ZOO y LGOR: Mallorca en verano es una maratón
Se dice, se comenta, que Mallorca es una tierra paradisíaca, “la isla de la calma”, donde disfrutar del sol, la playa y otro ritmo de vida, más lento. Una tierra enmedio del azul turquesa y calas de arena más o menos fina. Pero también es una tierra de tormentas en Agosto y calas de afiladas rocas donde parecerse más a un Corb Marí, sentarse bajo la sombra o pasear por el campo, subir grandes montañas o salir con tus amigos a las fiestas de cada pueblo. Mallorca en verano también es una maratón, y si bien las noches suelen discurrir con más alegrías que penas, que nadie se piense que aquí, en medio del mar, nunca pasa nada. No, Mallorca también es una tierra con memoria, con aspiraciones a un futuro mejor y con conciencia de quién es. Tan solo es un espacio liminal de quien no quiera ver nada más allá de la resaca bajo el sol a remojo. La Gran Orquesta Republicana y Zoo fueron el pasado 15 de agosto un buen tándem para recordar esto.

La Gran Orquesta Republicana en su formato más clásico
La Gran Orquesta Republicana son una de las bandas de ska-punk más longevas de la isla, con un directo enérgico en el que enlazan sus canciones sin pausa y cantan en sus letras poemas de Eduardo Galeano con energía renovadora, desde la crítica mordaz y el optimismo de quien no quiere destruir, sino construir un mundo nuevo en los corazones de quien quiera escuchar. Un referente, tal vez un tanto desconocido fuera de la isla, pero incombustibles, sea con su ska punk o una nueva versión adaptada al dub.

Zoo en el concierto en Palma, Mallorca
Zoo, por su parte, son los referentes de la electrónica valenciana desde el 2015, llegando a llenar recintos como el Palau Sant Jordi en Barcelona o el WiZink de Madrid varias noches consecutivas, o como cabezas de cartel de grandes festivales como el Viñarock. Mientras los primeros apelan a pensar de forma propia, desde el individuo al colectivo y a adoptar una libertad consciente y responsable como forma de vida, los segundos, sin obviar esto último, añadieron un punto de grandeza y espectacularidad a una especie de ciclo de conciertos, vestidos de minifestivales, repartidos en varias fechas durante el verano en Palma.

El público lo dio todo durante el concierto de Zoo
En Mallorca hay hambre por la música, sea por una forma un tanto denostada de tratar al público balear durante años, por falta de interés por las propuestas arriesgadas o por la dificultad de traer todos los equipos. Excusas hemos oído siempre muchas, pero hasta los Zoo, que no son nada desconocidos en la isla, lo comentaron en sus redes sociales: que las ganas que le puso el público cerraron más de una boca. Con el Covid-19 se abrieron muchos espacios y el público se implicó más, ahora eso se traduce en una mayor variedad de directos que se agradece.
Me llamo Pablo, soy fotógrafo, intento de antropólogo y apasionado de la música. De Mallorca a Barcelona. ¿Nos leemos?