Zahara cierra su santísima trinidad con Merichane

/ enero 15, 2021/ Artículos, Noticias

Ha pasado ya bastante tiempo desde que Zahara se desnudó y dejó atrás su antiguo y desfasado traje de chica recatada y dulce que canta canciones para corazones rotos. De la artista que firmó su primer contrato con Universal para lanzar ‘La fabulosa historia de…’ sólo quedan las cenizas sobre la que la nueva Zahara sigue elevándose cuál fénix como una deidad de la música. La polifacética artista de Úbeda ya ha cumplido los 37, y varios libros, un hijo o un divorcio han pasado factura a una vida que nunca ha querido ocultar y siempre ha querido contar desde sus entrañas, con crudeza y realidad. Así se podría definir a «Merichane«, el nuevo single lanzado el día de ayer en el que Zahara ilustra la parte de su vida más sórdida con la que ha tenido que convivir. Lujuria, pecados, acoso, bulimia, ansiedad y tristeza se juntan en la canción más sincera jamás escrita por Zahara.

Con un excelente videoclip dirigido por su inseparable pareja de baile Guillermo Guerrero, «Merichane» cuenta una historia personal rodeada de momentos complicados y la rabia intrínseca que tiñe cada una de esas experiencias personales que ahora Zahara se atreve a lanzar como dardos y sin miedo a disparar. Tal y como la propia cantante ha contado en su Instagram junto a un extracto del videoclip «He querido contar lo que viví tal y como fue para mí. Llegar a hacerlo no ha sido fácil«, afirmaba la cantante en relación a la letra de la canción. «He tenido que aceptar y asumir que aquellas historias sucedieron de verdad, pero que el mantenerlas escondidas no solo no me hacía sentir mejor sino que protegía a las personas que me habían hecho daño» continuaba.

La jienense se desahoga contra todo y contra todos sin necesidad de metáforas o de suspicacia escondida. Con referencias y peinetas a Universal y la utilización de éstos sobre Zahara, comienza una letra afilada en la que alza la voz con ese «Yo estaba ahí» que bien podría crear el movimiento necesario para alcanzar la fuerza del «Me too» o el «Speaking out» que todavía falta por detonarse en nuestro país. El acoso sexual de los hombre por la calle o los insultos y el acoso durante la juventud de la cantante sirven como declaración de intenciones para tratar de ser la voz de todas aquellas que han tenido que pasar por ello. Si Zahara ya levantó ampollas que muchos no querían que fueran alzadas con «Inmaculada decepción» y «Hoy la bestia cena en casa«, la cantante nos enseña la pieza necesaria con la que «Merichane» se convierte en parte de la santísima trinidad de Santa Zahara.

«Merichane era el nombre con el que se conocía a la ‘puta del pueblo’. Ese fue mi apodo. Tenía 12 años»,

Texto con el que Zahara alude al nombre de su nueva canción e ilustra el final del videoclip.
Zahara habla de acoso, bulimia, ansiedad e industria musical en la  descarnada 'MERICHANE' – jenesaispop.com
Imagen del videoclip «Merichane» dirigido por Guillermo Guerrero.

Sin duda, Zahara es una artista incansable y que siempre tiene algo que decir. En las últimas semanas, las colaboraciones junto a cantantes como Luisa Sobral o Chica Sobresalto nos trajeron las primeras noticias de Zahara tras su marcha de Twitter. En plena gira de _Juno junto a Marti Perarnau IV, responsable también de «Merichane«, la cantante lanza tres años después de ‘Astronauta‘ (2018) el primer adelanto del que previsiblemente será su quinto disco. Zahara vomita su vida y el odio y lo plasma en forma de arte, reivindicando cómo la canción protesta no se ha quedado en la fórmula de Lluis Llach o Pablo Milanés y ha evolucionado hasta el pop más desgarrador y sincero.

Un perfecto ejercicio de carácter y catarsis. Un ritmo acelerado como el del corazón en todos y cada uno de los momentos descritos por «Merichane» en el que difícil no sentir que has estado ahí si eres mujer. Sus fans y sus detractores deberían ponerse de rodillas ante un nuevo acto milagroso en forma de oración. Amén Zahara.

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Wrestler con gafas. Director frustrado de documentales sobre grupos pequeños. Generación vacía.

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