Depresión Sonora nos introduce en «El arte de morir muy despacio»
Depresión Sonora volvía el pasado viernes a casa, a la sala Ochoymedio, para presentar «ante su público» su álbum debut «El arte de morir muy despacio», publicado a finales del año pasado. Volvía a Madrid tras una gira de presentación del álbum bastante exitosa por toda Latinoamérica, embarcándose ahora en una gira nacional que le llevará a Barcelona el próximo 1 de abril, y a distintos festivales por todo el país, por ejemplo, el Tomavistas madrileño.
El concierto colgaba el cartel de sold-out hace ya un par de meses, y así se notó en los momentos previos al evento. Poco a poco la sala se fue llenando, y ya antes de la actuación de los teloneros era imposible moverse por la pista. El grupo encargado de abrir el concierto fue Nueve Desconocidos, banda post punk y new wave encabezada por Ares Negrete, presentando su disco debut «Primer Disco de Nueve Desconocidos Llamado Nueve Desconocidos». Ya con ellos se iba caldeando el ambiente poco a poco, con numerosos pogos durante todo el show, y con el público coreando sus temas desde el principio, a pesar de no ser el grupo principal.
Un poquito más tarde, pero sin hacerse esperar, saltaba al escenario Depresión Sonora, con Marcos Crespo a la cabeza, dándonos la bienvenida a «El arte de morir muy despacio». La propia estructura del concierto favoreció esta idea: se siguió el mismo orden de canciones dispuesto en el álbum. Esto fue una idea bastante acertada, «El arte de morir muy despacio» es un álbum que cuenta una historia, representa un ciclo vital de caída y recuperación por el que todos pasamos constantemente a lo largo de nuestra vida, por lo que interpretar estos temas en cualquier otro orden haría perder esta esencia propia del álbum.
Así, el concierto se dividió en las mismas tres partes del disco, dando comienzo con ‘Introducción a la entropía‘, esa parte que explica cómo crecemos sin saber a qué nos enfrentamos, nuestras primeras veces y nuestros primeros corazones rotos. Sigue con la segunda parte ‘La Abrazo con Fuerza (Carta a la Soledad)‘, quizá la parte más triste, pues relata los momentos de más bajón, cuando peor nos sentimos. Termina con ‘Muerte y Resurrección‘, esa sensación de positividad que experimentamos al salir del agujero en el que estábamos metidos.
La energía no cambió durante todo el concierto, el público estuvo muy metido en la música en todo momento, cantando, saltando y vibrando al son de las canciones. El ambiente estaba inundado de diferentes emociones, además de una sensación de calor horrible que tuvo alguna que otra víctima de desmayo. Fue con ‘Dónde Están mis Amigos‘ que la sala cayó, se podían ver grupos de amigos, parejas o familias abrazados durante todo el tema, cantándose los unos a los otros, invadiendo el espacio de un sentimiento de hermandad y amistad preciosa.
Una vez terminada la representación de «El arte de morir muy despacio», Depresión Sonora volvió a sus orígenes, sus primeros temas caracterizados por bases muy cañeras y mucho movimiento, como ‘Gasolina y Mechero‘ o ‘Apocalipsis Virtual‘, entre otros. El concierto terminó con Marcos lanzándose a la pista y perdiéndose entre el público durante ‘Hasta que llegue la muerte‘, tema con el que la sala terminó de explotar.
Ver a Depresión Sonora en directo es llenarse de energía, es salir de un recinto con una sensación de positivismo inamovible, de que tienes que empezar a comerte la vida y aprovechar el momento. Musicalmente hablando tampoco decepcionan, en absoluto, una banda increíble, con bases muy fuertes, riffs de guitarra electrizantes y la voz de Marcos que sólo incita más al baile y al movimiento. Se presentan fechas muy importantes para este grupo, con festivales y salas ya a la venta. Es decir, si os lo estáis pensando, Depresión Sonora es una inversión que realmente merece la pena.
