín en la que la electrónica y la percusión en euskera se abrieron paso a golpe de batería en temas en los que se intercalaron ambos discos como «Nirekin topatu Naiz», «Kaliza Hau» o «Zer Geratuko da Azkenean«.
El título del último disco de Zetak, cuya interpretación sería algo así como «Cuán bello será aquello que va a materializarse» era un presagio de un concierto que sería recordado en la capital. La voz de Pello ser igual de valida para poner al público al borde de la silla que al borde del llanto. Leire Colomo, Gorka Pastor e Iban Larreburu bajaron las pulsaciones de la sala con temas más melódicos como «Beti da Garaiz» demostrando que la electrónica no sólo son los Chemical Brothers y que la banda también bebe de influencias europeas como The Blaze o Stromae. Y es que Zetak es una banda de claroscuros, de contrastes y de crear brillo en la oscuridad más profunda, por eso son capaces de pasar a hablar de las violaciones a un niño de 6 años por parte de un cura en un «Pater Noster» que elevó a Pello a cargar con una cruz que se hizo menos pasada el prender la luz y comenzar a mezclar «Sagarra» cambiando a todos los miembros de la banda de instrumento e intercalar con Fat Boy Slim sampleando su «Right here, right now«. En un concierto de Zetak hay hueco para todos y en una ciudad tan multicultural como Madrid, no sólo cada verso en euskera fue cantado por cada uno de los presentes, sino que también se cantó de pé a pá el «Hitzeman» que unió a Euskalerria con Catalunya e incluso con Hawai con el modelito definitivo de Pello.
Tenemos suerte de haber visto bastante a Zetak sobre las tablas tal y como os contamos en la crónica de su concierto de la Fira Trovam Pro Weekend de Castellón y es que a Pello y compañía da lo mismo cinco que cincuenta. Con el público enloquecido, «Suziri Bi» cerró la primera parte de un bolo en el que los presentes sabían que había más y se hicieron notar. Los valencianos y catalanes que estábamos en la Sala 0 no entendíamos por qué los presentes pedían a la banda que se marcharan aunque no fue difícil entender que el cántico de «otra, otra otra» se vivía a través de «beste, beste, beste» que se escuchaban desde Callao. Los cuatro volvieron al escenario y vinieron acompañados. El único «solo» que se vivió encima del escenario fue cuando Pello se atrevió a coger el trombón y lanzarse a interpretar «Akelarretan«. Un momento que se volvió todavía más celestial cuando el público dejó callada a la banda cantando al unísono esta reunión de brujas. Y todo se convirtió en una fiesta.
«Cuando se agotaron las entradas del pase de las nueve tan deprisa pensamos que el público del primer pase estaría menos entregado» decía el líder de Zetak sobre la conversación que habían tenido en el descanso previo a los bises. «Nos equivocamos, sois la hostia«. Pello, Leire, Iban y Gorka se sentaron frente al escenario y devolvieron el cariño mostrado por el público pidiendo cantar todos a coro un estribillo que seguro que conocerían. La comunión entre público y banda se hizo algo divino con la perfecta combinación de las decenas de gargantas que interpretaron desatados «Zeiden Ederra Izango Den» y que tomaron aire con la versión de «Pumped Up Kicks» que siempre hace puente en los conciertos de Zetak antes de llegar al Climax con «Errepidean«. Un concierto que pudo haber durado cien horas y el público seguiría botando al ritmo de los beats de Leire y Gorka, los golpes de Iban y los magnéticos bailes de Pello. Y es que eso es Zetak, un imán para la fraternidad, el brillo, el desfogue y para que la música reine. Prometieron volver y así se espera en Madril el regreso de una banda que sigue rompiendo la barrera del idioma porque la del sonido y la del brillo lleva mucho tiempo en sus manos.
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Wrestler con gafas. Director frustrado de documentales sobre grupos pequeños. Generación vacía.